SOCIEDAD CIENCIA
2ª Madrid
El Mundo Pág. 34  Viernes, 14/03/2003

Autor: GUSTAVO CATALAN DEUS
 
       
 
Ecologistas en Acción reclama la demolición de una gran presa En el Día Mundial contra los Grandes Embalses, esta ONG denuncia la inutilidad del pantano de Finisterre porque no proporciona agua  
 
     
  Pie de foto:Vaso del embalse de Finisterre hace una semana, con una mínima cantidad de agua pese a unos meses muy lluviosos. / EL MUNDO   
 

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MADRID.- Hoy se celebra por sexta vez el Día Mundial contra los Grandes Embalses y los Ríos Vivos. Con ese motivo se lleva a cabo una campaña mundial para denunciar que tras estas construcciones de hormigón se oculta un gravísmo impacto ambiental y social.En España, Ecologistas en Acción ha presentado a la nueva ministra de Medio Ambiente una insólita propuesta: demoler el pantano de Finisterre en la provincia de Toledo y restaurar el medio.
El informe, al que ha tenido acceso EL MUNDO, propone a Elvira Rodríguez demoler esta presa de material acumulado sobre el río Algodor, porque «no tiene prácticamente ningún tipo de utilidad ni la va a tener nunca».
Aunque suene a disparate, la demolición de grandes embalses es una práctica ya iniciada en otros países europeos, y sobre todo, en Estados Unidos. Incluso en nuestro país se han dinamitado infraestructuras hidráulicas en las cuencas del Norte, por perjudicar el caudal de los ríos, estar obsoletas, haber caducado la concesión o impedir el desove de las especies que, como el salmón, no pueden acceder a sus lugares de desove.
La elección del embalse de Finisterre, no es casual.
Cualquier ingeniero hidráulico de Medio Ambiente comparte que se trata de una presa mal planificada, poco estudiada y de pésima eficacia.Se terminó en 1977 para albergar 133 hectómetros cúbicos (Hm3).
Las 1.200 hectáreas que ocupa el vaso del embalse nunca han estado inundadas porque el caudal del Algodor nunca ha dado de sí para tanto. De acuerdo con los datos el volumen embalsado de agua ha osicilado desde 0 en numerosas ocasiones, a 58 hectómetros (Hm3) en una sóla oportunidad en mayo de 1998, en los últimos ocho años. La media acumulada ha sido de tan sólo 10 Hm3 en este tiempo.
El embalse tenía como finalidad abastecer los 45 municipios de la comarca de Algodor, con unos 150.000 habitantes. Pero eso no ha ocurrido porque el embalse ha podido proporcionar una parte mínima (6 Hm3), y el resto ha llegado desde otros embalses como La Almoguera, Entrepeñas y Buendía, hasta los 15 Hm3 necesarios.
La demolición tiene ventajas ambientales. 100 kilómétros del río discurrirían sin obras hidráulicas y la restauración ribereña proporcionaría hábitat para especies como el lince, vecinas de la cuenca.
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APOYO Libertad para los salmones .
International Rivers Network, la ONG que está detrás de la convocatoria contra los grandes embalses y a favor de los ríos vivos, lleva años denunciando la política del Banco Mundial de financiar grandes presas, que provocan el desplazamiento de cientos de miles de personas, y la inundación de parajes y tierras de cultivo de gran valor. El caso más paradigmático actual es el de la presa de las Tres Gargantas, en China.
El siglo pasado fue el de las grandes obras hidráulicas en los países desarrollados. A ella se sumaron los países en desarrollo.A veces, las supuestas ventajas se han tornado serios inconvenientes, como podría también ser el caso de la presa de Assuán, sobre el Nilo, que ha dejado sin los nutrientes del bíblico limo sus históricas vegas y condenado al hambre a cientos de miles de agricultores.
En EEUU llevan más de una década demoliendo algunos embalses, cuyas desventajas superan sus beneficios.
Actualmente, el gobernador del Estado de Oregón, John Kitzhaber, se declara favorable a derribar cuatro grandes embalses del afluente Snake del río Columbia.
Estas moles de hormigón impiden que los salmones rojos del Pacífico lleguen a sus lugares de desove. Con ello se destruyó la industria de pesca y turística, capaz de dar más rendimiento en beneficios y puestos de trabajo que la situación actual.
El debate se ha iniciado hace años y sigue en vigor, enfrentando a dos sectores de parecida influencia, aunque con un porcentaje de indecisos que podrían inclinarse por devolver al río su aspecto original.
Con la demolición parcial de las presas se darían al río 225 kilómetros de caudal libre favorable a los salmones, en los que se lleva gastados 2.000 millones de euros para repoblar el río cada año, porque no pueden remontarlo el siguiente.