Equo denuncia el mal estado del Guadalquivir y propone una nueva cultura del agua
Lun, 19/03/2012
Equo vertió ayer con un cántaro antiguo agua cristalina para limpiar simbólicamente el río Guadalquivir, el gran río de peor calidad de agua de todo el país, según denunciaron, para divulgar su propuesta sobre el agua y su gestión, en un acto que contó con la presencia de Inés Sabanés, coportavoz de Equo en Madrid que acudió a Córdoba para apoyar la campaña de andaluza. Junto a ella estuvieron Marisa Vadillo y Salustino Luque, números uno y dos de Equo por Córdoba al Parlamento Andaluz.
Equo asume en su programa la nueva cultura del agua, que defiende la eficiencia en el uso de un recurso cada vez más escaso como es el agua frente a propuestas que demandan trasvases y más embalses. Otro de sus objetivos es definir regímenes de caudales ecológicos capaces no sólo de mantener el estado actual sino mejorarlo para alcanzar el buen estado de las aguas.
A la mala calidad del agua del Guadalquivir se añade el proyecto de dragar la desembocadura que Equo rechaza y que significaría un grave atentado para las economías del entorno, agrícola y pesquera, a la vez que para los ecosistemas.
Este partido mantiene que el debate sobre la titularidad de la administración del agua, tal y como se está planteando, desvía la atención de los problemas reales de su gestión: la contaminación, la sobreexplotación, la falta de garantía, la ilegalidad, la concentración de un alto porcentaje de los recursos en pocas manos, los perjuicios a usuarios que se ven perjudicados por la falta de control y buen gobierno
Equo también defiende la unidad de gestión de la demarcación hidrográfica, que comprende toda la cuenca fluvial y aguas costeras, sean cuales sean las divisiones administrativas de este territorio, y la democratización en profundidad de los organismos de cuenca, armonizando la competencias estatales y autonómicas.
Equo asume en su programa la nueva cultura del agua, que defiende la eficiencia en el uso de un recurso cada vez más escaso como es el agua frente a propuestas que demandan trasvases y más embalses. Otro de sus objetivos es definir regímenes de caudales ecológicos capaces no sólo de mantener el estado actual sino mejorarlo para alcanzar el buen estado de las aguas.
A la mala calidad del agua del Guadalquivir se añade el proyecto de dragar la desembocadura que Equo rechaza y que significaría un grave atentado para las economías del entorno, agrícola y pesquera, a la vez que para los ecosistemas.
Este partido mantiene que el debate sobre la titularidad de la administración del agua, tal y como se está planteando, desvía la atención de los problemas reales de su gestión: la contaminación, la sobreexplotación, la falta de garantía, la ilegalidad, la concentración de un alto porcentaje de los recursos en pocas manos, los perjuicios a usuarios que se ven perjudicados por la falta de control y buen gobierno
Equo también defiende la unidad de gestión de la demarcación hidrográfica, que comprende toda la cuenca fluvial y aguas costeras, sean cuales sean las divisiones administrativas de este territorio, y la democratización en profundidad de los organismos de cuenca, armonizando la competencias estatales y autonómicas.