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La Verdad Pág.   Jueves, 18/03/2004

Autor: A. ACOSTA/MURCIA
 
       
 
Las desaladoras ya dan de beber a 2,5 millones de españoles 
 
  REGIÓN MURCIA   
     
 

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A. ACOSTA/MURCIA

Desde que se construyeran las primeras plantas desaladoras en España en los años 60, las tecnologías han ido perfeccionándose de tal forma que hoy la desalación se ha convertido en un método para compensar los déficits hídricos en muchas zonas de España.

Si bien en un primer momento la desalación era patrimonio casi único del archipiélago canario, sobre todo de las islas orientales, donde la escasez de recursos hídricos amenazaba su desarrollo y no había otras posibilidades viables de incrementar estos recursos, hoy en día «el centro de gravedad de la desalación en España se ha trasladado de Canarias a la costa mediterránea», explica Miguel Torres, jefe del Área de Calidad de Aguas del Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (Cedex).

Las cifras hablan por sí solas. Desde la primera planta que se construyó en Lanzarote en la segunda mitad de los años 60 hasta hoy la producción de agua desalada roza ya los 400 hectómetros cúbicos al año, abasteciendo a una población de dos millones y medio de españoles.

En estas cifras se incluyen tanto la desalación de aguas salobres -agua subterránea salinizada, ya sea de acuíferos costeros en contacto directo con el mar o de acuíferos aislados del mismo- como de aguas marinas. Aproximadamente la mitad de la producción correspondería a aguas marinas y la otra mitad a aguas salobres, aunque el número de plantas para desalar agua de mar es menor que el de agua salobre, pues éstas últimas son de menor capacidad.

Así, de unas 750 plantas desalinizadoras que hay en España, unas 200 son de agua de mar, cada vez con mayor capacidad y mejores tecnologías.

Las últimas desaladoras puestas en marcha son parte de las 41 que se contemplan dentro del Plan Hidrológico Nacional (PHN) -de las que 12 se encuentran en la zona receptora del trasvase del Ebro-, que preveía duplicar el volumen de agua desalada hasta alcanzar unos 450 hectómetros cúbicos anuales en 2008.

La llegada del PSOE al Gobierno puede disparar el número de estas plantas, ya que la alternativa al trasvase del Ebro, que parece condenado, es más desalación, reutilización, depuración y modernización de regadíos.

Así, los socialistas plantean recuperar, a partir del ahorro y la modernización de regadíos y de la reutilización de aguas depuradas, 575 hectómetros cúbicos y producir más de 400 hectómetros cúbicos adicionales de agua desalada; ambos objetivos en un plazo de cinco años.

Estos recursos adicionales procedentes de plantas desaladoras fueron en su momento muy criticados por las organizaciones ecologistas, pues no hay que olvidar que las estaciones desalinizadoras son grandes consumidoras de energía y emiten a la atmósfera grandes cantidades de dióxido de carbono, principal gas causante del efecto invernadero.

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