SOCIEDAD CIENCIA
2ª Madrid
Pág. 34  Viernes, 18/07/2003

Autor: RUBEN AMON. Corresponsal
 
       
 
Italia se convierte en un desierto El río Po, principal arteria hídrica del territorio italiano, está sufriendo una de las peores sequías del último siglo  
 
     
  Pie de foto:Una imagen de la sequía que afecta al río Po cerca de la ciudad de Rovigo, en el norte de Italia. / EFE   
 

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ROMA.- Bruno Tinazzo, 62 años, natural de Mantua, ha conseguido atravesar a pie los 652 kilómetros que serpentean el caudal del Po. No es cuestión de quitarle méritos a la proeza, pero bien es verdad que el río italiano, principal arteria hídrica del país, padece una de las peores sequías de los últimos cien años y puede recorrerse sin mojarse la cintura.
La crisis es tan evidente que algunas zonas que atraviesa el Po recuerdan las dunas de un desierto, mientras que otras, convertidas en charcas repletas de ranas, han hecho olvidar la crecida histórica del año 2.000, cuando el río de los ríos italianos, en torno al cual, nada menos, viven 17 millones de personas, superó el nivel de casi todos los puentes.
¿Cómo puede explicarse semejante contraste en apenas tres años? La respuesta, seguramente, está relacionada con la severidad de los cambios climáticos y con la radicalización de los fenómenos meteorológicos.
El propio ministro de Agricultura italiano, Gianni Alemanno, admitía el pasado lunes que Italia, como otros países del Mediterráneo, «está atravesando un comportamiento similar al de los monzones».
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Nueva dinámica .
«Debemos ir acostumbrándonos a una nueva dinámica: largos periodos de sequía que dan paso a grandes manifestaciones de lluvia. Precisamente por eso, el ministerio de Agricultura ha financiado un programa para reorganizar el plan hidrológico y estar preparados ante esta clase de adversidades», explicaba Alemanno al diario La Repubblica.
De momento, el impacto de la sequía, especialmente evidente en el Norte de Italia al paso del río Po, amenaza con arrojar unas pérdidas de 5.000 millones de euros en la agricultura tricolore y con malograr definitivamente las cosechas de maíz, trigo y toda clase de hortalizas.
El servicio de Protección Civil considera innecesario establecer el estado de emergencia nacional, pero algunas regiones, como el Véneto, han exigido el estado de catástrofe natural y exigen que se adopten medidas extraordinarias para combatir la sequía.De otro modo, las reservas hídricas podrían agotarse a final de mes, comenzarían las restricciones en el territorio nacional y los precios de frutas y verduras, elevados un 23% en la última semana, podrían alcanzar los niveles prohibitivos del caviar.
La lluvia, naturalmente, resolvería el problema inmediato, pero conviene recordar que muchos de los problemas que residen en la cuenca del Po provienen del abuso que ha ejercido la mano del hombre, tantas veces en búsqueda de tierra, arena y otros recursos para la construcción.
El problema se ha radicalizado en los últimos años porque el Gobierno de Berlusconi tiene en marcha un ambicioso plan de obras públicas destinado a transformar la infraestructura y las comunicaciones del país.
«El hecho de convertir el Po en una especie de cantera va a demostrarse un error sumamente grave en cuanto se produzcan los aluviones», explicaba ayer a EL MUNDO Ermete Realacci en nombre del grupo ecologista LegaAmbiente. «Será inevitable que se precipiten los desmoronamientos de tierra, precisamente porque el agua va a circular sin freno y porque le hemos extirpado al río cualquier capacidad de contención», añade el diputado italiano.
La dinámica de los extremos -periodos de sequía, épocas de aluviones- ha abierto una reflexión en los partidos de El Olivo (centro izquierda) y las grandes asociaciones medioambientales, en todo caso partidarias de establecer un plan de aprovechamiento hídrico y el uso de otras alternativas energéticas, más allá de las centrales hidroeléctricas convencionales.
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APOYO El grifo de los embalses .
El servicio italiano de Protección Civil, en sintonía con el Gobierno, ha llevado a cabo un plan de emergencia para contrarrestar el efecto de la sequía en la cuenca del río Po. La idea fundamental consiste en abrir los grifos de los embalses y lagos montañosos -sobre todo de Lombardía- para incrementar el caudal del río con una inyección diaria de tres millones de metros cúbicos.La solución, pendiente del visto bueno de la compañía eléctrica Enel, titular de los embalses interesados, serviría para resolver la crisis de la agricultura y para evitar restricciones en el consumo doméstico del agua.
Aun así, Protección Civil ha hecho un llamamiento a la sociedad italiana para intentar que se contenga. Y es que las altas temperaturas han provocado verdaderos récords en el uso doméstico e industrial del líquido elemento.
La ciudad de Milán, por ejemplo, consume actualmente un promedio diario de 900.000 metros cúbicos de agua, 300.000 más de la media anual y 100.000 más respecto al mismo periodo del pasado año.

 
 
   




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