Facilitar alimentos para la población mundial es un desafío que depende del agua. Aunque es concebible hablar de una sociedad post-industrial no se puede decir lo mismo de una sociedad post-agrícola. De la misma forma que no puede existir una sociedad post-agrícola, no debería haber gente que carezca de una dieta adecuada, aunque la realidad es que hay cientos de millones de personas hambrientas y desnutridas en el mundo. Para la población que hoy sufre desnutrición, más los 70 millones que aumentan cada año, es obvia la necesidad de incrementar los alimentos. Por ello es importante un acceso más justo a los recursos alimentarios. La posibilidad de incrementar la producción de alimentos es desalentadora ya que depende de los recursos de la tierra y del agua que ya están bajo severas presiones con serias repercusiones en los ecosistemas naturales acuáticos y terrestres.