SOCIEDAD AL DIA
MULTIPLE |
DIARIO VASCO | Pág.
Domingo, 25/01/2004 Autor: JAVIER PEÑALBA/DV. SAN SEBASTIÁN |
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El desbordamiento del río Urumea anega viviendas, carreteras, huertas y empresas |
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INUNDACIONES EN GIPUZKOA | ||||
Pie de foto:Una mujer camina por una de las calles de Astigarraga que quedó inundada por la crecida del río Urumea. [JOSE USOZ] | ||||
[7605 Caracteres] La crecida afectó principalmente a Astigarraga que estuvo a punto de quedar incomunicada por carretera, y a barrios de Hernani y Donostia En las últimas 24 horas cayeron 104 litros de lluvia por metro cuadrado JAVIER PEÑALBA/DV. SAN SEBASTIÁN Una mujer camina por una de las calles de Astigarraga que quedó inundada por la crecida del río Urumea. [JOSE USOZ] Un año después la historia se repite. Las aguas del río Urumea volvieron a rebosar de su cauce. Tierras de labranza inundadas, bajos de caseríos y viviendas anegados; instalaciones deportivas, con más de medio metro de agua; carreteras cortadas; corrimientos de tierra; talleres con parte de su maquinaria inservible; personas rescatadas en lanchas. Son las consecuencias de las intensas precipitaciones caídas en las últimas horas en el País Vasco. En el observatorio donostiarra de Igeldo se llevaban recogidos hasta las siete de la tarde de ayer 78 litros por metro cuadrado. En el pluviómetro de la presa del Añarbe cayeron 104 litros. La noche fue tensa en algunas de las localidades que se asientan junto a las principales cuencas fluviales de Gipuzkoa, especialmente en la del Urumea. El río se desbordó de madrugada y su nivel creció aún más con la pleamar, a las seis de la mañana. Las aguas anegaron la carretera de Hernani a Goizueta, a la altura del barrio de Epele. Las instalaciones deportivas de Zubipe y Landare permanecían sumergidas casi un metro. Los vestuarios del complejo deportivo también se inundaron. Todos los partidos tuvieron que suspenderse. En el barrio de Karabel, las aguas del río ocultaban huertas, calles, hasta el parque infantil. El acceso al barrio del Puerto, en la misma localidad, permanecía a media mañana cortado a causa de una lengua de agua que surcaba sobre la carretera. En el polígono industrial de Eziago, trabajadores y empresarios observaban con preocupación el paulatino aumento del nivel del agua. Eran las once de la mañana y el dueño de una industria del ramo de la electricidad cuya parcela linda con el Urumea quería pensar que lo peor había pasado. «La marea está bajando y si las predicciones meteorológicas se cumplen, no creo que el río llegue hasta nuestro almacén», decía. Al otro lado de la zona industrial, en la margen izquierda el río, una basta extensión de huertas se ocultaba bajo el agua. La situación más complicada se vivió en Astigarraga. Una decena de personas fueron rescatadas por los bomberos de San Sebastián en lanchas neumáticas de sus viviendas, en la zona conocida como Okendotegi. El agua había alcanzado en este punto dimensiones insospechadas. El nivel llegó hasta el primer piso. El rescate entrañaba cierto riesgo, dada la fuerza de la corriente, pero todo fue bien. Casi incomunicados Los accesos a Astigarraga, tanto a través de la carretera de Martutene como por el lado de Hernani, quedaron cortados. La salida del río anegó la nueva rotonda. Sólo se podía acceder a la localidad desde Oiartzun. Patrullas de la Ertzaintza y guardias municipales desplegaron un dispositivo para señalizar los cortes e informar a los automovilistas sobre posibles rutas alternativas. En Ergobia, el agua se adentró en bares, viviendas, talleres y pabellones industriales. Buena parte de los damnificados ayer por el desbordamiento vivieron una situación idéntica hace casi un año. Fue el 4 de febrero. Entonces, al igual que ahora, la riada causó importantes pérdidas. Los vecinos se esforzaban en achicar el agua y retirar el lodo acumulado en el suelo de sus casas. «Tengo medio metro en la cocina. Todo está