LOCAL M (Madrid)
Madrid , |
EL PAÍS | Pág.
M009 Viernes, 27/02/2004 Autor: ANTONIO JIMÉNEZ BARCA |
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Una riada causada por las fuertes lluvias anega 36 viviendas en Fuente el Saz |
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El alcalde recuerda que es la tercera vez que el pueblo se inunda desde el otoño | ||||
[4,181 Caracteres] Fuente el Saz 'No es por nada, alcalde, pero me parece que el río se ha llevado por delante el puente', comentó el agente local después de pasarse toda la madrugada de ayer en vela, rescatando gente por las ventanas e intentando desviar las aguas para que no afectasen a más viviendas. El río es el Jarama, 'que hoy parece el Amazonas' tras las fuertes lluvias, y el alcalde, Luis Manuel Rodríguez del Pino (PSOE), regidor de Fuente el Saz (5.500 vecinos). Por tercera vez desde el otoño, una inundación arrasa parte del pueblo. En esta ocasión, la riada ha afectado a 36 viviendas. Muchas aún están anegadas. La parte del pueblo que más sufrió los efectos del agua se denomina Vereda de Santa Catalina: son chalés independientes, rodeados de una parcela con jardín, ocupados, en su gran mayoría, por personas que los habitan los fines de semana. Ayer jueves, sin embargo, Emiliano Vizcaíno, de 68 años, viajó desde Madrid, donde vive y, calzado con unas botas de agua de pescador, mostraba a quien pasaba por ahí el estropicio en el que se ha convertido su garaje, con medio metro de agua y de barro. A eso de las dos de la mañana del jueves, después de varias horas de aguacero, el alcalde recibió una llamada de emergencia y acudió a la parte del pueblo que, dada la orografía de la zona, actúa como embudo de las aguas de casi toda la comarca. A menos de 500 metros del Jarama, ocho camiones de bomberos y un buen número de policías (llegados de las localidades cercanas: Algete, Alcobendas, San Sebastián de los Reyes) luchaban por contener una marea que acabó atrapando a ocho personas que tuvieron que ser rescatadas por la policía, bloqueando una carretera, la M-117, inundando más de 12 calles, anegando ocho garajes, inutilizando ocho vehículos y llevándose por delante el puente principal del río. Entre los ocho vehículos se cuenta uno de bomberos y el todoterreno de los policías locales, 'que en un momento crítico de la noche empezó a flotar en el agua, de modo que los policías que entonces lo ocupaban tuvieron que salir por la ventana', relata el agente de Fuente el Saz. Todavía ayer, a las seis de la tarde, eran evidentes las muestras del desastre: parcelas de labranza completamente anegadas de agua, como inmensas lagunas, salpicaban el terreno convertido en un inmenso barrizal. Aquí y allá, varias torrenteras arrastraban barro y piedras hacia el cercano Jarama. Había chalés en los que no era posible entrar a no ser que se contara con una canoa. En otra de las casas, en un cercado, tres ovejas con evidente aspecto de haber sufrido la riada, a juzgar por el barro y la suciedad que mostraban en su lomo, pastaban en la hierba mojada. El alcalde recuerda que es la tercera vez que esa parte del pueblo se inunda desde el otoño. En octubre se dirigió al Ministerio de Fomento, a la Comunidad de Madrid, a la Delegación del Gobierno y a la Dirección General de Protección Civil para que colaboren en adoptar una serie de medidas encaminadas a solucionar los efectos de las lluvias. A juicio del regidor, que ocupa el cargo desde mayo, una de las causas de las riadas es que han desaparecido, en los últimos años, los cauces naturales por los que discurrían las aguas en periodos de lluvias debido al crecimiento del pueblo. Muchos de estos chalés que estorban el natural discurrir del agua han sido levantados en terrenos rústicos. 'Plan general' 'En el próximo plan general se legalizarán estos chalés', añade Rodríguez del Pino, 'porque no queda más remedio, ya que llevan muchos años construidos. Pero es necesario que las instituciones nos ayuden a construir más canalizaciones, a recuperar más caminos por los que fluya el agua, y eso es algo que el municipio de Fuente el Saz no puede hace por sí solo'. Y concluye: 'Hasta ahora sólo me ha respondido el Ministerio de Fomento. Ahora volveré a insistir, porque aquí, la policía y yo nos pasamos el día mirando al cielo, como si fuéramos labradores, pero rezando para que no llueva demasiado y no se nos inunde otra vez el pueblo'. |
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