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LEVANTE Pág.   Jueves, 04/12/2003

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Especialistas en desertificación alertan del impacto del trasvase 
 
     
     
 

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Los expertos advierten del impacto ambiental de infraestructuras «faraónicas» como el trasvase del Ebro. La desaparición del suelo por la «asfaltización» avanza rápida en la Comunidad

H. G., Valencia

Los investigadores que asisten al Encuentro sobre Desertificación en la Región Mediterránea que se celebra en el Museo Príncipe Felipe de Valencia advirtieron ayer del impacto ambiental que pueden tener infraestructuras hidráulicas como el trasvase del Ebro, previsto en el Plan Hidrológico Nacional. El responsable del programa sobre desertificación de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), José Benites, destacó en relación al trasvase que «no creemos en estas grandes infraestructuras, porque donde se han llevado a cabo han traído más problemas medioambientales que otra cosa».

Tras defender la agricultura de conservación, que evita la erosión del suelo y ahorra hasta un 60% del agua, el responsable de la FAO destacó que «nosotros creemos en herramientas de gestión de los recursos más pequeñas, porque de nada sirven obras faraónicas si el agua se sigue utilizando mal».

Por su parte, el catedrático del Departamento de Medio Ambiente y Suelo de la Universidad de Lleida, Ildefonso Pla, aludió a la complejidad y la polémica que está suscitando el trasvase de agua del Ebro a otras cuencas mediterráneas. En concreto, manifestó que el trasvase del Ebro a la Comunidad Valenciana «puede comprometer la situación del delta del Ebro». Precisó que el ecosistema de esta zona «requiere gran cantidad de agua ya que sin ella se perdería por la entrada de agua salina del mar».

«Asfaltización»

Deforestación, erosión y usos agrícolas, incendios, contaminación y salinización son factores tradicionales del proceso de desertificación en la Comunidad Valenciana, a los que debe añadirse la «asfaltización» y la desaparición del suelo a cuenta del crecimiento urbano e industrial. Así, los investigadores del Centro de Investigación sobre la Desertificación (CIDE) de Valencia han constado una pérdida del 20% del suelo en el término de Alicante en menos de 50 años. Valencia y las comarcas de l´Horta y la Ribera los suelos soportan presiones de asfaltización superiores al 15%.

El investigador del CIDE Carlos Añó explicó que el problema de la desaparición del suelo a raíz de la construcción de infraestructuras «afecta a las llanuras fluviales de Valencia y a la huerta, que son los suelos más fértiles».

A pesar de que, según los datos del CIDE, 6 de cada 10 hectáreas de la Comunidad Valenciana presenta niveles bajos y moderados de desertificación, «no se puede decir que vayamos camino del desierto», dijo Añó.

Los especialistas atribuyeron el incremento de los procesos de degradación en el Mediterráneo a la acción humana y no al cambio climático. Asimismo, alertaron de que para el año 2050 se producirán importantes procesos de desertificación en zonas áridas de Andalucía occidental, Murcia, la Comunidad Valenciana, y en la meseta de Castilla-La Mancha donde hay cultivos intensivos de cereales, vid y olivares.