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LEVANTE Pág.   Viernes, 29/08/2003

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Un trasvase contra incendios 
 
     
     
 

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La conselleria de territorio ha propuesto al Gobierno central que el caudal del trasvase del Ebro no sólo se utilice para el abastecimiento urbano y agrícola y la mejora de ecosistemas, sino que también sirva para alimentar los depósitos de agua existentes en la Comunidad Valenciana destinados a la prevención de incendios forestales. La solicitud se realizó antes del 2 de agosto, pero trascendió ayer.

Maria Josep Picó, Valencia

El artículo 17 de la ley del Plan Hidrológico Nacional (PHN) del 5 de julio de 2001 establece que las aguas desviadas mediante el trasvase del Ebro «sólo podrán utilizarse» para alimentar o complementar los sistemas de abastecimiento existentes y garantizar los usos actuales y futuros de suministro urbano en las cuencas receptoras (internas de Cataluña, Júcar, Segura y Sur). A continuación, el caudal transferido -un máximo anual de 1.050 hectómetros cúbicos- se destinará a mejorar las condiciones ambientales de ecosistemas degradados y a consolidar el suministro de las dotaciones de los regadíos existentes que padecen una infradotación hídrica. En último lugar, el agua del Ebro servirá para atajar la sobreexplotación de los acuíferos.

El conseller de Territorio y Vivienda, Rafael Blasco, anunció ayer que la Generalitat Valenciana ha solicitado al Ministerio de Medio Ambiente que «las futuras conducciones y canalizaciones del trasvase del Ebro se aprovechen para la alimentación de los depósitos de agua y así garantizar el caudal necesario para los medios de extinción de incendios forestales». Esta demanda se efectuó a través de las alegaciones al estudio de impacto ambiental de la transferencia hídrica, cuyo período de alegaciones concluyó el pasado dos de agosto.

El conseller argumentó: «Hemos realizado un informe de alegaciones y sugerencias al PHN en el que planteamos la posibilidad de disponer de las conducciones o canalizaciones necesarias para la alimentación de la red de depósitos de agua para los medios de extinción como vehículos autobombas y helicópteros».

«El complemento perfecto»

El agua del Ebro «podrá convertirse en el complemento perfecto para la red de depósitos de la Comunidad Valenciana con el objetivo de prevenir los incendios forestales», en opinión de Blasco.

La propuesta del departamento autonómico relativa al aprovechamiento del agua del Ebro, aunque fue presentada en el período de exposición pública del estudio de impacto ambiental del trasvase, puede afectar a los requerimientos fijados por la propia ley del PHN, vigente hace más de dos años.

Se «duplica» el consumo eléctrico del canal

Maria J. Picó, Valencia

Ecologistes en Acció criticó ayer que el trasvase del Ebro previsto en la ley del Plan Hidrológico Nacional (PHN) consumirá «el doble de la energía prevista en la Evaluación Ambiental Estratégica» elaborada en 2001 por el Ministerio de Medio Ambiente para ser enviada a la Comisión Europea de Medio Ambiente, a raíz del procedimiento de investigación abierto por Bruselas para comprobar que el proyecto de transferencias cumple la normativa comunitaria.

El portavoz de la organización conservacionista, Carlos Arribas, asegura que el coste energético del agua detraída con destino a Murcia y Almería «supera al de la desalación de agua marina», según los cálculos realizados a partir del estudio de impacto ambiental de la canalización, cuyas alegaciones están siendo estudiadas por el Ministerio de Medio Ambiente en la actualidad.

De los datos de las diez estaciones del bombeo del ramal sur del trasvase -desde Tortosa a Almería- y las dos estaciones del ramal norte -Tortosa-Barcelona- «se puede deducir que el consumo energético del desvío hídrico es de 3.168 gigavatios hora, al que habría que restar la energía generada en dos pequeños saltos hidroeléctricos del ramal sur de 282 gigavatios hora», comenta Arribas. En consecuencia, la demanda total anual «se acerca a los 3.000 gigavatios hora, que supone un 1,5% del consumo al año de toda España y una potencia instalada necesaria de cerca de 1.000 megavatios, o el equivalente al de una gran central termoeléctrica o nuclear», argumenta el dirigente ecologista.