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LEVANTE Pág.   Sabado, 14/02/2004

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Un estudio advierte que el Júcar carece desde hace 20 años del caudal que exige el trasvase 
 
     
     
 

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El declive de los recursos del río no garantiza el volumen prometido al Vinalopó

Teresa Albendín, Alzira

Un informe del presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua alerta del declive de los recursos del Júcar y de la inviabilidad de trasvasar al Vinalopó el volumen previsto por el Plan Hidrológico Nacional (PHN) de 80 hectómetros cúbicos al año. Según el estudio, de estar construido el trasvase, en ninguno de los últimos 19 años se hubiera podido asignar al Vinalopó todo el caudal proyectado. Además, se especifica que ni con la aportación del Ebro se podrían satisfacer los compromisos del PHN.

A lo largo de las tres últimas décadas, la cuenca del Júcar ha sufrido profundas transformaciones, que han provocado una importante disminución de los recursos hídricos disponibles. Esta situación no fue considerada en toda su magnitud en el Plan Hidrológico del Júcar y por tanto los caudales del río se han «sobreestimado» en el PHN, según detalla el presidente de la Fundación Nueva Cultura del Agua, Antonio Estevan, en un informe en el que analiza el trasvase Júcar-Vinalopó.

Desde los años ochenta las aportaciones del río registran un «acusado declive», según Estevan, quien advierte de que con los ahorros previstos por la modernización de los regadíos, en los últimos 19 años no se hubiera podido trasvasar al Vinalopó el volumen previsto de 80 hectómetros cúbicos anuales.

El presidente de la Fundación destaca datos de un documento del Gobierno en el que se reconoce que en las condiciones actuales el Júcar carece de recursos suficientes para «alimentar regularmente el trasvase». Por ello se confía en los ahorros previstos en los regadíos y aún contando con ellos se estima que la media que el trasvase podrá canalizar será de 72 hm3 anuales.

No obstante, Estevan concreta que esta cifra se obtiene haciendo un promedio de una serie de 53 años, y en los últimos 19 (desde 1981-82 hasta 2000-01), de haber estado construido el trasvase, en ninguno de ellos se hubiera podido trasvasar el volumen previsto. Según los datos de este documento, en esos diecinueve años, el promedio de caudales trasvasables no llegaría a 55 hectómetros cúbicos anuales y ello teniendo en cuenta que se consiguieran los ahorros previstos en riego.

Estevan opina que los ahorros que se prevé de agua con la modernización del regadío son «totalmente ilusorios».