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El Mundo Pág. 5  Miercoles, 05/03/2003

Autor: CAROL ALVAREZ
 
       
 
JUDICIAL / VERTIDOS SIN DEPURAR Piden 10 años de cárcel a Josep Puigneró por contaminar el río Ter El empresario se sienta de nuevo en el banquillo acusado de hechos de 1994 y 1998  
 
     
  Pie de foto:El empresario Josep Puigneró, ayer, esperando a entrar en el juicio./ ANTONIO MORENO   
 

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BARCELONA.- Una colonia de barbos, con ejemplares de varios años de edad, criaba en un pequeño embalse natural que formaba la riera del Sorreig, afluente del río Ter, en 1994. Otras especies de agua dulce nadaban en estas aguas, ricas por lo demás en plancton y microorganismos. Sólo treinta metros aguas abajo, no había vida. Allí desembocaba el agua residual presuntamente depurada por las instalaciones que la empresa Hilados y Tejidos Puigneró tenía en Sant Bartomeu del Grau (Barcelona).
Este grave episodio de contaminación ambiental llegó ayer a juicio a la Audiencia de Barcelona y sentó en el banquillo al empresario Josep Puigneró, antiguo administrador de la sociedad y que, paradójicamente, estaba en prisión por la primera causa que se abrió contra él por unos vertidos anteriores en el momento en que detectó este nuevo incidente ambiental.
El fiscal de Medio Ambiente José Joaquín Pérez de Gregorio pide provisionalmente diez años de cárcel para el industrial, al que acusa de un delito continuado contra el medio ambiente y los recursos naturales con la circunstancia agravante de carecer de licencia para efectuar vertidos tras su depuración y captar aguas públicas de forma ilegal. La Fiscalía también solicita la inhabilitación de Puigneró para el ejercicio de actividades industriales durante otros diez años y multas que superan los 65.000 euros.
Los episodios contaminantes que le imputa la Fiscalía se remontan a los años 1994, 1995, 1997 y 1998.
Josep Puigneró prestó ayer declaración y explicó al tribunal de la sección octava de la Audiencia que no recuerda «nada» de los hechos, porque estaba «muy enfermo». Ante la insistencia de las preguntas de la acusación pública, el empresario subrayó que le sacaron «medio muerto» de la fábrica, de lo mal que estaba en aquellas fechas.
Su abogado defensor, Pau Molins, pide la absolución por entender que Puigneró no era el responsable legal de la empresa en el momento de los hechos y que, en cualquier caso, no se ha acreditado que la contaminación que presentaba la riera de Sorreig hubiera sido originada por la empresa del acusado, por ser varias las sociedades que vertían al mismo afluente del Ter.
Según la Fiscalía, la empresa funcionaba con una licencia irregular desde 1985 y captaba aguas públicas del torrente de la Tuta, que vertía al Sorreig, mediante una presa.
El responsable de medio ambiente de la sociedad, Albert Puigneró, explicó a la Sala que la empresa tenía una autorización de vertidos de la Generalitat en el marco de un Plan de Descontaminación Gradual, y que había sufrido irregularidades en el funcionamiento de la depuradora biológica instalada, circunstancia de la que había advertido a la administración catalana.
Los agentes que intervinieron en la toma de muestras coincidieron ayer en señalar que las aguas bajaban «visiblemente poco claras» al paso por la fábrica del procesado.
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APOYO Primer industrial encarcelado por contaminar El industrial téxtil Josep Puigneró, de 71 años de edad, fue el primer empresario español que fue encarcelado por contaminar el medio ambiente, el mismo río Ter y sus afluentes desde su fábrica, en el año 1994. Los hechos por los que fue condenado a una pena de cuatro años de prisión se remontaban a los años 1991 y 1993, cuando la normativa en materia medioambiental se endurecía y los industriales y la administración se adaptaban a pasos forzados a la nueva situación.
Puigneró ingresó en el centro penitenciario en mayo de 1997 y obtuvo permisos de fin de semana dos meses después. El mes de agosto del mismo año consiguió el tercer grado, en un contexto polémico por el deteriorado estado de salud del empresario y el supuesto trato de favor que se dijo que había recibido por parte de la administración catalana.
En cualquier caso, Puigneró fue juzgado nuevamente en el juzgado penal de Manresa por un nuevo caso de contaminación por aguas residuales de los años 1994 y 1995. En aquel procedimiento fue condenado en primera instancia a una pena de cuatro años y dos meses de cárcel, pero la Audiencia de Barcelona, en apelación, anuló el juicio por considerar que existía una conexión entre estos hechos y otros que la Fiscalía había investigado relativos a los años 1997 y 1998.
Las causas se acumularon así en un único procedimiento que llegó ayer por fin a juicio y que hoy quedará visto para sentencia tras los informes de los peritos y las conclusiones.