En las próximas décadas, el cambio climático tendrá un impacto significativo en la cantidad y la calidad de los recursos hídricos, tanto a nivel europeo como a escala mundial. Se prevé que el cambio climático conlleve cambios importantes en la disponibilidad de agua en toda Europa, con el aumento de la escasez de agua, principalmente en el sur de Europa y el aumento de riesgo de inundaciones en la mayor parte del continente. Al menos el 11% de la población europea y el 17% de su territorio se han visto afectados por la escasez de agua hasta la fecha. Las tendencias recientes muestran un aumento significativo de la escasez de agua en toda Europa. Se espera que con el cambio climático aumente la cantidad de territorio de la UE expuesto a la escasez de agua, debido a la contaminación, a la sobreexplotación y al aumento de la población. Los cambios en la cantidad y en la calidad del agua tendrán un gran impacto sobre las principales actividades socioeconómicas. La biodiversidad y los ecosistemas en grandes partes de Europa también se verán afectados. El éxito de la adaptación al cambio climático de los recursos hídricos, depende no sólo de la eficacia de las leyes nacionales y reglamentos europeos, sino también de la medida en que la gestión del agua pueda ser integrada en otras políticas sectoriales como la agricultura y las políticas energéticas. Los océanos, mares, y las costas de Europa se verán también afectados por el cambio climático. El océano, responsable de los ciclos hidrológicos, desempeña un importante papel en la regulación del clima mundial y regional. Europa, al tener una de las líneas costeras más largas del mundo, se ve fuertemente influenciada por los océanos y los mares. El calentamiento del mar puede cambiar las pautas de circulación de las corrientes oceánicas, disminuir la cantidad de hielo marino, aumentar la decoloración de los corales y su mortalidad, y podría propiciar las migraciones de especies y la proliferación de algas. La acidificación de los océanos podría producir efectos adversos en especies tales como corales, crustáceos y equinodermos. El mar no conoce fronteras; por lo que la adaptación al cambio climático requerirá la coordinación sobre cuestiones transfronterizas y un enfoque global e integrado de las zonas costeras y marinas en la aplicación nacional y europea de las políticas sectoriales que tengan un impacto en estas áreas.