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KIOTO.- Una declaración ministerial firmada por representantes de 170 países y 43 organizaciones internacionales, recibida con aplausos por el foro político y criticada por las ONG por la vaguedad de su contenido, clausuró ayer el III Foro Mundial del Agua, celebrado durante los últimos ocho días en las ciudades de Kioto, Shiga y Osaka.
El documento cierra un encuentro que ha merecido elogios por el fértil intercambio de proyectos y tecnologías al que ha dado lugar, pero también duras descalificaciones por las relaciones existentes entre los organizadores, representados por el Comité Mundial del Agua (CMA), y las principales multinacionales con intereses en el sector. En palabras de Vandana Shiva, de la Fundación para la Investigación sobre Ciencia, Tecnología y Ecología de la India, «las grandes corporaciones han secuestrado el foro».
La acusación se dirige al CMA y a su principal instrumento, el polémico Informe Camdessus, la receta del organismo independiente con sede en Marsella para cumplir los objetivos de la Cumbre de Johanesburgo. El documento se articula sobre dos ideas: aumentar hasta 180.000 millones de euros las ayudas para financiar nuevas infraestructuras y promocionar los acuerdos entre los sectores públicos y privados.
«Hay que redinamizar el sector privado», dijo Michel Camdessus, ex presidente del Fondo Monetario Internacional (FMI) entre 1997 y 2000 y principal responsable del informe, que defendió con rotundidad sus conclusiones como la mejor forma de «llevar agua a los pobres». Las ONG lo criticaron con dureza.
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Respuesta a la crisis .
«En general, el informe es una respuesta a la crisis de las tres principales compañías de agua. Existe una gran inmadurez política si no nos hemos dado cuenta de ello desde el principio», dijo David Boys, de Public Service Initiative (PSI), una federación que representa a 20 millones de trabajadores de servicios públicos y que ha denunciado la estrecha relación que mantiene el CMA con la definida en alguna ocasión como mafia del agua.
Uno de los vicepresidentes del organismo, René Coulomb, es también vicepresidente de Suez-Lyonnaise des Eaux, con Vivendi Environment las dos grandes multinacionales francesas del sector.El asesor y mano derecha del presidente del CMA -Mahmoud Abu-Zeid, ministro de Recursos Hidráulicos e Irrigación del Gobierno egipcio- es Loic Fouchon, presidente de Aguas de Marsella, participada al 50% por las dos corporaciones citadas.
«Las soluciones del Consejo Mundial del Agua están motivadas por intereses personales, institucionales, corporativos y políticos.Han utilizado este foro para promocionar la utilización de subsidios públicos con el fin de construir grandes presas y otros proyectos destructivos», señaló Joan Carling, de la asociación filipina Alianza de la Gente de la Cordillera.
La declaración ministerial, que se sitúa al margen de la polémica, se limita a «tomar nota» del Informe Camdessus y a recomendar un análisis más profundo de los acuerdos entre los sectores público y privado.
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No al derecho básico .
Al mismo tiempo, el texto define el agua como indispensable para la salud y el bienestar humano, pero no la describe como un derecho básico, una de las demandas básicas de las ONG y de organizaciones como el Consejo de Colaboración para el Abastecimiento de Agua y Saneamiento, que integra a la Organización Mundial de la Salud.
«Los resultados formales [de la conferencia] podrían haber sido mucho mejores. Ha habido un divorcio entre las discusiones y los resultados», señaló Alejandro Iza, del Centro de Derecho Medioambiental de la Unión de Conservación Mundial (IUCN), que agrupa a ONG, científicos y especialistas de 181 países.
«La declaración no tendrá ningún impacto en las políticas nacionales.No hay nada en el texto que marque la diferencia», añadió Ger Bergkamp, representante de la delegación de IUCN.
Jamie Pittock, director de la organización conservacionista WWF, insistió en las mismas críticas: «La gente ha sido mal atendida por sus gobiernos».
La delegación española, encabezada por el Secretario de Estado de Aguas y Costas, Pascual Fernández, valoró de forma positiva el documento, aunque destacó que es necesario hacer un esfuerzo e «incrementar la ayuda al desarrollo en este sector».
Según un informe presentado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) con motivo de la reunión de Kioto, las donaciones realizadas a programas de agua por los 21 países que forman el Comité de Asistencia al Desarrollo se han reducido de 3.482 millones de euros a 3.098 millones en el periodo comprendido entre 1999 y 2001, comparado con el trienio anterior. Excepto cuatro países (entre ellos España, que ha duplicado su aportación), el resto ha reducido su contribución.
El foro también ha sido el lugar de presentación de numerosos informes, entre ellos un atlas de Naciones Unidas sobre la situación jurídica de las cuencas fluviales internacionales, un nuevo informe de la UNESCO con datos actualizados sobre la crisis del agua y el Catálogo de 3.000 acciones. Pero, ¿ha cumplido la reunión con sus objetivos?
«Dejemos de hablar y pasemos a la acción», señaló el representante etíope en la ceremonia de clausura, momentos antes de la adopción de la declaración.
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APOYO ¿Una reunión útil?
¿Cumplió el Foro del Agua con sus objetivos? ONG y políticos coincidieron ayer en resaltar al menos un logro de la reunión: ha ayudado a difundir el grave problema que supone la crisis del agua.
A pesar de haber sido relegado a un segundo plano tras el estallido de la guerra en Irak, 24.000 personas de 182 países acudieron al Foro del Agua durante los ocho días de reunión, unas cifras muy superiores a las esperadas.
Con los televisores del centro de conferencias de Kioto sintonizados permanentemente en la CNN, el encuentro registró 351 sesiones y la firma de más de 100 acuerdos, la mayoría de ellos sobre cambio climático (20) y asuntos de género (13).
Por parte de la delegación española, encabezada por el Secretario de Estado de Aguas y Costas, Pascual Fernández, la valoración también fue positiva, según dijo ayer.
La delegación española participó en distintas sesiones. En sus intervenciones en distintas ciudades japoneses que albergaron jornadas monográficas, Fernández destacó la importancia de la cooperación internacional, especialmente la iniciativa comunitaria Agua para la vida y su rama latinoamericana, impulsada por España y Portugal.
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