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Diario de Jerez | Pág.
J021 Miercoles, 24/03/2004 Autor: |
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22 de marzo: día mundial del agua |
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[6011 Caracteres] CON el objetivo de fomentar entre los diferentes Estados, sobre todo los más ricos, la comprensión de que el desarrollo de los recursos hídricos contribuye de forma fundamental a la productividad económica y al bienestar social, la ONU, en 1992, decidió declarar el 22 de marzo como Día Mundial del Agua. Por otra parte, la Internacional de Consumidores (Consumers Internacional), organización que agrupa a 250 organizaciones de consumidores de 115 países, y de la que forma parte FACUA, ha elegido al agua como tema protagonista del pasado 15 de marzo, Día Mundial de los Derechos de los Consumidores. FACUA, entre las diversas actividades que ha desarrollado por este motivo, ha puesto a disposición de los consumidores toda la información sobre este asunto a través de una página web (www.facua.org/15marzo). ¿Por qué preocuparse por el agua? El agua es un bien esencial para la vida, del que necesitan todas las personas tanto para su consumo como para un saneamiento básico. Casi 30.000 personas mueren cada día de enfermedades vinculadas a la falta de agua potable segura o servicios de saneamiento adecuados. Tampoco debemos olvidar que el agua es un recurso natural finito y su escasez es hoy una real amenaza a la sociedad. En este sentido, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente afirma que para el año 2.025 dos tercios de la población mundial vivirá con problemas de agua. En la cumbre sobre Desarrollo Sustentable que tuvo lugar en Johannesburgo en junio de 2002, los gobiernos participantes se comprometieron a disminuir el porcentaje de personas sin acceso al suministro de agua potable y al saneamiento básico, para el año 2015. Sin embargo, los avances en la materia, hasta el momento, son lentos, como consecuencia de la falta de voluntad política y de recursos financieros, situación que se ve agravada por la creciente presión sobre los recursos de agua existentes, cada día más escasos. El agua es un tema relevante aún en lugares en los que el abastecimiento es abundante. La salud y las normas al respecto constituyen una preocupación universal. En zonas donde el acceso y la calidad son aceptables, la polémica gira en torno a la privatización y la propiedad pública, la inversión, la regulación, el mantenimiento de la infraestructura y la conservación del agua. En estos debates la sociedad civil desempeña un papel primordial. Principios que deben regir el suministro de agua La Internacional de Consumidores, promueve una serie de principios que entiende que deben aplicarse a todos los sistemas de suministro de agua, ya sea del sector público o privado, o fruto de una combinación de los dos. Estos principios son los siguientes: 1.- El agua es una necesidad básica, y por lo tanto, el acceso a ella está específicamente consignado en el primero de los ocho derechos de los consumidores internacionalmente aceptados. 2.- El acceso a suficiente agua segura es esencial para la vida misma, como aporte vital a la salud pública, y para la dignidad y realización personal. Es una obligación primaria de todo gobierno responsable hacer efectivo el derecho al agua. 3.- El agua misma es un bien público y debe permanecer así. Los derechos de extracción de agua desde fuentes como embalses naturales, ríos y capas freáticas deben ser controlados por las autoridades públicas, con la debida consideración a las necesidades de los productores, consumidores y el medio ambiente. 4.- Aunque la provisión sea pública, privada o una combinación de ambos, el tratamiento del agua y los sistemas de distribución deben estar sujetos a una efectiva regulación estatal para promover y proteger el interés público. La regulación debe abarcar el acceso al servicio -incluyendo como factor necesario, las políticas de fijación de precios-, la seguridad, y la calidad del servicio (suspensión del servicio, mantenimiento de la presión, facturación, por ejemplo). 5.- Todas las partes interesadas, incluyendo especialmente a los consumidores, deben participar en el establecimiento e implementación de estas regulaciones. La participación de las partes interesadas debe comenzar con una evaluación de las necesidades y objetivos, y un análisis de los posibles modelos de manejo del servicio que podrían satisfacerlos. La entrega de información completa y oportuna es esencial para una efectiva participación de las partes interesadas en cada etapa. 6.- La fijación de precios del agua, y el uso de cualquier subsidio, debe ser transparente y también equitativo entre grupos de usuarios con las similares o iguales características. 7.- El suministro de agua debe ser financiado adecuadamente, y se deben identificar y planificar los medios para pagarlo. La simple viabilidad comercial (ej. recuperación de costos totales a través de cobros a los usuarios) no debe ser el único requisito. Los objetivos de interés público, como mejorar la salud pública y permitir a las comunidades escapar de la improductiva pérdida de tiempo de colectar agua, también deben ser considerados, y si es necesario, apoyados con subsidios. La pobreza nunca debe ser una barrera al acceso de una provisión básica de agua limpia y a servicios de saneamiento efectivos. 8.- El agua es un recurso escaso, y asegurar su disponibilidad a todo el mundo, especialmente a los pobres, es un desafío para todos los países y comunidades. Los consumidores tienen la obligación de respetar el interés público más general, evitando el derroche de agua, no contaminando las fuentes, y pagando su debida parte de los costos de provisión. 9.- Las empresas privadas que proveen servicios de agua tienen la obligación de respetar y apoyar una regulación efectiva, para jugar un rol responsable en la satisfacción de objetivos sociales, y aplicar las mismas normas de seguridad y calidad del servicio en todos los países donde operan y tienen sus instalaciones. 10.- La provisión de agua para consumo y para la higiene básica personal y familiar debe tener prioridad sobre el uso agrícola e industrial. |
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