LOCAL LOGROÑO
MULTIPLE
LA RIOJA Pág.   Lunes, 30/06/2003

Autor: J.S./LOGROÑO
 
       
 
Dos nuevas capturas de siluro hacen temer que la especie ya esté asentada en el Ebro 
 
  LOGROÑO   
  Pie de foto:Los peces fueron capturados junto al Puente de Piedra. / JUAN MARÍN   
 

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Dos pescadores cogieron dos ejemplares en veinte minutos junto al Puente de Piedra tres días después del primero

Los peces serán llevados hoy a Medio Natural para analizar
«Esto puede ser un desastre ecológico», afirman los pescadores, preocupados por la presencia de una especie de pez extremadamente depredadora en aguas riojanas: el siluro. En sólo cuatro días se han capturado tres ejemplares en el Ebro a su paso por Logroño, lo que hace temer que esté extendido por el cauce y asentado aquí.
J.S./LOGROÑO
Los peces fueron capturados junto al Puente de Piedra. / JUAN MARÍN
Ello supondría un serio riesgo para el ecosistema natural, no sólo de este río, sino de afluentes como el Iregua y el Najerilla, que el pez podría remontar por sus propios medios. La voracidad de esta especie la convierte en una amenaza de gran magnitud y un problema de difícil, por no decir imposible, solución.

Dos en veinte minutos

El pasado martes saltó la alarma al trascender la captura de un ejemplar aún pequeño (de aproximadamente un kilo de peso). Como informó este diario, fueron dos jóvenes pescadores quienes lo cogieron junto al Puente de Piedra usando como cebo 'gusano de la miel'. Para identificarlo lo llevaron a la tienda 'Planeta Agua' y después se deshicieron de él.

Al conocer el asunto la Dirección General de Medio Natural y despertarse la lógica preocupación, sus responsables expresaron la intención de intentar alguna captura para hacer análisis.

Ya no hace falta. El propio responsable de la tienda de pesca, Julio Ribé, se fue al río el viernes con un par de amigos, al mismo lugar de la primera captura, y en veinte minutos cogió dos ejemplares de medio kilo. «Y tuvimos dos picadas más que tenían que ser mayores», comentaba ayer.

No hacían falta redes de profundidad, como pretendían las autoridades; bastaba con un simple cebo de lombriz como el usado por Ribé, que hoy mismo llevará los dos ejemplares vivos (los ha conservado en pecera) a la Consejería.

Una mano negra

Pescadores como él, conocedores de la especie, han expresado su preocupación por los estragos que puede ocasionar el siluro en aguas riojanas. «En el Ebro no se puede hacer nada, ya están aquí -comenta-. En todo caso habría que intentar proteger ríos como el Iregua y el Najerilla».

¿De dónde proceden? Según Ribé, no han podido remontar el Ebro porque entre Mequinenza (Aragón), donde los hay desde hace años, y Logroño hay presas insalvables para los siluros. «No han venido solos. Éstos los ha echado a mala idea una mano negra».