OP

    REVISTA DEL COLEGIO DE INGENIEROS DE CAMINOS, CANALES Y PUERTOS
Nº31
AÑO 1995
SANEAMIENTO, I

El saneamiento en municipios pequeños y medianos de las Islas Baleares

Pedro Iturbide Servera*

Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos. Jefe de la Sección de Construcción. Institut Balear de Sanejaments.

 

INTRODUCCIÓN
EL INSTITUT BALEAR DE SANEJAMENT (IBASAN)
OPCIONES Y NIVELES DE TRATAMIENTO
PRETENSIONES A CORTO Y LARGO PLAZO

Descriptores: Baleares, Depuración, Municipios turísticos, Zona sensible, Tratamientos terciarios, Tratamiento de fangos

Introducción

La depuración de las aguas residuales de los distintos núcleos de población de las Islas Baleares, era en el pasado competencia exclusiva de los Ayuntamientos, que construían las plantas de tratamiento en colaboración con el “Servicio Hidráulico”. El proyecto, subasta, contratación y dirección de las obras, eran realizados por técnicos de dicho Servicio, que a su vez aportaba el 50% del coste total de la inversión; por su parte, los Ayuntamientos aportaban el restante 50% y, una vez recibida la obra, se encargaban del mantenimiento de las instalaciones.

Cuando el Ayuntamiento en cuestión disponía de unos servicios municipales adecuados o, como en algunos casos, de empresas municipales de servicios (Emaya, Calva 2000, etc.), la gestión de las depuradoras se realizaba de forma correcta. En el caso de municipios pequeños o con escasos recursos, las depuradoras se abandonaban a su suerte, deteriorándose rápidamente y quedando fuera de servicio a los pocos años.

El Institut Balear de Sanejament (ibasan)

El constante crecimiento de la planta hotelera de las Islas Baleares, especialmente el ocurrido en los últimos 10-15 años, así como la creciente sensibilización pública en temas de conservación del medio ambiente, obligó al Gobierno de la Comunidad Autónoma a modificar su política relativa a la depuración de aguas residuales, dotándose de los instrumentos adecuados para la realización de las inversiones necesarias, facilitando la financiación de las mismas, agilizando la contratación y ejecución de las obras y asegurándose una correcta gestión y conservación de las instalaciones.

El objetivo consistía en que todos los núcleos de población, costeros y de interior, tuvieran sus aguas residuales tratadas, como mínimo, hasta un nivel de depuración secundaria, en un plazo lo más corto posible.

Con esta idea, se crea por Decreto 27/1989 de 9 de marzo, el Institut Balear de Sanejament (ibasan), empresa pública de carácter autonómico, dependiente de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares, con carácter de Entidad de Derecho Público, con personalidad jurídica propia y sujeta su actividad al ordenamiento jurídico privado.

Su objeto social es la promoción, construcción y explotación de estaciones depuradoras de aguas residuales, así como las obras, instalaciones y servicios complementarios que sean necesarios en el marco de la política hidráulica de la Comunidad.

Este nuevo organismo quedaba a disposición de los Ayuntamientos, competentes en todo lo referente a aguas residuales, con los cuales se firmaba un convenio de colaboración, en el que se regulaba la relación entre ambas instituciones. En particular se fijaba la forma de financiación de las obras y de su mantenimiento, que básicamente se resume en los puntos siguientes:

1. El ibasan realiza a su cargo todas las obras necesarias, estación depuradora, colectores generales a planta y estaciones principales de impulsión.

2. Una vez finalizadas las obras, el ibasan se hace cargo de la puesta en marcha y conservación de las mismas.

3. El Gobierno de la Comunidad Autónoma revierte al ibasan el 50% de los costes de primera instalación y financieros, como ayuda a fondo perdido a los municipios.

4. El restante 50% de la inversión y gastos financieros, más el 100% del coste de mantenimiento, se repercutirá sobre los usuarios de la instalación proporcionalmente al consumo de agua potable, en el mismo recibo o en recibo aparte.

De acuerdo a este sistema de financiación, las tarifas resultantes eran distintas para cada instalación, variando desde las 40 a las 140 pta/m3. Teniendo en cuenta que el coste unitario de la planta de tratamiento, para los tamaños de población servidos (entre 5.000 y 20.000 habitantes en un 80% de los casos) es prácticamente constante, incluso para los distintos sistemas adoptados, el motivo de esta gran diferencia en la tarifa resultante hay que buscarlo en el tamaño del sistema general de colectores e impulsiones.

De esta forma, a un núcleo urbano del interior insular en el cual las aguas residuales se conducen por gravedad hasta la depuradora, que a su vez se encuentra próxima al núcleo urbano, le corresponde una tarifa mucho menor que a un núcleo turístico en el cual las aguas residuales se concentran en distintos puntos próximos a la línea de costa y de éstos es impulsada tierra adentro a distancia considerable.

