Los vecinos de Valdoviño piden abrir un canal por la inundación
Mar, 27/12/2011
Una veintena de familias han pasado la Nochebuena y la Navidad encerrados en las inmediaciones del Ayuntamiento como símbolo de protesta por una nueva subida del nivel del agua de la laguna de A Frouxeira, en la localidad de Valdoviño. Las viviendas, que se encuentran situadas frente a la laguna, resultaron inundadas por el desborde de las aguas, al igual que la carretera de Lago, que fue cerrada al tráfico; por lo que los vecinos exigen que se ponga fin al problema mediante la apertura de un canal artificial de desagüe.
El pasado enero de 2010, la Consellería de Medio Rural decidió evacuar agua del humedal, que está protegido, dejándolo prácticamente seco. A partir de este incidente, las autoridades prohibieron intervenir en el lugar y dejar que el nivel se autorregule de forma natural de acuerdo con los ciclos, según apuntaron miembros de entidades ecologistas.
Sin embargo, esta iniciativa ha causado graves inundaciones en las casas que rodean la laguna y éstos han amenazado con abrir ellos mismo un canal para acelerar su vaciado al mar. Si esta acción se llegara a consumar, al ser un espacio protegido, sería constitutiva de una infracción muy grave o incluso de un delito ambiental castigado con multas muy elevadas. A este respecto, la secretaria del PSdeG, Carmen Gallego, solicitó a la Xunta que intervenga de manera «inmediata» en la laguna de Valdoviño para poner solución «cuanto antes» al problema en al zona aunque admite que se trata de un hábitat singular y protegido por cinco figuras ambientales.
La subida anormal del nivel del agua de A Frouxeira comenzó a pronunciarse durante la semana pasada, llegando a desbordarse en plena celebración de las fiestas navideñas. A la vista de los hechos, tanto Gallego como la diputada socialista, Beatriz Sestayo, recordaron al Gobierno autonómico que, hace dos años, se comprometió a elaborar un estudio multidisciplinar sobre la situación de la laguna para preservar el espacio natural y solucionar los problemas de secado y desagüe.
Por su parte, las familias afectadas, más de una veintena prosiguen con su encierro en la Casa Consistorial, iniciado el pasado viernes, para reclamar soluciones al Ayuntamiento y a la Xunta de Galicia ante el desbordamiento. Según dicen, tienen que dejar sus vehículos a «casi 600 metros» de sus casas, a las que entran con el agua por encima de las rodillas.
El pasado enero de 2010, la Consellería de Medio Rural decidió evacuar agua del humedal, que está protegido, dejándolo prácticamente seco. A partir de este incidente, las autoridades prohibieron intervenir en el lugar y dejar que el nivel se autorregule de forma natural de acuerdo con los ciclos, según apuntaron miembros de entidades ecologistas.
Sin embargo, esta iniciativa ha causado graves inundaciones en las casas que rodean la laguna y éstos han amenazado con abrir ellos mismo un canal para acelerar su vaciado al mar. Si esta acción se llegara a consumar, al ser un espacio protegido, sería constitutiva de una infracción muy grave o incluso de un delito ambiental castigado con multas muy elevadas. A este respecto, la secretaria del PSdeG, Carmen Gallego, solicitó a la Xunta que intervenga de manera «inmediata» en la laguna de Valdoviño para poner solución «cuanto antes» al problema en al zona aunque admite que se trata de un hábitat singular y protegido por cinco figuras ambientales.
La subida anormal del nivel del agua de A Frouxeira comenzó a pronunciarse durante la semana pasada, llegando a desbordarse en plena celebración de las fiestas navideñas. A la vista de los hechos, tanto Gallego como la diputada socialista, Beatriz Sestayo, recordaron al Gobierno autonómico que, hace dos años, se comprometió a elaborar un estudio multidisciplinar sobre la situación de la laguna para preservar el espacio natural y solucionar los problemas de secado y desagüe.
Por su parte, las familias afectadas, más de una veintena prosiguen con su encierro en la Casa Consistorial, iniciado el pasado viernes, para reclamar soluciones al Ayuntamiento y a la Xunta de Galicia ante el desbordamiento. Según dicen, tienen que dejar sus vehículos a «casi 600 metros» de sus casas, a las que entran con el agua por encima de las rodillas.