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Rodríguez Iturbe: El agua es un sistema global,nadie puede ser autosuficiente
Mié, 13/06/2012
El agua se ha transformado en un sistema global y no hay región ni país del mundo que pueda ser autosuficiente, según el hidrólogo y profesor de la universidad estadounidense de Princenton Ignacio Rodríguez Iturbe, quien subraya que esa realidad tiene una dimensión política.
Este ingeniero nacido en Venezuela, académico en España y Estados Unidos y cuya contribución a la hidrología fue reconocida en 2002 con el Premio del Agua de Estocolmo - el equivalente al Nobel en esta disciplina- ha protagonizado la segunda jornada del Campus Nobel de Santander.
Tras su encuentro con los jóvenes talentos científicos que participan en estas jornadas, Rodríguez Iturbe ha explicado, en rueda de prensa, que la imposibilidad de ser autosuficiente se ve "muy claramente" en el comercio mundial del agua virtual.
Se trata del agua que está incorporada en la producción de cualquier alimento y se comercia con ella a través de la importación y exportación de productos agrícolas entre naciones o entre regiones de un mismo país.
Los números- ha subrayado- son "impactantes": si una persona come un kilo de carne está consumiendo de promedio (el gasto varía de un lugar a otro del mundo) 15.000 litros de agua, la que usa el heno del que se alimenta el animal para crecer.
Y ha advertido de que las necesidades de agua cambian de una forma "enorme" cuando cambia la dieta de un país, como ocurre con China, que está pasando de una alimentación más vegetariana a otra con un "fuerte componente de carne".
Según Rodríguez Iturbe, hay países que construyen infraestructuras para sacar el agua que no tienen y producir alimentos cuando les resultaría mucho más económico importar esa comida.
El ejemplo clásico es Arabia Saudí, un país árido que en los setenta decidió producir su propio trigo e incluso llegó a exportarlo pero vio que el costo era "inmenso", mucho más alto que importar el cereal.
El comercio mundial del agua virtual tiene también un componente político, interno y externo, y de lo que se trata, en su opinión, es de "llegar a acuerdos en que todo el mundo gane".
"No tratemos de ser autosuficientes porque no lo vamos a lograr y además los costos son prohibitivos", ha subrayado.
Este científico considera "sumamente importante" que los países comprendan que los acuerdos entre regiones tienen que ser tales. Y como ejemplo ha citado el caso de España: "Aquí (en Santander) se ve el agua pero no creo que en Alicante o en Murcia esté el suelo muy húmedo", ha apostillado.
A los jóvenes científicos del Campus Nobel ha tratado de transmitirles la idea de "lo emocionante que es" desde el punto de vista científico la interacción entre ecología e hidrología, tanto para el desarrollo sostenible como para la comprensión integral de los problemas, especialmente del cambio climático.
La vegetación y su frecuencia es una señal que alerta de que se está cerca de un problema de desertificación, como sucede en zonas de Africa y en el sur de España, ha apuntado.
A esas señales se ha referido también el profesor de Cambio Climático de la Universidad de Exeter (Reino Unido) Tim Lenton, quien cree que se están dando pasos para limitar las emisiones de dióxido de carbono, pero cree que deberían ser "más firmes".
El científico británico ha recordado que en 2003 y, más recientemente en 2010, se detectaron señales de alerta en el sur de España, donde se ha comprobado un calentamiento del suelo que está produciendo cambios en la vegetación.
En su opinión, sería "clave" implantar programas a nivel nacional y europeo para reducir los gases de efecto invernadero.
Este ingeniero nacido en Venezuela, académico en España y Estados Unidos y cuya contribución a la hidrología fue reconocida en 2002 con el Premio del Agua de Estocolmo - el equivalente al Nobel en esta disciplina- ha protagonizado la segunda jornada del Campus Nobel de Santander.
Tras su encuentro con los jóvenes talentos científicos que participan en estas jornadas, Rodríguez Iturbe ha explicado, en rueda de prensa, que la imposibilidad de ser autosuficiente se ve "muy claramente" en el comercio mundial del agua virtual.
Se trata del agua que está incorporada en la producción de cualquier alimento y se comercia con ella a través de la importación y exportación de productos agrícolas entre naciones o entre regiones de un mismo país.
Los números- ha subrayado- son "impactantes": si una persona come un kilo de carne está consumiendo de promedio (el gasto varía de un lugar a otro del mundo) 15.000 litros de agua, la que usa el heno del que se alimenta el animal para crecer.
Y ha advertido de que las necesidades de agua cambian de una forma "enorme" cuando cambia la dieta de un país, como ocurre con China, que está pasando de una alimentación más vegetariana a otra con un "fuerte componente de carne".
Según Rodríguez Iturbe, hay países que construyen infraestructuras para sacar el agua que no tienen y producir alimentos cuando les resultaría mucho más económico importar esa comida.
El ejemplo clásico es Arabia Saudí, un país árido que en los setenta decidió producir su propio trigo e incluso llegó a exportarlo pero vio que el costo era "inmenso", mucho más alto que importar el cereal.
El comercio mundial del agua virtual tiene también un componente político, interno y externo, y de lo que se trata, en su opinión, es de "llegar a acuerdos en que todo el mundo gane".
"No tratemos de ser autosuficientes porque no lo vamos a lograr y además los costos son prohibitivos", ha subrayado.
Este científico considera "sumamente importante" que los países comprendan que los acuerdos entre regiones tienen que ser tales. Y como ejemplo ha citado el caso de España: "Aquí (en Santander) se ve el agua pero no creo que en Alicante o en Murcia esté el suelo muy húmedo", ha apostillado.
A los jóvenes científicos del Campus Nobel ha tratado de transmitirles la idea de "lo emocionante que es" desde el punto de vista científico la interacción entre ecología e hidrología, tanto para el desarrollo sostenible como para la comprensión integral de los problemas, especialmente del cambio climático.
La vegetación y su frecuencia es una señal que alerta de que se está cerca de un problema de desertificación, como sucede en zonas de Africa y en el sur de España, ha apuntado.
A esas señales se ha referido también el profesor de Cambio Climático de la Universidad de Exeter (Reino Unido) Tim Lenton, quien cree que se están dando pasos para limitar las emisiones de dióxido de carbono, pero cree que deberían ser "más firmes".
El científico británico ha recordado que en 2003 y, más recientemente en 2010, se detectaron señales de alerta en el sur de España, donde se ha comprobado un calentamiento del suelo que está produciendo cambios en la vegetación.
En su opinión, sería "clave" implantar programas a nivel nacional y europeo para reducir los gases de efecto invernadero.