Los conflictos reales y aparentes entre el ecosistema y las necesidades humanas por agua dulce están contribuyendo a la aparición de un modelo alternativo para la gestión de los ríos. La base de este nuevo paradigma es la necesidad de forjar asociaciones entre los científicos y otros agentes sociales donde se desarrollen y compartan objetivos ecólogicos y nuevas visiones, y la necesidad de acercamientos experimentales para aumentar la comprensión científica a una escala relevante para la gestión de todo el río. Identificamos cuatro elementos clave que se requieren para que este modelo tenga éxito: los proyectos hídricos existentes y planteados representan oportunidades para relizar experimentos a gran escala a través de la manipulación de los caudales de los ríos; mayor interacción entre científicos, gestores y otros agentes sociales; los resultados de los experimentos deben ser sintetizados en estudios; se necesitan foros donde se junte a los científicos con los gobiernos, el sector privado y las ONGs.