La producción agroalimentaria en los países áridos como España requiere una mayor inversión en infraestructuras hidráulicas que la que se destina en otros territorios más húmedos para garantizar una gestión del agua "eficiente" que haga frente a la sequía.

Ésta es una de las cuestiones que se han analizado en la jornada "Diálogos sobre el agua y la seguridad alimentaria, expectativas desde los países áridos", que se ha celebrado hoy en la sede de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), en Zaragoza.

Con la colaboración de la Oficina de Naciones Unidas en Zaragoza, y coincidiendo con la celebración de "Smagua", varios técnicos de distintos países áridos, como Australia, Burkina Faso, Armenia, Kyrgyzstan, Brasil o Marruecos, han asistido a estas jornadas para compartir experiencias.

En este encuentro, representantes de la CHE han expuesto el modelo de gestión que se ha llevado a cabo en el valle del Ebro, un terreno "desertizado" a principios del siglo XX, para utilizar eficientemente el agua y garantizar el riego de los productos agrícolas.

El jefe de la Oficina de Planificación del Ebro, Manuel Omedas, ha explicado, en declaraciones a los medios de comunicación, que los países áridos no pueden subsistir con su producción agroalimentaria debido la escasez de agua, lo que les obliga a llevar a cabo importantes infraestructuras hidráulicas.

"El caso del Ebro es paradigmático, y se puede exportar a otros países. Gracias a unas infraestructuras, canales y sistemas de regadío, se ha convertido en uno de los ejes económicos en producción de carne, forrajes, cereales y frutas", ha apuntado.

Ante este "esfuerzo" que deben hacer los países áridos, estas jornadas contribuyen a compartir proyectos y a buscar soluciones comunes, adaptadas a la situación concreta de cada territorio, para garantizar la sostenibilidad, ha señalado.

"Si España quisiera subsistir con sus producciones agroalimentarias tendría que dedicar a regadíos doce mil hectómetros cúbicos más, que es el caudal del Ebro", ha manifestado.

Mejorar la eficiencia del uso del agua en los cultivos agrícolas es uno de los objetivos de Naciones Unidas para los próximos años, ya que en el mundo hay "más de quinientos millones" de pequeñas granjas, con muy "poca capacidad técnica", ha afirmado la directora de la oficina de Naciones Unidas para la Década del Agua, Marisa Maeztu.

Este objetivo se hace más urgente todavía, si se tiene en cuenta el aumento de la población mundial en los últimos años, y con ella la "escasez de agua", una situación que se ve agravada por la incidencia de fenómenos climáticos, como la sequía o las avenidas, ha resaltado.

"En el 2020 va a haber dos tercios de países en los que va a haber problemas con la escasez de agua, por lo que es un tema que requiere tomar medidas en todos los sectores", ha comentado.