Desde 1990, nuestro conocimiento colectivo acerca de la nieve y de las técnicas usadas para observar sus características han evolucionado. Así, en 2003, la clasificación actual (Colbeck et al., 1990) necesitaba una actualización, pero los usuarios de la clasificación de 1990 sintieron que tanto las correcciones como las adiciones deberían ser mínimas. Siguiendo entonces con el espíritu de los editores anteriores, el Grupo de Trabajo para la Clasificación de la Nieve tuvo mucho cuidado al elaborar de nuevo un documento conciso el cual pudiese ser utilizado por usuarios de diferentes especialidades: practicantes, científicos en nieve, científicos en otras áreas, así como para el público en general. Sin embargo, los esquemas de clasificación se vuelven cada vez más técnicos en la medida que el conocimiento, las técnicas de medición, y los métodos de observación evolucionan. La clasificación aborda principalmente la nieve estacional, aunque muchos de los conceptos de la actual clasificación aplican también para la nieve perpetua, la cual es la primera etapa en la formación del hielo glaciar. Se provee de herramientas y definiciones que buscan básicamente describir observaciones puntuales acerca de la nieve, como por ejemplo, de los trabajos de excavación en la nieve. Sin embargo, la clasificación no intenta clasificar la nieve desde un punto de vista climático, el cual es un tema tratado en otras publicaciones (Sturm et al., 1995).