SOCIEDAD SO (Sociedad)
1ª de Barcelona ,
EL PAÍS Pág. 32  Lunes, 14/04/2003

Autor: MIQUEL NOGUER
 
       
 
PEDRO ARROJO / Premio Goldman de Medio Ambiente 'La época de los grandes trasvases ha llegado a su fin y el Gobierno lo sabe' 
 
     
     
 

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Barcelona
Pedro Arrojo (Madrid, 1951) recibe hoy en San Francisco (EE UU) el premio Goldman, considerado el galardón más importante del mundo en materia de defensa del Medio Ambiente. Profesor de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza, Arrojo ha destacado por su labor académica de estudio del Plan Hidrológico Nacional (PHN), al que se opone por considerar que aumentará más los desequilibrios sociales y económicos entre las diferentes zonas de España. Es el primer español que recibe el Goldman, un premio dotado con 115.000 euros, que donará a la Fundación para la Nueva Cultura del Agua.
Pregunta. Siempre ha defendido que la defensa del medio ambiente debe pasar por la universidad y que no está reñida con el desarrollo económico. ¿Es este premio un reconocimiento a sus trabajos contra el PHN?
Respuesta. Economía y ecología no son dos conceptos antagónicos. Creo en la visión aristotélica de la economía y defiendo que debe servir para administrar bien los bienes del planeta. Y hoy en día esto significa defender el desarrollo sostenible. Cualquier visión que no pase por el desarrollo sostenible no es de interés general. Y esto es lo que pasa con el trasvase del Ebro, que beneficia a las comunidades que ya tienen mayor nivel de desarrollo a costa de condenar algunas de las zonas más pobres de España.
P. ¿Cuál es el gran punto negro del Plan Hidrológico que defiende el Gobierno del PP?
R. Existe un gran problema de prioridades. El Gobierno prioriza antes que nada el hormigón, la construcción de ciento y pico grandes presas en el país del mundo que ya tiene más embalses y obras hidráulicas por habitante. A causa del clamor social el Gobierno ha introducido otras prioridades, como la mejor gestión de los regadíos o el mejorar las redes de distribución de agua, que pierden el 40% de la misma por deficiencias técnicas. Pero la prioridad real del Gobierno sigue siendo el hormigón.
P. Usted defiende que si ahora se logra parar el trasvase del Ebro ya nadie se atreverá a resucitarlo. ¿Por qué?
R. En Estados Unidos se dieron cuenta hace ya 40 años de que la construcción de grandes embalses no haría más rica la costa oeste, como defendía entonces el Gobierno. Vieron que el tiempo de los grandes embalses ya había acabado y ahora esta opinión está llegando a España. La época de los grandes trasvases y embalses ha llegado a su fin, y el Gobierno lo sabe.
P. Pues no lo expresa.
R. Sí lo hace. Cuando el ministro Arias Cañete dijo que el PHN se haría por cojones, también dijo a su interlocutor que se tenía que aplicar rápido. Como en las guerras, el Gobierno sabe que si quiere cometer alguna brutalidad ésta debe hacerse antes de que cambie el orden establecido y este cambio viene marcado por las directivas europeas y la proliferación de la nueva cultura del agua, todo ello contrario a los trasvases.
P. ¿Es optimista respecto al papel que puede ejercer la Comisión Europea para parar el actual PHN?
R. Yo no descartaría que en un futuro el Gobierno pague alguna factura por su apoyo a la brutal guerra de Iraq y que en un momento determinado la Comisión Europea se lave las manos sobre las quejas que le hemos hecho llegar y las lleve directamente a algún tribunal europeo, con lo que le puedo asegurar que el Gobierno español debería reformar el PHN por decisión judicial. Cada día que pasa sin que se aplique el plan estamos más cerca de su retirada definitiva.
P. ¿Significa esto que ustedes intentarán retrasar al máximo cualquier paso del trasvase sólo para ganar tiempo?
R. Sí, pero no por una visión malévola de enredar, de distraer. No es esto. Hay que tener tiempo para dialogar, reflexionar y no cometer errores irreversibles. La clave para solucionar el problema no es la política testicular del señor Cañete, no es el autoritarismo del Gobierno, sino el diálogo social. Se exige un cambio de actitud desde la Administración. El autoritarismo del señor Aznar ha batido niveles no conocidos en este país desde la época de Franco.
P. Sin hormigón ni grandes obras, ¿puede paliarse el déficit de agua de la costa levantina?
R. En muchas zonas donde se dice que hay déficit de agua no lo hay. El Plan Hidrológico Nacional ha hecho trampas a base de no contabilizar las aguas subterráneas de muchas cuencas. En algunos puntos, donde sí puede existir algún problema puntual de falta de agua, podría optarse por las plantas desaladoras.
P. ¿Es viable esta opción?
R. Si realmente falta agua y las plantas se construyen bien y donde tienen que estar, sí. La multinacional Vivendi ha firmado un contrato con Israel para desalar agua a menos de medio euro por metro cúbico. Llevar agua del Ebro a Almería, en cambio, costará más de un euro.