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El Periódico de Aragón Pág. 22  Domingo, 02/03/2003

Autor: CHARO PEREZ GARBAYO ZARAGOZA
 
       
 
7.000 personas sin agua y vertido en la ciudad Garrapinillos, el sector más afectado Pozos, aljibes, botellas y viajes a la fuente Los vecinos saben que contaminan Agua para Torrecilla y Montañana Proyectos en el horizonte inmediato Juslibol y Villarrapa, sin problemas 
 
  Las carencias de servicios básicos en la periferia El hábitat disperso y los problemas de titularidad del suelo son los grandes obstáculos para conectar los núcleos con la red municipal   
     
 

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Cerca de 7.000 zaragozanos, ubicados en 16 de los 18 barrios rurales de la capital aragonesa, carecen de agua y vertido. Muchos de ellos tardarán varios años en poder disponer de un servicio tan básico y preciado. Otros ni siquiera acarician esa posibilidad en un futuro lejano. El hábitat diseminado, el alejamiento de las redes principales de abastecimiento y saneamiento y los problemas derivados de la propiedad del suelo son barreras infranqueables para que en el siglo XXI todos los habitantes de la quinta capital de España puedan tener agua en sus grifos o se desentiendan del vertido, que ahora se resuelve mediante la proliferación de fosas sépticas.
El Ayuntamiento de Zaragoza, que es la institución responsable de hacer llegar estos servicios a todos los vecinos, asegura que está "atado de pies y manos" en buena parte de los casos por el ordenamiento jurídico, que le impide actuar en propiedades particulares. Las obras, en cualquier caso, son muy onerosas para el erario público en relación al número de vecinos a los que favorece. El PAR, que intenta retomar estas reivindicaciones, calificó la situación de tercermundista, algo que no contestó el concejal de Conservación de Infraestructuras, Alejandro de la Mata, quien le reprochó no haber dirigido las reformas del presupuesto a este ámbito.



Estos dos barrios rurales son los que más afectados aportan a la lista de vecinos sin servicios básicos --5.000 Garrapinillos y 600 Montañana, aunque el último cómputo incluye también casas de Santa Isabel--. En el primer núcleo, que se prodiga en una amplia red de caminos que llevan a numerosísimos barrios apartados, muchas de las casas son ilegales, ahora en proceso de normalización. El alcalde, Mariano Blasco, considera que las soluciones "deben contar con todos los que hay". En Montañana, la situación se califica de "injusta" y se demandan los proyectos, alguno tan excepcionalmente barato como el de Torre Verla (253.012 euros), aunque desde el ayuntamiento se asegura con un rotundo laconismo: "Los recursos son los que son".



Cada una de las casas que no está conectada a la red de vertido construye una fosa séptica. "Cuando te las venden dicen que son muy ecológicas, pero siempre acabas teniendo que vaciarlas", apuntan en Movera. Todas se construyen alejadas de los pozos, pero los vecinos saben que las filtraciones acaban contaminando todo el entorno. "Estamos dejados de la mano de Dios", dice Vicente Guillén de Casetas, y asegura que muchos pozos "ya salen con el agua tumbada, con una especie de nata arriba". Este agua se emplea para la higiene personal y la limpieza doméstica, y más de uno teme que pueda ser un foco de problemas sanitarios. En Casetas, algunas fosas se desbordan cuando hay tormentas e inundan las casas. El sistema más sofisticado lo tiene Proyecto Hombre en Miralbueno, que reutiliza el agua del vertido para el riego, pero reconoce que el mantenimiento de esta infraestructura es un lastre económico. El alcalde de Garrapinillos ha propuesto al ayuntamiento que sea FCC, la adjudicataria de la limpieza pública, la que se encargue de sanear todos los pozos negros, a cambio de un canon de vertido algo más elevado, pero no ha cuajado. Por suerte, el concejal del PSOE Antonio Becerril prefiere establecer una red de minidepuradoras.




Los vecinos de las zonas sin red de agua y vertido se las ingenian para que la vida sea lo más cómoda posible y captan el agua a través de pozos o construyen aljibes que, en la mayoría de los casos, captan de las acequias de riego, algunas con elevados índices de contaminación. En todas las casas hay infraestructuras suficiente para la impulsión del agua, para su cloración o descalcificación, que suponen un coste excesivo, según reconocen, y una dinámica a la que todos acaban acostumbrándose, pero el agua de boca se consume embotellada. En zonas como Garrapinillos y Miralbueno, hay fuentes públicas a las que acuden los habitantes de los diseminados provistos de garrafas para surtirse de agua de la red pública de Zaragoza.



El Ayuntamiento de Zaragoza, a través de FCC, lleva el agua de boca a Montañana y Torrecilla de Valmadrid cada semana. En los demás núcleos no se hace salvo que haya una petición puntual de los alcaldes. Así pasó en Casetas cuando hubo un año que se secaron los pozos. El ayuntamiento explica que se acude todos los jueves a Montañana porque en el barrio hay un problema de falta de presión, que sólo se solventará cuando se haga el depósito elevado, que cuenta con la oposición de un vecino que impide la realización de los trabajos. En Torrecilla no hay conexión con la red de agua, pero sí un depósito que se hizo en 1996. Cuando el agua que se usa en los domicilios no proviene de la red general de Zaragoza, los vecinos aseguran que se disparan las averías de los electrodomésticos, fundamentalmente de las lavadoras y los lavavajillas, porque no hay filtros para la cal. Pero también se multiplican las averías de los grupos impulsores, porque los motores se queman.



El barrio del camino Real de Casetas espera conectarse a la red de Pinseque este mismo año, mientras que el de Santa Fé, que depende de Casablanca hará lo propio con Cadrete para conseguir tener vertido. Después de esta intervención aún quedará pendiente de solución el problema de algunas casas en las calles Amantes de Teruel y Méndez Coarasa. También hay excepciones de casas sin vertido en Peñaflor, La Alfocea y Monzalbarba, porque no dan la cota, aunque se confía en que en el futuro la realización de nuevas urbanizaciones permitan resolver el problema. Mientras, en La Venta del Olivar hay redactados o en proceso de redacción tres proyectos, que tienen problemas de ocupación del suelo, y resolverían el 90% de las carencias si se llegasen a ejecutar. La mayor parte de las urbanizaciones decidieron asumir el coste de sus redes y conectarse al sistema general. Pero esta situación es imposible en las torres aislada de Movera y La Cartuja, que no pueden asumir en solitario y sin financiación una obra de esta magnitud.



Estos dos barrios no cuentan con diseminados o torres fuera del casco urbano que tengan que luchar con la falta de agua y vertido, aunque en Villarrapa esperan que haya disponibilidad económica para reparar la depuradora. Monzalbarba sólo tiene 6 viviendas con carencia de agua y vertido, tres en San Gregorio y La Cartuja eleva la cifra a doce. Otro pequeño foco hay en Villamayor. Peñaflor contabiliza tres casas sin vertido.
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