Sociedad
Múltiple
ABC Pág.   Lunes, 16/02/2004

Autor: A. ACOSTA
 
       
 
La ONU llama a conservar los bosques de neblina para garantizar los recursos hídricos del planeta 
 
     
     
 

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La Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica, que se celebra en Kuala Lumpur (Malasia), se centra en las amenazas sobre ecosistemas sensibles

MADRID. Es bien sabido que los bosques de montaña guardan la calidad del agua y mantienen el régimen de flujo natural de los ríos y arroyos que emanan desde las cabeceras montañosas. Pero los bosques de neblina que existen en algunas zonas montañosas del planeta no sólo cumplen perfectamente este rol principal, sino que además proporcionan beneficios hidrológicos adicionales. Hace pocas semanas traíamos a estas páginas el bosque de laurisilva de Garajonay, en la isla de La Gomera, único exponente de selva nublada en Europa, por lo que el informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP) se centra en los bosques de neblina de Asia, América Latina y África.

Un estudio que ha sido presentado en el marco de la séptima Conferencia de las Partes del Convenio de Diversidad Biológica, que se celebra hasta el próximo día 20 en Kuala Lumpur (Malasia). Al abrigo de las torres más altas del mundo, las Petronas, el debate en estos primeros días de reunión se ha centrado presisamente en la necesidad de conservar lo que son «las torres de agua del mundo», los bosques de montaña.

Habilidad para captar la humedad

Y es que estas selvas nubladas, que sólo cubren 400.000 kilómetros cuadrados o, lo que es lo mismo, menos del 2,5 por ciento de los bosques húmedos tropicales del planeta, son piezas clave para asegurar el suministro de agua limpia en muchas zonas, sobre todo durante las estaciones secas, gracias a su habilidad para captar la humedad de las nieblas.

Así, los bosques del parque nacional de La Tigra, en Honduras, proporcionan más del 40 por ciento del agua que consumen los 850.000 habitantes de la capital, Tegucigalpa. Otras ciudades donde estos bosques aportan una cantidad significativa de agua son Quito (Ecuador), Ciudad de México y Dar Es Salaam (Tanzania). Todo el agua utilizada por la capital de Tanzania en la estación seca para beber y para energía eléctrica se origina en las selvas nubladas de las montañas del Uluguru.

Por tanto, el informe pone énfasis en que la conservación y restauración de estos bosques no es sólo un problema de amor a la naturaleza, sino que es de una importancia económica crucial para millones de personas en el mundo en desarrollo. Además, las condiciones únicas que se dan en estos bosques hacen de ellos lugares ideales para el refugio de especies que no se encuentran en ningún otro sitio en el mundo. Es el caso del oso de anteojos andino, los gorilas de montaña de África y el Quetzal, símbolo nacional de Guatemala. La alta concentración de especies endémicas se subraya en los bosques de niebla andinos. En Perú, más del 30 por ciento de las 272 especies de mamíferos endémicos, aves y ranas se han encontrado en estos ecosistemas. Hasta en pequeños ejemplos de estos bosques se puede esconder una extraordinaria variedad de formas de vida. Por ejemplo, la sierra Centinela de Ecuador tiene alrededor de 90 especies endémicas de plantas en un área forestal de apenas 20 kilómetros cuadrados. Y es un suma y sigue, pues nuevas especies son descubiertas continuamente en estos paraísos vegetales.

Sensibles al cambio climático

Sin embargo, la particularidad de capturar la humedad a partir de la condensación de las nubes hace a estos hábitats particularmente sensibles al cambio climático. Según Philip Bubb, coautor del estudio de UNEP, si las temperaturas aumentan en un grado centígrado en las llanuras, equivaldría a dos grados en las montañas, lo que puede conducir a una elevación de las nubes y, por tanto, a que los bosques de neblina se sequen. Pero la tala para ganar terreno agrícola es una amenaza a más corto plazo.