El cambio de la política hidráulica aleja la segunda desaladora de la Costa

Lun, 13/02/2012

SUR

Sobre el papel, porque las obras nunca llegaron a comenzar a pesar de estar incluso adjudicadas, era la gran apuesta del Gobierno anterior para asegurar el abastecimiento de agua potable en la Costa del Sol durante las épocas de sequía: una desaladora de agua de mar, ubicada en la zona de Cerros del Águila (entre Fuengirola y de Mijas) con una capacidad para potabilizar 20 hectómetros cúbicos anuales. Los trámites de los últimos siete años -con sus correspondientes partidas sin ejecutar en los Presupuestos Generales- pueden quedar en papel mojado, a tenor de las recientes palabras del ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, quien ve en este sistema más inconvenientes que ventajas. A falta de la confirmación oficial -que llegará por la vía de su inclusión o no en los próximos PGE- fuentes cercanas al Ejecutivo ya dan por hecho que quedará archivada en el cajón de las infraestructuras que no llegaron a ver la luz.

El ministro dio sobradas pistas durante su reciente comparecencia en la Comisión de Agricultura del Congreso. A su juicio, los recursos generados por este cauce tienen un precio inasequible para los agricultores. Además de ser «dudosamente sostenibles» por su elevado coste energético y la alta concentración salina del agua que producen. «El agua desalada no la quiere nadie, porque sale muy cara y ese coste hay que repercutírselo al ciudadano», comentan las fuentes consultadas.

Pero a nadie se le escapa que las razones económicas pesan, y no tanto por los 61,7 millones por el que las obras fueron adjudicadas en julio de 2008 (puesto que estos fondos se tendrán que destinar a otras alternativas para generar recursos). Sino por lo que Arias Cañete califica como «nefastas condiciones económicas» en las que ha dejado el anterior Gobierno a las sociedades estatales de agua, entre las que se encuentra Acuamed, responsable de acometerla. Otro argumento para descartarla es que, de las 51 plantas previstas en el plan hidrológico anterior en toda España, 17 están en funcionamiento, 15 en construcción y el resto (entre las que se encuentra la de Málaga) en trámites. El planteamiento sería, por tanto, acabar las que estén más avanzadas y obviar el resto.

Como alternativas para obtener esos 20 hectómetros cúbicos que se dejarán de producir los expertos consultados plantean, de entrada, dos: un impulso al recrecimiento del embalse de La Concepción; y generalizar la reutilización de aguas residuales para riego de jardines y limpieza de calles mediante el tratamiento Ampliación de La Concepción: La construcción de una segunda presa aguas abajo de la actual aportará 40 hectómetros cúbicos (el doble que la desaladora) aunque será dependiente de las lluvias. Cabe mencionar los grandes aportes que se obtienen del triple trasvase (Guadalmina, Guadalmansa y Guadaiza).

Reciclaje de aguas residuales: Unido a una red potente de suministro, se lograrían grandes volúmenes de agua depurada para riego de jardines y baldeo de calles.

Trasvase: La conexión de toda la cuenca entre sí, desde La Viñuela hasta La Concepción, haría posible una mejor gestión. terciario en las depuradoras.

En el primer caso, la Consejería de Medio Ambiente de la Junta acaba de adjudicar la redacción del anteproyecto para construir una segunda presa, aguas abajo de la actual, que aportará otros 40 hectómetros cúbicos para el abastecimiento de la Costa del Sol. Es un paso incipiente, pero clave para que pueda llegar a ser una realidad a medio plazo. De entrada, tal opción supone inyectar a la red el doble que por la vía de la desalación, a un coste reducido para el usuario. Aunque, eso sí, dependerá, como el resto de las presas, de que llueva. Como argumento a su favor, conviene recordar los numerosos desembalses que hay que acometer cada vez que viene un año hidrológico húmedo, tanto por la escasa capacidad del pantano actual (58 hectómetros) como por los abundantes aportes que recibe del triple trasvase de los ríos Guadalmansa, Guadalmina y Guadaiza hacia el principal, el río Verde.

Respecto a la reutilización de aguas residuales, este ya fue un objetivo prioritario del anterior Gobierno, que los nuevos dirigentes pretenden potenciar. En este caso, heredan como primera tarea la ampliación de la Edar de Peñón del Cuervo, en la capital, proyectado por Acuamed, para aumentar su caudal hasta los 9.000 metros cúbicos de al día. Tanto en este caso como en las plantas que ya cuentan con el sistema de depuración terciaria (que son la mayoría) y las que están por construir -caso de la de Nerja- la clave estará en la mejora de las redes de abastecimiento, para que el agua reciclada pueda tener un uso real para el riego de jardines y el baldeo de las calles.

Aún cabe otra opción para mejorar el abastecimiento, que la Junta ya planteó en el anterior ciclo seco. Se trata de garantizar el trasvase de recursos hídricos entre cuencas, mediante una tubería de doble sentido que permita interconectar las presas de La Viñuela, en la Axarquía, y La Concepción, en la Costa del Sol, entre sí y con la potabilizadora de El Atabal.