REGIONAL TOLOSA - GOIERRI
MULTIPLE
Diario Vasco Pág.   Viernes, 30/05/2003

Autor: Iñaki Urrizalki Oroz/(Biólogo, Ekolur)
 
       
 
El futuro de nuestro río Oria 
 
  BUZÓN   
     
 

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Iñaki Urrizalki Oroz/(Biólogo, Ekolur)
Aunque la memoria es frágil, la mayor parte recordará los años negros del río Oria, el río más importante de Gipuzkoa. Hoy las cosas son distintas, baste asomarse a muchas zonas de su cauce. Y el futuro puede afrontarse con un moderado optimismo.

El cambio en el río Oria y sus afluentes se ha logrado por dos razones. La primera, la reducción de vertidos papeleros y otros vertidos industriales. La segunda, los esfuerzos de las administraciones para acometer los trabajos de saneamiento y depuración de aguas residuales urbanas, así como la regulación de caudal.

En el primer punto hay luces y sombras. Si bien se han producido grandes avances en la reducción de vertidos gracias a las inversiones en depuración de las industrias papeleras, no olvidemos que la crisis del sector tuvo negativas consecuencias sociales. En cuanto al segundo punto, es innegable que se ha ido avanzando en los trabajos de saneamiento. El resultado es que la situación del río y algunos afluentes hoy en día es mucho mejor que a comienzos de la década de 1980. Y la reciente entrada en servicio de la depuradora de Legorreta supondrá un salto decisivo para mejorar la calidad del agua en el Oria, que pese a haber mejorado en estos últimos años, sigue siendo todavía bastante deficiente.

Pero antes de apuntar otros aspectos, convendrá dar un toque de atención a la sociedad. En todas las cuencas de Gipuzkoa -la del Oria no es una excepción-, los vertidos domésticos suman un importante volumen que afecta de forma muy seria a los ríos, estuarios y costas que los reciben. Frente a la idea de que el que contamina siempre es otro, debe calar la idea de que la mejora del medio ambiente es una tarea común de la sociedad, y a cada persona le toca su parte de responsabilidad. Y esto, obviamente, se traduce en dinero. La construcción y mantenimiento de colectores y depuradoras acarrea un enorme coste que sale de nuestros bolsillos. Pero el único problema de los ríos no es la contaminación, aunque sea el más grave y el más prioritario.

¿Y cuáles son estos otros problemas? Para ello hace falta explicar por qué el río es algo más que una corriente de agua. El río forma un sistema que abarca más allá del cauce por donde discurre el agua habitualmente. Las orillas, con su banda de vegetación de ribera, forman una unidad difícil de separar del medio estrictamente acuático. Esta banda arbórea cumple muchas funciones: sombreado del cauce para evitar que el agua se caliente, refugio de numerosas especies, control de la erosión y de la velocidad del agua. El aspecto de los ríos que atraviesan las zonas urbanas e industriales difiere del que tienen los ríos en zonas rurales y forestales: muros de encauzamiento, ausencia total de arbolado que dé sombra al río. Son las consecuencias de las obras necesarias para corregir los efectos de las inundaciones que sistemáticamente han afectado a nuestras zonas urbanas e industriales. Consecuencias difíciles de corregir hoy en día, y que van a suponer un lastre para la recuperación integral de los ríos a medio plazo.

Hay otros aspectos de interés. Por ejemplo, el uso del agua. Una cuenca tan poblada como la del Oria consume gran cantidad de agua. Y este recurso es limitado incluso en nuestro lluvioso país. Debe, por tanto, seguir incidiéndose en el consumo responsable en nuestras casas, en la mejora de conducciones, en el respeto de caudales por industriales e hidroeléctricos. Otro aspecto que suele pasar inadvertido al público general es la gran cantidad de obstáculos que hay en el río. El salmón desapareció del Oria debido en gran medida a la presencia de presas en su cauce. Cuando la contaminación dio la puntilla a la especie hacia 1940, apenas entraban unos pocos ejemplares puesto que ya no podían acceder a sus zonas de desove. Hoy siguen existiendo docenas de presas (muchas sin utilidad) que obstaculizan la migración de todas las especies acuáticas.

Y un último apartado que sí suele ser apreciado por la gente es el aspecto que presentan las orillas, frecuentemente llenas de plásticos, neumáticos. Es de agradecer el mérito de los voluntarios que acudirán a la llamada del Ayuntamiento de Tolosa para limpiar las riberas de desechos a partir del día 5 de junio. Pero, ¿no sería mejor que no fuera necesario?

En suma, la mejora de los ríos no es una tarea que involucre sólo a las instituciones -ya trabajan en ello-. Más bien al contrario. La sociedad tiene muchos mecanismos para lograr que sus ríos discurran más limpios y tengan mejor estado. Además de cumplir normativas y leyes, supondrá un enriquecimiento y un orgullo general.