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LEVANTE Pág.   Jueves, 05/06/2003

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Las confederaciones decidirán los usos del agua desviada 
 
     
     
 

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M. Josep Picó, Valencia

Las confederaciones hidrográficas serán las encargadas de decidir las asignaciones de agua del Ebro en función de las necesidades, previamente a la utilización del caudal transferido, según el artículo 17 de la ley del Plan hidrológico Nacional (PHN).

El PHN, de julio de 2001, tan sólo ha efectuado el reparto de los 1.050 hectómetros cúbicos anuales a las cuencas con déficit hídrico (190 hectómetros cúbicos anuales para las internas de Cataluña, 315 para el Júcar, 450 para el Júcar y a Almería se destinan 95), pero tras la conclusión de la canalización, se procederá a la asignación definitiva de caudal.

Las juntas de gobierno de los organismos de cuenca receptores deberán delimitar, tanto en el caso de regadíos como en el de abastecimientos, el balance hídrico para proponer los volúmenes necesarios. Con el fin de analizar los nuevos requerimientos de los cultivos se estudiará el perímetro de cada zona de aplicación y se determinará el ámbito territorial para el suministro urbano.

La distribución, dentro de cada cuenca, del agua del Ebro deberá ser aprobada por el Consejo de Ministros mediante real decreto, en función de los informes presentados por las cuencas hidrográficas relativos a los usos, las zonas y los ámbitos de aplicación de las aguas transferidas. Con posterioridad, se otorgarán «las correspondientes concesiones o, en su caso, a la modificación de las existentes, para adecuarlas a las nuevas circunstancias», matiza la ley.

A pesar de ello, la memoria resumen del trasvase del Ebro ya efectuaba un primer reparto del agua destinada al Júcar: 21 hectómetros cúbicos al año para la Sénia-Maestrat; 42 para Millars-Castelló, 21 para Castelló sur, 63 para el entorno de Tous, mientras que el sistema Vinalopó, Alacantí, Marina Baixa recibiría 168.