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LEVANTE Pág.   Lunes, 15/03/2004

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Aparecen más de un millar de carpas muertas en el tramo final del río Segura 
 
     
     
 

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La mortandad, la tercera en 9 meses, pudo producirse por la falta de oxigeno

D. Pamies, Rojales

Más de un millar de carpas aparecieron ayer por la mañana muertas en el tramo final del río Segura, aguas abajo de Rojales. Carpas comunes (Cyprinus carpio) -y algún ejemplar de carpa roja- se amontonaban junto a la represa que la Confederación Hidrográfica del Segura construye en este punto con el fin de controlar los caudales que tiene el río.

Estas especies, que son introducidas artificialmente, son las más resistentes a medios adversos, y en otros ámbitos, se emplean para el tratamiento de materia orgánica en tanques de aguas residuales.

Todo apunta a que la represa ha acumulado una cantidad de agua poco habitual en el cauce y a su vez ha «concentrado» los vertidos contaminantes orgánicos que periódicamente -se trata de la tercera vez en nueve meses- provocan la mortandad de peces en el Segura.

Vertidos contaminantes

Las empresas que vierten al río suelen aprovechar los periodos de lluvia para desalojarlos, según ha reconocido en alguna ocasión la propia CHS, aunque el efecto de las lluvias caídas ayer sobre el caudal del río era mínimo.

La muerte de miles de ejemplares suele producirse por la descomposición de componentes orgánicos de los vertidos en que las dejan sin oxígeno o por el arrastre a causa de las lluvias torrenciales de lodos depositados aguas arriba.

Los últimos episodios de mortandad en el Segura se produjeron el 5 de junio de 2003 y octubre del mismo año. En junio, presuntamente por los efectos de un vertido de una conservera de Dolores o San Fulgencio se hallaron miles de carpas muertas en un azarbe cercano a la desembocadura del Segura en Guardamar. Tras una semana de acumulación sin que la Administración actuara para retirarlos, la Fiscalía de Medio Ambiente abrió una investigación.

Espejismo

Tras el espejismo celebrado por la CHS de la aparición de supuestos ejemplares de carpas en el cauce urbano de Orihuela en septiembre de 2003 -procedentes del trasvase-, las lluvias de finales de octubre, que arrastraron toneladas de basuras y lodos, acabaron con cualquier expresión de vida en toda la ribera.

La construcción de depuradoras de residuos orgánicos -no las hay que puedan tratar los industriales o los purines- y los aportes puntuales de aguas del trasvase Tajo-Segura han propiciado el crecimiento en tramos muy reducidos del río, (al margen de la desembocadura con el mar donde hay mújol) de vida acuática. El Gabinete de Prensa de la CHS no disponía ayer de información sobre estos hechos.