flotando», precisaban desde el bar Beizama, en pleno corazón de Ergobia. Debido a la crecida, productores hortícolas de la comarca no pudieron desplazarse a sus puestos en los mercados de Donostia, Hernani, Errenteria o Lasarte-Oria. En el núcleo urbano de Astigarraga, garajes y bajos comerciales también se vieron afectados por la riada. Algunos vecinos tuvieron tiempo para trasladar sus vehículos a lugares más seguros. Otros, sin embargo, no pudieron evitar que el agua los cubriera. Rescate en Martutene En el barrio donostiarra de Martutene, el Urumea se salió también del cauce. En el grupo de viviendas del Pilar, el agua llegó a las calles y se adentró en bajos y portales. Una mujer de edad avanzada fue rescatada de su domicilio. Bomberos de la capital guipuzcoana se desplazaron con motobombas de achique y embarcaciones. El alcalde de San Sebastián, Odón Elorza, y el concejal de Tráfico, Ernesto Gasco, se personaron en el lugar, recorrieron la zona y pusieron a disposición de los vecinos todos los recursos municipales necesarios. Elorza, demandó la presencia en el lugar de responsables de los bomberos, Guardia Municipal y Aguas del Añarbe, con quienes analizó lo sucedido y abordó posibles actuaciones para evitar que situaciones idénticas se den en el futuro. Debido también a las lluvias y a la riada, dos centros de transformación de Iberdrola de Martutene quedaron inundados. Como consecuencia de ello, se fundieron varios fusibles de la instalación y 573 abonados se quedaron sin suministro eléctrico. En el transcurso de la mañana, las precipitaciones fueron perdiendo intensidad y a partir del mediodía prácticamente dejó de llover hasta entrada la noche. A pesar de ello, el caudal del Urumea apenas disminuyó. El río seguía desbordado y los vecinos de la cuenca esperaban con preocupación la pleamar de las 18.21 de la tarde. Sin embargo, el caudal no aumentó con la marea. «La situación tiende a mejorar», señalaron fuentes de los bomberos. Las lluvias también ocasionaron problemas en la circulación de vehículos e inundaciones en varios bajos del municipio de Irún, informa María José Atienza. Según la Policía Local, operarios de la Mancomunidad de Servicios de Txingudi, acudieron a un taller mecánico ubicado en los números 39-41 de la calle Hondarribia, donde se habían acumulado 20 centímetros de agua. Los bomberos se trasladaron, asímismo, a la avenida de Navarra, para achicar agua en dos garajes de los números 27 y 37 que habían quedado anegados. El paso subterráneo que comunica el Hotel Urdanibia con el Golf quedó impracticable y cortado al tráfico. Lo mismo ocurrió en el túnel de salida de la urbanización de Jaizubia a la carretera N-I, donde se acumuló más de medio metro de agua. Las fuertes lluvias también obligaron a suspender una prueba del Campeonato de Gipuzkoa de banco móvil, que se iba a disputar en el río Bidasoa, con llegada en las instalaciones de la Sociedad Deportiva Santiagotarrak. El caudal del río, que arrastraba troncos y otros objetos hacía imposible la competición. Crecida en el Oiartzun En Errenteria, el río Oiartzun experimentó una importante crecida y si bien no llegó a desbordarse, estuvo a punto de hacerlo a la altura del barrio de Larzabal, el más próximo al cauce, informa Luisma Rodríguez. El medidor del nivel de agua existente en el Puente Peligroso alcanzaba casi los dos metros de altura. La situación más grave se vivió en los garajes de los números 17, 19 y 21 de la Avenida de Fandería, cuyos propietarios fueron avisados la noche del viernes para que retiraran sus vehículos ante el riesgo de inundación que existía, pues el agua ya había comenzado a entrar. Esta inundación fue consecuencia de las obras que se están acometiendo en la trasera de la Avenida de Markola, donde se prevé la construcción de viviendas. En el resto del territorio histórico, los ríos Oria, Urola y Deba también experimentaron un aumento de su caudal, aunque ninguno de ellos se desbordó, según informó la Ertzaintza. |
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