OPINION
MULTIPLE
La Verdad Pág.   Martes, 16/12/2003

Autor: JUAN CÁNOVAS CUENCA/
 
       
 
Un respaldo a la gestión en la mejora de la calidad de las aguas 
 
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JUAN CÁNOVAS CUENCA/
El Consejo Nacional del Agua ha informado favorablemente la trasposición de la Directiva Marco de Aguas europea a la legislación española, cumpliendo el plazo fijado por la propia Directiva para su adaptación a las normativas nacionales, en diciembre de 2003. Ha sido un largo proceso, pero ha merecido la pena. Estamos, sin duda, ante una buena noticia, aunque algunos se hayan empeñado en dar una imagen retorcida y distorsionada de una norma cuyo objetivo final es la mejora de la calidad de las aguas, tanto continentales como de transición y costeras.

Para conseguirlo, la Unión Europea propone la gestión integral de las masas de agua, un sistema que España adoptó hace 78 años con el nacimiento, en marzo de 1926, de las confederaciones hidrográficas, entonces confederaciones sindicales hidrográficas, que fueron creadas para gestionar, planificar y controlar en un mismo organismo las aguas de nuestros ríos bajo el principio de unidad de cuenca. En este sentido, la Directiva Marco da un paso adelante incluyendo también las aguas de transición y costeras en un ámbito espacial denominado demarcación hidrográfica, sin que ello suponga la desaparición de las confederaciones.

El fin que se persigue es el de avanzar hacia un modelo que permita dar una respuesta adecuada a las nuevas demandas de la sociedad en materia medioambiental, especialmente en lo relativo a la calidad del agua, prioridad absoluta para la Confederación que presido, en la que se gestiona un río de muy escaso caudal en territorio cuya sostenibilidad y prosperidad --a la que no debemos renunciar-- necesita y demanda los excedentes hídricos de otras cuencas. El sistema depurador en marcha ya ha logrado niveles aceptables de calidad, impensables hace apenas unos años, pero todavía susceptibles de mejora que se alcanzará con la culminación de las obras previstas y la ineludible colaboración por parte de los usuarios del Segura.

Para cumplir con los objetivos de calidad, la Directiva exige un riguroso seguimiento mediante redes de control y establece plazos para alcanzarlos. En la Confederación Hidrográfica del Segura ya contamos con modernas redes de control y puesto que los fines de la Directiva Marco llevan implícita la mejora continua de los procedimientos y procesos, su implantación no supone un salto sino un cambio de tendencia justificado por la mayor exigencia que demanda la sociedad.

Toda la secuencia de las actuaciones pasa por prevenir, proteger, mejorar y regenerar las masas de agua, invirtiendo la tendencia al aumento de su degradación.

La trasposición de la directiva europea es una oportunidad para que todas las administraciones con responsabilidad en materia de depuración de vertidos y de protección de los ecosistemas asociados al agua estrechen su colaboración para cumplir los objetivos de la norma europea que, en definitiva, es lo demandado por la sociedad. La Directiva no modifica el marco de competencias establecido. Las actuaciones contra la contaminación urbana seguirán a cargo de las administraciones local y autonómica. A las confederaciones hidrográficas corresponderá la tarea de control y seguimiento. Pero la nueva norma incluye un aspecto fundamental, a tener muy en cuenta para lograr la máxima implicación de todos los agentes que participan, como es la inclusión en la ley del traslado de responsabilidades ante la Unión Europea a las autoridades competentes.

La Directiva fortalece la participación de las administraciones y de los usuarios, lo que se manifiesta con la creación de dos órganos: el Comité de Autoridades Competentes, que lo constituirán las administraciones con competencias en la protección de las aguas y el Consejo del Agua de las Demarcaciones Hidrográficas, que se crea a partir de los actuales Consejos del Agua de Cuenca y lo forman, además de las administraciones, los usuarios y grupos de carácter social y económico. De esta forma se garantiza la participación y representación pública en la planificación hidrológica de un país con grandes diferencias hidrológicas, que pasa de períodos de grandes sequías a inundaciones catastróficas, un aspecto que también ha sido tenido en cuenta en la Directiva Marco. Es precisamente el fortalecimiento del principio de participación ciudadana lo que justifica la propuesta de modificación de la ley del Plan Hidrológico Nacional en lo referente a la definición del caudal medioambiental en el último tramo del río Ebro, confirmando las funciones del Consejo del Agua de esa cuenca.

La trasposición de la Directiva marco europea a la legislación española es, en definitiva, un espaldarazo a nuestro modelo de gestión. Con ella, hemos dado un paso adelante firme e importante en materia medioambiental. Quedan aún por dar muchos más, que exigen el esfuerzo de todos: usuarios, ayuntamientos, comunidades y Administración central, pero hoy es día de celebrar que estamos en el buen camino.

Esta ley, como todas, no serviría de nada sin la colaboración activa de todos los ciudadanos y su concienciación de que cumpliéndola mejora nuestra calidad de vida y la de nuestros descendientes. No debemos olvidar que "sin calidad de agua no hay calidad de vida". Con el importante paso dado en esa dirección, estamos de enhorabuena.

(*) Juan Cánovas Cuenca es presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura.