La segunda batalla por el embalse de Riaño

Dom, 11/03/2012

El Mundo

Riaño es un pequeño mar interior -suma un quinto de toda la capacidad de los 19 embalses que gestiona la Confederación Hidrográfica del Duero- con el que se riegan 30.000 hectáreas en León y 12.000 en Palencia y Valladolid, según establece el Plan Hidrológico.

Hace 25 años, en 1987, se inauguró el polémico embalse leonés, tras una larga batalla que dejó escenas dramáticas protagonizadas por los vecinos del viejo Riaño, reacios a abandonar su pueblo, ahora sumergido en las aguas del pantano.

Ahora se libra una segunda batalla, la del reparto del agua, aunque en Palencia no quieren entrar al trapo. La polémica, que en tiempos de abundancia, cuando el agua sobra, no pasaría a mayores, ahora que los recursos son escasos y la campaña se presenta incierta cobra especial relevancia «El agua es de todos, así que no hay conflicto que valga». Así de tajante se muestra Moisés Fernández, el presidente de los regantes del Sistema Carrión, el segundo de mayor superficie de regadío en Castilla y León y uno de los más deficitarios. 52.000 hectáreas en la provincia de Palencia y 4.000 en la de Valladolid que beben de los embalses de Compuerto y Camporredondo, en el norte de Palencia, y del embalse de Riaño, en León. «Ahora León dice que no quiere darnos agua, pero el agua no tiene propietarios, la reparte la Confederación, así que no hay más que hablar», apunta, sin querer entrar en la polémica que llega desde aguas arriba, desde León.

Hace 12 años, frustrado el embalse de Vidrieros por motivos medioambientales, se decidió «paliar el déficit estructural del Sistema Carrión con una aportación del Cea», explicó Pedro Matía, director Técnico de la Confederación Hidrográfica del Duero. Desde entonces 12. 000 hectáreas de Palencia y Valladolid se riegan con el agua del embalse del Riaño, que llega a través de un canal de aportación que toma el agua del Cea en Galleguillos de Campos (León) y lo lleva hasta el Canal de Castilla a la altura de Fuentes de Nava (Palencia).

De esta forma se compensa la falta de capacidad de los embalses de Compuerto y Camporredondo, que suman 165 hectómetros cúbicos, para abastecer las 52.000 hectáreas del Sistema Carrión. Agua claramente insuficiente para un sistema con problemas endémicos de riego. «Por eso nos adjudicaron 12.000 hectáreas de Riaño», apunta Moisés Fernández.

Una aportación más necesaria si cabe, en tiempos de sequía, por la que los regantes del Carrión pagan «tan religiosamente como los de León»,.

Desde el año 2001 los regantes del Carrión reciben el agua de Riaño en función de las necesidades y de lo que hay almacenado, tal y como decide la Junta de Explotación, bajo la supervisión de la CHD, que está «para intentar repartir el agua de la forma más equitativa posible entre las zonas de regadío», explica Pedro Matía.

El problema es que, según el representante de los regantes leoneses, Matías Llorente, con el agua que se lleva a Palencia y Valladolid se podría paliar el déficit del embalse del Porma. Y entre el Porma y Riaño regar 60.000 hectáreas. «Es lógico que queramos resolver antes el problema de León, que para eso hemos inundado valles, hemos hecho desaparecer pueblos, hemos generado conflictos sociales, hemos modernizado nuestros regadíos con inversiones muy fuertes y ellos no hacen nada y se ríen del agua de León», afirma Llorente.

Es más, insiste en su argumento de que no es de recibo que unos, los de León, hagan el esfuerzo, y otros, los de Palencia, se beneficien: «Si Palencia moderniza y hace lo que hemos hecho los demás, no necesitarán a León para nada», afirma tajante.

Para los agricultores palentinos que, como Luis Felipe Prieto, que riega sus tierras desde hace más de una década con el agua que llega desde Riaño, es «inconcebible» que haya «representantes de los agricultores que se dediquen a crear conflictos en lugar de buscar soluciones». Sobre todo en años de sequía severa como éste, en los que los agricultores se afanan por ver cómo planifican la campaña para salvar gastos. «Muchos de ellos compartidos, como las cuotas del trasvase y de la presa», apunta Prieto.

Recuerda que «el agua de los pantanos siempre se ha repartido», pero sobre todo porque «los agricultores son compañeros de profesión, tienen los mismos intereses y en situaciones críticas es cuando más solidarios hay que ser». Además se da el caso de que muchos de los habitantes de Cascón de la Nava, uno de los pueblos palentinos que riega con el agua que llega desde León, fueron antiguos pobladores de Riaño. Cuando menos, irónico.

Frente a la apelación a la solidaridad, Matías Llorente apela a los números. «El 80 por ciento de la superficie de regadío de León se ha modernizado con una inversión de 7.000 euros por hectárea», afirma este histórico del campo leonés para apoyar su petición de cerrar el grifo a Palencia.

Los regantes palentinos lo vean desde otro prisma: «Es cierto que hay que modernizar, pero esa no es la cuestión», afirma el presidente de los regantes del Carrión.

La cuestión es que cada regante recibe el agua que le toca en función del número de hectáreas y de la cantidad que haya almacenada. Con ese agua, «los que hayan modernizado sus instalaciones harán mejor campaña que los no hayan acometido los porque la aprovecharan mejor», apuntó.

Además, añade que «en ningún sitio se ha escrito que los que no hayan realizado la modernización de su regadío no tengan derecho al agua», concluye.

Sin embargo, hay voces en Palencia que no piensan lo mismo e insisten en que el Sistema Carrión en Palencia sigue teniendo pendiente la modernización de los regadíos.

Es más, las cuentas que se hacen son claras, porque si se modernizarán 30.000 hectáreas, el ahorro de agua seria igual a la capacidad del embalse de Compuerto (95 hectómetros cúbicos) ya que una hectárea modernizada necesita 4.500 metros cúbicos mientras que una sin modernizar se 'bebe' 7.500.

Y está claro que en tiempos de recortes, mejor será ahorrar agua que construir más embalses.

/ M. BRÁGIMO

REGANTES DEL CARRIÓN

Regantes de León se rebelan contra la cesión de agua de 'su' pantano para regar 12.000 hectáreas en Palencia.
«El agua es de todos y lo reparte la Confederación», responden los palentinos.