A fin de corregir estas diferencias y que todos los ciudadanos de las Islas Baleares soportaran las mismas tarifas por depuración de sus aguas residuales, independientemente de las características geográficas del núcleo en que habiten, y como medio de financiar las actuaciones de la Comunidad en todo el ciclo del agua, especialmente en lo referente a tratamiento de aguas residuales, se promulga la Ley 9/1991, de 28 de noviembre, reguladora del canon de saneamiento.

En esta ley se establece que la cuota del canon de saneamiento estará constituida por la suma de una cuota variable y una cuota fija. La cuota variable será de 24,50 pta/m3 y la cuota fija se determinará en función de que se trate de viviendas, 320 pta/mes, o industrias, desde 80 pta/plaza/mes hasta 320 pta/plaza/mes en hoteles y en función de la categoría, desde 1.000 pta/mes hasta 2.400 pta/mes en cafeterías y restaurantes, etc.

Desde su creación hasta el año 1993, la evolución del número de plantas gestionadas por el ibasan y lo que esto representa sobre el total de las instalaciones existentes en las Baleares, se resume en el cuadro 1.

Por lo que se refiere al caudal de agua tratado en estas instalaciones durante el año 1993, puede resumirse de la forma siguiente (en millones de metros cúbicos):

Isla de Mallorca 7,0

Isla de Menorca 7,0

Islas de Ibiza y Formentera 7,2

Total 16,2

Finalmente, las inversiones realizadas hasta 1993 y durante este año por el ibasan se resumen en el cuadro 2.

Opciones y nivel de tratamiento

Hasta la creación del ibasan, la filosofía seguida por el Servicio Hidráulico, organismo encargado del diseño de las plantas, puede resumirse en los siguientes conceptos:

— En núcleos turísticos, donde el precio del terreno es elevado y en los que normalmente se produce una fuerte estacionalidad en los caudales (puede llegar a caudal cero fuera de los meses de verano), se proyectaban plantas de fangos activos convencionales, con pretratamiento y tratamiento de fangos más o menos completos en función de las necesidades de la zona.

— En núcleos de interior, rurales, donde el precio de la tierra es menor, y con el fin de abaratar los gastos de conservación (fundamentalmente el consumo de energía eléctrica), se proyectaban lagunajes naturales con pretratamientos muy simples en cabecera (rejas de gruesos manuales).

Cuando en 1989 entra en escena el ibasan, las plantas proyectadas y construidas por el Servicio Hidráulico en zonas costeras y basadas en la filosofía expuesta, se habían visto afectadas por un espectacular crecimiento de los caudales, como consecuencia del “boom” turístico que han sufrido nuestras islas en los últimos años.

Fig. 1. Estación depuradora de aguas residuales del sector Sur de Ciudadela (Menorca). Tratamiento bológico convencional. Capacidad: 60.000 habitantes equivalentes.

Fig. 2. Estación depuradora de aguas residuales de Cala Llonga (Ibiza). Tratamiento biológico convencional con eliminación de nitrógeno. Capacidad: 7.000 habitantes equivalentes.

Por otro lado, la revisión de la normativa de la Comunidad Autónoma en relación a la calidad mínima a conseguir en los efluentes de las depuradoras, adaptándola a la Directiva del Consejo de las Comunidades Europeas de 21 de mayo de 1991, sobre el tratamiento de las aguas residuales urbanas, obligaba a una mejora de las plantas existentes, especialmente los lagunajes, hasta los siguientes parámetros a la salida:

DBO5 < 25 mg/l

DBO < 125 mg/l

SS < 35 mg/l

Además, al considerarse el conjunto de las Islas Baleares como una “zona sensible”, se exige la eliminación de nutrientes hasta los límites siguientes:

Nitrógeno total < 15 mg/l

Fósforo total < 2 mg/l

Así pues, desde el principio el ibasan se ha centrado en la ampliación y mejora del tratamiento de las plantas existentes y, por otro lado, en completar la red de depuradoras hasta conseguir el objetivo de no dejar ni un núcleo de población sin tratamiento de sus aguas residuales.

La filosofía del ibasan en cuanto al diseño de las nuevas depuradoras varía ligeramente de la aplicada en su día por el Servicio Hidráulico, manteniéndose como base el tratamiento biológico por fangos activos en cualquiera de sus formas; así, por ejemplo, en zonas costeras, y para adaptarse a la estacionalidad de los caudales, se diseñan plantas que funcionan a media carga durante la temporada alta y en aeración prolongada (aprovechando o no la digestión como una segunda línea según las necesidades) durante la temporada baja. Los tratamientos físico-químicos, por el coste que representa su mantenimiento, se reservan para funciones concretas, como la eliminación del fósforo, por lo que pasan a ser complementos de las instalaciones, no utilizándose como tratamientos básicos de depuración.

