El objeto de este artículo es determinar a "grosso modo" la tecnología de desalación con menor impacto ambiental asociado. Para ello, se resumen los resultados del Análisis de Ciclo de Vida (ACV) aplicado a diversas tecnologías de desalación. Esta metodología imputa los impactos ambientales de la producción de agua desalada durante todo su ciclo de vida ("de la cuna a la tumba"), y por tanto estima las cargas ambientales asociadas a la adquisición y fabricación de las materias primas necesarias, la construcción de la planta(s) desaladora(s), la operación de la(s) misma(s) durante su vida útil e incluso su desmantelamiento y disposición finales. Los resultados obtenidos claramente se decantan por una menor carga ambiental para las tecnologías de ósmosis inversa frente a las de destilación, cosa lógica considerando su menor consumo energético y su menor volumen constructivo con respecto a las tecnologías de destilación. El análisis también incluye un estudio de las posibles integraciones del sistema productor de energía térmica necesario en el caso de tecnologías de destilación, que supone un ligero acercamiento de dichas tecnologías de destilación a las de membranas.