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Europa Sur
Europa SurPág. E024  Domingo, 04/05/2003

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El agua, escasa, mal administrada y cara  
 
   
 Pie de foto:a. rizquez Disputada. En algunos países llegan a producirse guerras   
 

[4336 Caracteres]
ecología
Antonio Rízquez
Europa Sur. Han transcurrido 36 años desde mayo de 1967, cuando en Estrasburgo (Francia), el Consejo de Europa promulgó la Carta Europea del Agua . Sin embargo, se ha difundido y aplicado muy poco –al menos en nuestro país– no obstante ser uno de los más afectados por el tema, por tener uno de los más arrítmicos regímenes pluviométricos de Europa y, consecuentemente, los recursos hídricos más comprometidos. A los 36 años de su proclamación, conviene difundirla para que gobernantes y gobernados nos atengamos a ella y administremos lo mejor posible el agua, el elemento vital más escaso.
Recordemos, o conozcamos por primera vez, los doce puntos que, racionalmente, debiéramos asumir y aplicar como ineludibles mandamientos ecológicos :
1º) No existe vida sin agua. El agua es un bien precioso, indispensable a todas las actividades humanas y orgánicas.
2º) Los recursos de agua no son inagotables. Es indispensable preservarlos, controlarlos y, si ello es posible, incrementarlos.
3º) Alterar la calidad del agua contaminándola significa atentar contra la vida de los hombres y de los restantes seres vivos que dependen de ella.
4º) La calidad del agua debe conservarse en los niveles apropiados para los usos previstos y debe, en especial, satisfacer las exigencias de la salud pública.
5º) Cuando el agua, una vez utilizada, se devuelve a su medio natural, no debe comprometer los usos exteriores, tanto públicos como privados, que de ella pueden hacerse.
6º) El mantenimiento de una capa vegetal apropiada de carácter forestal es esencial para la conservación de los recursos del agua.
7º) Los recursos de agua deben ser objeto de un inventario.
8º) La correcta gestión hidráulica debe ser objeto de un plan establecido por las autoridades competentes.
9º) La conservación de los recursos hidráulicos implica importante esfuerzo de investigación científica, de formación de especialistas y de información pública.
10º) El agua constituye un patrimonio común cuyo valor debe ser reconocido por todos. El deber de economizarla y de utilizarla racionalmente compete, asimismo, a cada uno de lo miembros de la comunidad.
11º) La gestión de los recursos hidráulicos debería de realizarse dentro del marco de la cuenca natural, con preferencia al de las fronteras administrativas y políticas.
y, 12º) El agua carece de fronteras. Es un bien común que requiere la cooperación regional, nacional e internacional.
Consideraciones oportunas: Si bien se estima que, teóricamente, en el mundo hay agua dulce para abastecer a 20.000 millones de personas, la irregular distribución de ésta en la superficie terrestre es una de las causas de que más de 1.000 millones de seres humanos tengan graves problemas de abastecimiento y que, según la ONU, a corto plazo se incrementarán los conflictos en regiones con cuencas fluviales compartidas.
En España, el 70 por ciento del caudal total se concentra en el Norte; y el Sur y Este, por regadíos, crecimiento de población y el turismo, apenas puede atender la demanda. El conflicto por el trasvase del Ebro es manifestación agriada por políticos miopes, intereses consolidados y falta de contrapartidas compensatorias.
El agua en la Tierra es bien escasa: 94 por ciento es salada (océanos y mares) y sólo un 6 por ciento es agua dulce (de ella, el 28 por ciento en forma de hielo). Ante tal limitación, ya somos 6.000 millones de habitantes... y el progreso impone crecientes consumos.
Por otra parte, la problemática del agua se agrava por día a causa de las contaminaciones, causas de que sólo el 8 por ciento de los 36 millones de kilómetros cúbicos de agua potable puedan consumirse. Y se hace muy poco, casi nada, para preservarlas.
La Carta Europea del Agua no se cumple ni aproximadamente. Una muestra del abandono es la cuestión de la depuradora global de Algeciras, que debiendo haber estado en servicio a partir del 1 de enero de 2001, según normativa de la Unión Europea para poblaciones de más de 100.000 habitantes, sigue inexistente mientras que los políticos de Algeciras, de la Junta y del Gobierno central –los de éste último, sobre todo– siguen tirándose unos a otros la pelota de la responsabilidad y de la acción. La última promesa es que funcionará en el año 2005. Ya veremos... si es que hay algo que ver.