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MULTIPLE
IDEAL Pág.   Domingo, 30/11/2003

Autor: JOSÉ MARTÍNEZ ARIAS/ALMERÍA
 
       
 
La contaminación de algunos acuíferos de Poniente rebasa ya los límites admisibles 
 
  ALMERÍA   
  Pie de foto:TECHO DE PLÁSTICO. Vista aérea de una extensión de invernaderos, en la comarca de Poniente almeriense. / IDEAL   
 

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Expertos del Instituto Geológico y Minero proclaman la sobreexplotación de los 'pantanos' subterráneos Recomiendan reducir los bombeos de las reservas profundas y reactivar algunos acuíferos superficiales
JOSÉ MARTÍNEZ ARIAS/ALMERÍA
TECHO DE PLÁSTICO. Vista aérea de una extensión de invernaderos, en la comarca de Poniente almeriense. / IDEAL
EL ESTUDIO

APUNTES
'Resultados del Proyecto sobre conocimientos alcanzados de los Acuíferos del sur de Sierra de Gádor-Campo de Dalías'

Lo edita el Instituto Geológico y Minero de España

Los autores: Ángel González Asensio, Patricia Domínguez Prats y Pedro Antonio Franqueza Montes, del IGME, Oficina de Proyectos de Almería.

Más información: IGME Almería, C/ Real 115, 04002 Almería o en la web http://www.igme.es
Quien avisa no es traidor. Desde finales de la década de los ochenta -cuando la agricultura intensiva no lo era tanto-, los expertos vinieron a dar la voz de alerta y avisaron de que la presión que estaba sufriendo el sistema de acuíferos de Poniente podría llegar a ser como lo de la gallina de los huevos de oro: que si se seguía bombeando más agua de la que entraba, podría llegar el día en que por intrusión de agua marina y por contaminación, las preciadas reservas subterráneas serían inservibles.

Desde entonces a esta parte no ha llovido tanto como sería de desear ni se han tomado todas las medidas preventivas, y al final, los perores augurios parece que se han confirmado: expertos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) aseguran que hay acuíferos del Campo de Dalías donde «la calidad natural de sus aguas está sufriendo transformaciones por distintos procesos contaminantes que, aunque son aún incipientes en general, en algunos casos ya exceden los límites de admisión para las demandas». Entre otros, señalan los acuíferos que hay en los subsuelos de Aguadulce, La Gangosa y Vícar, donde según apuntan, la contaminación «podría afectar a las zonas de captación de aguas para uso urbano». Por este motivo, consideran necesario intervenir para corregir corregir esta tendencia «abordando cuanto antes las medidas adecuadas».

Estas advertencias se recogen en el avance de un estudio realizado por el IGME, titulado 'Resultados del Proyecto sobre conocimientos alcanzados de los acuíferos del sur de la sierra de Gádor-Campo de Dalías'. Los autores de este estudio precisan que las consideraciones que se recogen en él las realizan a título personal y bajo su responsabilidad, y que no tienen por qué coincidir necesariamente con la opinión del Instituto Geológico y Minero de España.

Sobreexplotación

Aseguran los autores del informe que el descenso continuo de los niveles del agua en los acuíferos inferiores -las principales reservas de agua del sistema, de los que se vienen sacando el 85% de los recursos hídricos- supone una situación de «sobreexplotación» en cuanto a la cantidad de agua, al margen de otros problemas, «que hacen insostenible» el uso que se hace actualmente de dicho sistema acuífero.

Reconocen los técnicos que la explotación de los acuíferos en estos años, además de la cara negativa -la contaminación y salinización- también ha tenido una cara positiva, ya que «ha hecho posible la transformación socioeconómica de la comarca y de la provincia».

Sin embargo, aun valorando estos resultados, los técnicos recalcan que se podía haber hecho algo más para preservar los acuíferos. Y es que, según afirman, «no todos los efectos acusados por los acuíferos han sido inevitables. En ocasiones y en distintos aspectos, su utilización parece haberse despreocupado del funcionamiento de los mismos». Por este motivo, y pensando en el futuro, recomiendan a las Administraciones públicas y a los usuarios en general que revisen sus comportamientos: «Las actividades agrícolas y urbanas, en distinto grado, generan contaminaciones en los acuíferos sobre los que se asientan, que deben ser controladas, minimizadas o evitadas, en lo posible».

Manos a la obra

A diferencia de las incógnitas sobre el funcionamiento de este sistema acuífero que había hace quince o veinte años, en la actualidad, según los técnicos del IGME, los conocimientos que se tienen de él son más que suficientes para abordar su gestión «cuanto antes y de forma racionalizada, ahora que se cuenta con la previsión de otras fuentes de suministro, necesarias para la sustitución de la parte del bombeo que hay que dejar de practicar».

A su juicio, y como parece que las decisiones que hay que tomar están claras, en lugar de seguir planteando reiteradamente los mismos problemas, lo que hace falta hacer de una vez es ponerse manos a la obra: «discutir y acordar su mejor solución».

Entre otras medidas y actuaciones, hablan de la necesidad de disminuir los bombeos en los acuíferos inferiores, hasta conseguir su recuperación; así como de la sustitución «racional» de parte de dichos acuíferos por nuevos recursos. Entre los nuevos recursos, apuntan la desalinización de agua de mar (el Plan Hidrológico Nacional prevé una desalinizadora en El Ejido), y la realización de «extracciones ponderadas» en acuíferos de cobertera (los más próximos a la superficie, que hace años fueron abandonados por la salinización de sus aguas, y que en algunos casos, se han recuperado).

Ahora bien, las extracciones que se realicen de los acuíferos superiores, según los expertos, deberán realizarse en zonas estratégicas, una vez conocido su funcionamiento y siempre que se mitiguen y corrijan «los procesos indeseables que se vienen originando, como transferencias de contaminantes a los acuíferos inferiores, la inundación de zonas bajas, la intrusión marina y la inundación de invernaderos». Asimismo, la explotación de estos acuíferos abandonados deberá hacerse respetando humedales naturales y los provocados por el hombre, como el de Las Norias.

En todo caso, los técnicos del Instituto Geológico, están convencidos de que cualquier solución a los problemas de los acuíferos del Campo de Dalías debe pasar por un planteamiento global, para el cual sugieren abrir un debate «multidisciplinar» para depurar información, en el que se impliquen los usuarios de manera «responsable».