Algunos municipios de las comarcas catalanas de la cuenca del Ebro carecen total o parcialmente de infraestructuras de depuración de aguas residuales o presentan importantes carencias en este tipo de instalaciones. Esta situación se debe, en gran medida, al incremento en el número de habitantes de estas localidades, aumentando la cantidad de agua vertida en los sistemas de saneamiento, lo que provoca la contaminación de los cauces receptores. Para dar respuesta a esta situación se elaboró el Plan de Saneamiento de Aguas Residuales Urbanas de las Cuencas Internas de Cataluña y de la Cuenca del Ebro, conocido como PSARU 2002, dotado con una inversión de 21,7 millones de euros para un total de 8 obras en otras tantas localidades de la zona. Una de estas actuaciones es la de Sant Jaume d’Enveja, en la provincia de Tarragona. Este municipio no dispone de un sistema de tratamiento de aguas residuales, por lo que el vertido de las mismas se realiza de forma directa al río Ebro, con el consiguiente perjuicio para la conservación del entorno y para la calidad de las aguas del río.