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LA VERDAD Pág.   Domingo, 08/02/2004

Autor: M. BUITRAGO M.B.B./MURCIA

MURCIA
 
       
 
El PSOE supedita los trasvases a su viabilidad ambiental y económica. Aragón incumple su propio Pacto 
 
  REGIÓN MURCIA   
  Pie de foto:ALTERNATIVA. Narbona, responsable de Medio Ambiente, con Blanco y Zapatero, el verano pasado. EFE   
 

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Su programa electoral matiza ahora las condiciones para enviar agua al Segura. Iglesias y Montilla respaldan la transferencia de excedentes de otras cuencas
M. BUITRAGO M.B.B./MURCIA

MURCIA
ALTERNATIVA. Narbona, responsable de Medio Ambiente, con Blanco y Zapatero, el verano pasado. EFE
EL BORRADOR

EL BORRADOR EL TEXTO APROBADO

EL TEXTO APROBADO
El PSOE ejecutará de forma urgente las inversiones de modernización de regadíos, en depuración y reutilización de aguas residuales, en abastecimiento y en desalación, ya previstas en el anexo de la Ley del Plan HIdrológico Nacional -ralentizadas por el PP- que, por su mayor viabilidad económica y ambiental, sean susceptibles de obtener financiación europea, dando prioridad a la cuenca del Segura. En este caso, además, el Gobierno socialista propiciará el consenso social y territorial necesario para plantear la transferencia al Segura de agua procedente de otras cuencas. El PSOE ejecutará de forma urgente las inversiones de modernización de regadíos, en depuración y reutilización de aguas residuales, en abastecimiento y en desalación, ya previstas en el anexo de la Ley del PHN -ralentizadas por el PP- que, por su mayor viabilidad económica y ambiental, sean susceptibles de obtener financiación europea, dando prioridad a la cuenca del Segura. En este caso, además, el Gobierno socialista propiciará, a partir de una evaluación ambiental y económica de las posibles alternativas, el necesario consenso social y territorial para plantear la transferencia al Segura de agua procedente de otras cuencas.

El programa electoral del PSOE con el que José Luis Rodríguez Zapatero concurrirá a las elecciones generales del próximo 14 de marzo ha introducido varias modificaciones sobre las condiciones en que deben enviarse a la cuenca del Segura aguas procedentes de otros ríos. Si bien los socialistas mantienen abierta esta posibilidad, han supeditado los envíos de excedentes a «una evaluación ambiental y económica de las posibles alternativas».

De ser así, los trasvases que esté dispuesto a aprobar el PSOE deberán pasar ese doble filtro, muy difícil de cumplir si los socialistas toman para ello como referencia sus posiciones sobre el desarrollo sostenible y la nueva cultura del agua.

Este matiz no aparecía en el borrador del Programa Marco que dio a conocer el PSOE el pasado mes de diciembre, y fue introducido en la Confederencia Política de enero y ratificado el viernes pasado, cuando el programa electoral se aprobó por aclamación.

Entre los dirigentes que acudieron al Comité Federal y suscribieron la posibilidad de enviar trasvases al Segura estaban el presidente de Aragón, Marcelino Iglesias; y el secretario general del PSC, José Montilla. Ambos pueden haber caído en la contradicción, puesto que se han significado hasta ahora, a través de sus respectivos gobiernos, por negar los trasvases de agua a las cuencas del sur y sí apostar por otras alternativas.

Los únicos ríos con excedentes para trasvasar son el Duero, el Jarama, el Tajo y el Ebro. Dado que los tres primeros se consideran técnicamente descartados en los estudios del Plan Hidrológico Nacional -salvo que se encarguen nuevos informes científicos que demuestren lo contrario- , el único que queda disponible es precisamente el Ebro, con la cual resulta más llamativo que Marcelino Iglesias y José Montilla hayan respaldado este punto del programa electoral del PSOE.

Los socialistas han añadido también al programa electoral potenciar la desaladoras, como obras de interés general, a partir de energías renovables. El PSOE, el PP, el Partido Aragonés Regionalista e Izquierda Unida aprobaron por unanimidad, en julio de 1992, el Pacto del Agua de Aragón, en el que se aceptaban implícitamente los futuros trasvases del Ebro a cambio de que el Gobierno de la Nación cumpliera a su vez y ejecutara todas las obras previstas. Esto es, inversiones por valor de casi medio billón de pesetas que implica numerosas infraestructuras hidráulicas y decenas de miles de hectáreas de nuevos regadíos.

El párrafo señalaba lo siguiente: «Este acuerdo debe trascender cambios coyunturales en la representación institucional y permitir la defensa común de los intereses de Aragón en la tramitación de los planes hidrológicos, de modo que se garanticen los acuerdos recogidos en este Pacto. La asunción por el Plan Hidrológico Nacional de los objetivos y proyectos recogidos en esta resolución y su ejecución en los plazos previstos implicará el apoyo de la Comunidad Autónoma a dicho Plan en su periodo de vigencia».

Corría el año 1992. El PSOE gobernó en España cuatro años más, sin que se iniciaran las obras del Pacto de Aragón. El último Gobierno de Felipe González sí trató de aprobar el Plan Hidrológico de José Borrell, apoyado por Cristina Narbona, secretaria de Estado de Medio Ambiente, que preveía trasvasar casi 2.000 hectómetros cúbicos desde el Ebro, el doble que ahora.