ECONOMIA
Nacional
Expansión Pág. 3  Jueves, 06/03/2003

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Infraestructuras o medio ambiente  
 
     
     
 

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Ante el nombramiento de Elvira Rodríguez como ministra de Medio Ambiente, varios grupos ecologistas han manifestado su esperanza en que la nueva titular 'defienda su parcela' y se felicitan por el cambio, ante lo que consideran 'desinterés' de Jaume Matas por el medio ambiente. Los Verdes asumen que siempre tendrán enfrente el entusiasmo desarrollista del ministro de turno de Fomento, al que se supone de entrada partidario de las grandes infraestructuras, como el AVE, las autopistas o las grandes presas; pero cuentan con que el titular de Medio Ambiente sea 'su' ministro, el 'Pepito Grillo' del Gobierno, que, con mayor o menor poder, represente siempre la defensa de la naturaleza en el ten-con-ten entre Medio Ambiente y Desarrollo. Creo que estas quejas tienen más que ver con el diseño del ministerio que con las personas. Siempre que los ecologistas tocan poder concreto, de alguna manera, surgen tensiones entre los radicales y los pragmáticos. Tensiones que en Alemania, con Los Verdes en el Gobierno, alcanzan su máxima expresión. Pero una cosa es la utópica pretensión de que la nueva ministra fuera activa militante ecologista, y otra que Medio Ambiente sea el ministerio impulsor de los embalses y trasvases. El nombramiento de una persona sin experiencia en asuntos ambientales pero con amplios conocimientos sobre cuentas públicas es consecuente con la importancia que tiene la financiación de infraestructuras tan costosas. Claro que es importante que la financiación sea rigurosa; pero antes hay que ver si esas obras son convenientes. Aparte de la batalla política de los partidos y las regiones, el Plan Hidrológico Nacional provoca serios recelos, tanto por sus efectos sobre el delta del Ebro, como por la filosofía de gestionar el agua con más y más obras hidráulicas en vez de ocuparse seriamente de la demanda con incentivos y precios adecuados (y eso que el plan presentado supone algún avance en este sentido). Quienes exponen estas críticas cuentan con tener enfrente tanto a los partidarios a piñón fijo de más embalses y trasvases, como a los agricultores y votantes del Levante, destinatarios del agua trasvasada. Lo que uno no espera es que sea precisamente el Ministerio de Medio Ambiente el que presente e impulse el Plan. ¿Se imaginan que la presa de las Tres Gargantas, el gigantesco desaguisado de la nueva China, una obra que ni siquiera cuenta con el apoyo del Banco Mundial, por sus tremendos costes ambientales, fuera impulsada por el ministerio chino encargado de velar por la naturaleza? Pues ésa es la situación española; y no tiene mucho que ver con la persona que ocupe el ministerio y las simpatías o recelos que suscite. En el debate en Bruselas, el Gobierno español tiene que mostrar que los trasvases son 'sostenibles', y las voces menos desarrollistas (o con otros intereses políticos o regionales, claro) afirman lo contrario. Bueno, pues en ese debate, el ministro de Medio Ambiente no es el 'Pepito Grillo' que pide un poco más respeto a la naturaleza, sino el encargado de defender las obras contra viento y marea, el papel que siempre ha correspondido a los ingenieros del Ministerio de Obras Públicas, ahora Fomento. Difícilmente pueden considerar los ecologistas 'uno de los suyos' al ministro de Medio Ambiente. Pero me gustaría que Elvira Rodríguez lo lograra con su gestión.
Manuel Santos Profesor de Historia del Pensamiento Económico de la UCM www.expansion.com/firmas/santos