OPINION
Navarra |
Diario de Noticias | Pág.
6 Domingo, 13/07/2003 Autor: |
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Agua: dos mil millones sufren sin ella |
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[4294 Caracteres] EN las últimas dos horas, en mi casa nos hemos duchado cuatro personas, hemos vaciado cinco o seis veces la cisterna del váter, hemos puesto la lavadora, he fregado los cacharros, los platos, los vasos y los cubiertos de la cena, mientras mi mujer pasaba la fregona a la casa y los niños regaban las plantas y echaban de beber a los gorrioncillos, nos hemos lavado todos los dientes, con llamada al orden a los peques para que no dejaran los grifos abiertos mientras se los cepillaban, hemos bebido cuanta agua hemos querido para saciar la sed de esta primavera-verano y, mientras inicio la escritura de estas líneas, escucho cómo los barrenderos riegan mi calle. Pertenezco al grupo privilegiado de los humanos que hacen un uso abusivo del agua, malgastándola sin remordimiento alguno. De hecho, España fue en 1995, según Greenpeace, el tercer país en consumo de agua, tras EEUU y Japón, a pesar de que amplias zonas sufren restricciones y de que haya regiones que viven en conflicto permanente con otras por su uso y disfrute.l agua dulce es un bien tan escaso que en el 2032 más de la mitad de la población mundial podría vivir en áreas con dificultades para encontrarla en cantidades suficientes, para dar respuesta a la demanda de consumo. A pesar de cubrir el 75% de la superficie terrestre, el 97,5% es salada y del 0,3% de la que se halla en ríos y lagos, gran parte está contaminada. En España, sin ir más lejos, y según datos del Ministerio de Medio Ambiente, el 33% de los ríos sufren contaminación severa. La situación resulta tan alarmante que la escasez de agua se considera uno de los dos problemas más graves del nuevo milenio, junto al cambio climático que es, por otra parte, uno de los responsables del agravamiento del problema del agua. Efectivamente, como consecuencia de la emisión a la atmósfera de gases de efecto invernadero, se augura en la región mediterránea una menor cantidad de precipitaciones y más concentradas; ello lleva consigo periodos más largos de sequía y lluvias intensas durante poco tiempo. Sin embargo, no parece preocuparnos demasiado, a juzgar por las medidas que tomamos. España emitió en 2001 un 32% más de gases de efecto invernadero que en 1990, aumentando el doble de lo permitido por el Protocolo de Kioto.l calentamiento mundial del planeta que perturba el régimen de precipitaciones, el aumento de la población, el consumo excesivo, la contaminación, la salinización de las aguas subterráneas, la pérdida de cubierta vegetal y la degradación de ríos y humedales son algunos de los factores que dificultan un uso sostenible del agua y que contribuyen a generar conflictos regionales, económicos y sociales, que podrían poner en peligro la estabilidad y la paz en zonas con especial escasez. En el comunicado de Kofi Annan con motivo de la celebración el día 5 de junio del Día Mundial del Medio Ambiente, se ha hecho eco del lema de este año: Agua: ¡Dos mil millones sufren sin ella!, pues tal es el número de personas que 'se están muriendo por falta de agua y saneamiento'. El secretario general de las Naciones Unidas afirma que una de cada seis personas carecen de acceso a agua potable, que dos mil cuatrocientos millones no disponen de servicios de saneamientos adecuados, que un niño muere cada ocho segundos por enfermedades relacionadas con el agua y que el 80% de las enfermedades y de las muertes en países en desarrollo se deben a enfermedades transmitidas a través del agua.on tales cifras no debe extrañarnos que en la Cumbre del Milenio y en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible se establecieran como objetivos prioritarios que hay que cumplir antes de 2015 el reducir a la mitad la gente que no tenga acceso a agua potable o a servicios básicos de saneamiento. Si no se consiguen, será imposible alcanzar los llamados objetivos del milenio, entre los que se encuentran reducir la mortalidad infantil, luchar contra el paludismo o erradicar la pobreza y el hambre. De momento, las expectativas son poco halagüeñas: solamente en la guerra de Irak la coalición ha gastado 70.000 millones de dólares, esto es, cinco veces más que lo destinado a África el año pasado. Como afirma Kofi Annan: 'Por un lado hace falta agua dulce, y por otro, una nueva forma de pensar'. (*) Escritor y profesor de Secundaria |
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