A la hora de solucionar problemas reales sobre la calidad del agua de los ríos, los modelos matemáticos son muy poco utilizados hoy día para la toma de decisiones. En nuestra opinión la razón está en la existencia de las dificultades sin resolver asociadas a la colección de los datos requeridos para el modelo de calibración. Asombrosamente, la información no contiene una descripción consistente de los criterios que apoyan el diseño de los datos que recolectan las campañas dedicadas explícitamente al modelo de calibración. En particular, se presta poca atención al papel que juega la dispersión en este proceso.