La Nueva Cultura del Agua (NCA) se define de forma muy sintética como aquella que permite un sistema de gestión sostenible de los ecosistemas acuáticos. El objetivo de la NCA es la mejora de la calidad y el estado de conservación de los ecosistemas acuáticos, lo que se traduce en una mejora de la calidad del agua potable y en un aumento de la garantía del abastecimiento. Además de un conjunto de medidas técnicas, la Nueva Cultura del Agua implica un cambio en la mentalidad de los ciudadanos y gestores. Sin este cambio cultural no tendrá éxito ningún conjunto de medidas técnicas destinadas a ganar recurso o a disminuir el consumo de agua. En este cambio juega un papel muy importante la percepción del ciudadano acerca de cómo se gestiona el agua, y por ello la transparencia en la información es básica.