Fig. 3. Estación depuradora de aguas residuales de Deyá (Mallorca). Tratamiento biológico convencional. Ejemplo de integración en el paisaje de la sierra de Tramontana. Capacidad: 2.000 habitantes equivalentes.

Fig. 4. Estación depuradora de aguas residuales de Artá (Mallorca). Lagunaje aireado. Perfectamente integrado en el paisaje rural de la zona. Capacidad: 7.000 habitantes equivalentes.

Por lo que se refiere a los lagunajes naturales, la dificultad en conseguir que los efluentes cumplan con la normativa de vertidos vigente, y la rigidez del propio sistema, juntamente con otros factores menos importantes, como el coste del terreno (requiere superficies muy grandes), el coste del mantenimiento (en ningún caso despreciable) y la mala experiencia de los existentes (molestias por malos olores), han llevado al ibasan a no considerarlos como una alternativa válida de depuración en nuestra Comunidad.

En algunos casos concretos se ha modificado la idea del lagunaje natural completándolo con un adecuado pretratamiento e impermeabilizando las balsas de decantación, con la idea de facilitar las labores de extracción de fangos cuando sean precisas. El resultado son plantas que con un coste de primera instalación y de mantenimiento muy parecido al de una planta convencional, cumplen con la normativa de vertidos y se integran muy bien en los paisajes rurales del interior de las islas.

En el cuadro 3 se resumen por islas los tipos de depuradoras construidas por el ibasan hasta 1993.

Pretensiones a corto y largo plazo

La Directiva del Consejo de las Comunidades Europeas mencionada en el apartado anterior, prevé unos plazos para el cumplimiento de los límites exigidos en cuanto al tratamiento de las aguas residuales. El objetivo de la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares es alcanzar estos límites con una anticipación de cinco años.

En el cuadro 4 se recogen los datos de población horizonte a servir (incluyendo la población flotante y segundas residencias) y la servida actualmente. En el cuadro 5 se indican las inversiones realizadas y las que será preciso realizar en los próximos años para la consecución de los objetivos planteados.

En este último cuadro separamos las inversiones previstas en tratamientos secundarios de las previstas en tratamientos terciarios, por cuanto hasta 1993 no empezó a exigirse que las nuevas depuradoras incluyeran tratamientos de eliminación de nutrientes (nitrógeno y fósforo) hasta los límites marcados por la normativa. De esta manera, tanto las plantas realizadas por el ibasan hasta esta fecha como las no realizadas por el ibasan con anterioridad, deberán dotarse de los complementos adecuados para el cumplimiento de los límites exigidos en depuración terciaria. Los tratamientos previstos en este sentido dependen fundamentalmente del destino final del efluente. De esta forma, un efluente que se destine al riego agrícola no requiere una eliminación de nutrientes tan afinada como aquel que vaya a utilizarse en la regeneración de una zona húmeda, etc. En general se prevé como base de partida la filtración, generalmente con arena, que permite además, con una floculación previa, la eliminación del fósforo. Por lo que se refiere a la eliminación del nitrógeno se utiliza la vía biológica, con una zona anóxica en cabecera.

Además del riego agrícola y de la regeneración de zonas húmedas, está prevista la utilización de los efluentes de las depuradoras en la creación de barreras contra la intrusión salina, e incluso en la regeneración de acuíferos actualmente salinizados por una sobreexplotación.

Finalmente queda por tratar el problema que supone la gran cantidad de fangos producidos por las depuradoras, que para el año 2000 se estima en 22.250 toneladas con la siguiente distribución por islas:

                Mallorca 16.000 toneladas/año

             Menorca 2.000 toneladas/año

             Ibiza-Formentera. 4.250 toneladas/año

Hasta la fecha, dichos fangos se distribuyen sin un control estricto entre vertederos y agricultores, en forma líquida (después espesado) o tras una deshidratación en centrífuga o filtro de bandas.

Fig. 5. Primera fase de la estación depuradora de aguas residuales de la zona costera de Muro-Santa Margarita (Mallorca). Lagunaje natural lindante con el Parque Natural de S‘Albufera. Capacidad: 22.000 habitantes equivalentes.

Fig. 6. Segunda fase de la estación depuradora de aguas residuales de la zona costera de Muro-Santa Margarita (Mallorca). Tratamiento biológico convencional, en paralelo al lagunaje natural y funcionando los meses de verano. Capacidad: 30.000 habitantes equivalentes.

Dentro del proceso iniciado para la selección de las mejores alternativas para el tratamiento de dichos fangos, en 1991 se puso en funcionamiento una planta experimental de compostaje en la cual los fangos se mezclan con un material soporte (algas, paja, virutas, etc.), llevándose el conjunto a la fermentación y obteniéndose un producto perfectamente estabilizado, sin ningún problema de olores y en el cual se ha eliminado una parte sustancial de la contaminación microbiológica, lo que lo hace apto para su utilización en agricultura y jardinería como sustrato orgánico.