SUMARIO


Hidrología Isotópica e Hidroquímica de las aguas subterráneas de las Sierras Gorda y Tejeda y del acuífero de Zafarraya, Granada  

 

RESUMEN


1. INTRODUCCIÓN
2. CONSECUENCIAS HIDROGEOLÓGICAS
3. ANÁLISIS QUÍMICOS
3.1 RESULTADOS OBTENIDOS
3.2 INTERPRETACIÓN
3.2.1 Consideraciones generales
3.2.2 Afloramientos de aguas subterráneas en el río Genil
3.2.3 Contribución del acuífero aluvial de Zafarroya a los manatiales de Loja
4. ISÓTOPOS ESTABLES DEL AGUA 4.1 RESULTADOS
4.2 INTERPRETACIÓN
4.2.1 Consideraciones generales
4.2.2 Procedencia del agua que descarga por los manantiales de Loja
5. ANÁLISIS DE TRITIO
5.1 RESULTADOS OBTENIDOS
5.2 INTERPRETACIÓN
5.2.1 Origen del tritio
5.2.2 Concentración de tritio de las precipitaciones locales: Bases interpretativas
5.2.3 Consideraciones generales para la zona del estudio
5.2.4 Tiempo de renovación de las aguas subterráneas de los sistemas carbonatados
6. ESQUEMA DE FLUJOS SUGERIDO
7. CONCLUSIONES
8. BIBLIOGRAFÍA

 

Hidrología Isotópica e Hidroquímica de las aguas subterráneas de las Sierras Gorda y Tejeda y del acuífero de Zafarraya, Granada  

 



A. PLATA BEDMAR (*); R. GRECIANO GONZÁLEZ (**)

RESUMEN El comportamiento dinámico de los acuíferos carbonatados de las sierras Gorda y Tejeda, así como del acuífero aluvial de la cuenca endorréica de Zafarraya (Granada), ha sido estudiado a partir de los parámetros químicos e isotópicos (deuterio, oxígeno-18 y tritio) del agua. El estudio ha proporcionado información valiosa sobre la procedencia del agua de los numerosos manantiales existentes en la zona, incluyendo los situados en la vertiente sur de estos macizos. La contribución del acuífero cuaternario de Zafarraya a la descarga de estos manantiales ha sido determinada a partir de la concentración del ion NO3-. La descarga de aguas subterráneas en el río Genil en el tramo comprendido entre Huétor Tájar y la cola del embalse de Iznájar ha sido investigada mediante la realización de aforos con trazadores fluorescentes y la determinación de los parámetros químicos, encontrándose que esta descarga es entre el 10 y el 20 % mayor que la proporcionada por los ocho manantiales principales. Los cambios de estos parámetros químicos en el tramo indicado, derivados de la descarga de aguas subterráneas, permiten evaluar de forma detallada de la distribución y magnitud de esta descarga, así como hacer un seguimiento de eventuales cambios estacionales de la misma. El tritio natural ha proporcionado información sobre la edad de las aguas subterráneas y sobre el tiempo de renovación del agua en los dos sistemas carbonatados sobre la base de un modelo exponencial o de mezclado total.
ISOTOPE HYDROLOGY AND HYDROCHEMISTRY SIERRA GORDA AND SIERRA TEJEDA GROUNDWATERS AND CUATERNARY AQUIFER OF ZAFARRAYA, GRANADA

ABSTRACT The groundwater dynamics of the carbonate rock aquifers Sierra Gorda and Sierra Tejeda as well as the alluvial aquifer of the endorreic basin of Zafarraya (Granada) has been studied using chemical and isotopic (deuterium, oxygen-18 and tritium) parameters of water. The study has provided valuable information on the origin of the water from most of the springs existing in the zone, including the ones located at the Southern slope of these mountains. The contribution of the Quaternary aquifer of Zafarraya to the discharge of these springs has been evaluated from the concentration of the NO3- ion. The discharge of groundwater to the river Genil between Huétor Tájar and the Iznájar reservoir has been investigated through flowrate measurements and the analysis of chemical parameters. A discharge between 10 and 20 % higher than the one provided by the eight main springs of the zone has been found. The variation of such parameters in this stretch of the river allows the determination of the distribution and magnitud of the discharge, as well as the detection of eventual seasonal changes. Natural tritium has provided information on groundwater age and on the turnover time of the two carbonate rock aquifers using an exponential or good mixing model.

Palabras clave: Sierra Gorda, Sierra Tejeda, acuífero de Zafarraya, manantiales de Loja, río Genil, isótopos estables, tritio, Hidroquímica, Hidrología Isotópica.

INTRODUCCIÓN

El presente estudio fue realizado dentro del marco de un convenio suscrito entre la Dirección General de Obras Hidráulicas del anterior Ministerio de Obras Públicas, Transportes y Medio Ambiente (MOPTMA) y el CEDEX. El objetivo principal del estudio ha sido la obtención de información básica que pueda mejorar el conocimiento que se tiene sobre el comportamiento dinámico de los acuíferos carbonatados de Sierra Gorda, Sierra Tejeda y del acuífero aluvial de Zafarraya. El estudio se enmarca dentro de un programa de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para la evaluación de recursos hídricos subterráneos en el curso alto del río Genil, dentro del tramo comprendido entre la cabecera de este río y su desembocadura en el embalse de Iznájar. Aparte de estos acuíferos, el estudio comprendió también las aguas subterráneas de la vega de Granada y de sus alrededores, cuyos resultados serán presentados en un número próximo de esta revista. 

Las técnicas utilizadas en el estudio han incluido la realización de aforos diferenciales con trazadores en el río Genil, la determinación de la composición química tanto de las aguas superficiales como subterráneas, la medida de los isótopos estables del agua, deuterio y oxígeno-18 y la medida del tritio natural procedente, principalmente, de los ensayos nucleares realizados a partir del año 1952.

2. CONSIDERACIONES HIDROGEOLÓGICAS

La geología de superficie de la zona del estudio se muestra en la figura 1. La unidad hidrogeológica de Sierra Gorda, se compone, principalmente, de dos subunidades: el acuífero carbonatado de Sierra Gorda que pertenece al Lías Inferior y el acuífero cuaternario detrítico del polje de Zafarraya. El macizo de Sierra Gorda tiene una superficie aproximada de unos 260 km2 y una potencia máxima que debe superar los 1000 metros. Sus flancos suelen ser abruptos, alcanzándose alturas de hasta 1600 metros. En la parte superior, de topografía más suave, se observa un desarrollo espectacular de formas cársticas de absorción. La potencia del acuífero asciende a varios centenares de metros, si bien no se conoce con precisión. El substrato no llega a aflorar, pero se supone que está constituido por materiales triásicos (Keuper), en el que predominan las margas con algunas intercalaciones de evaporitas.

 

 



FIGURA 1. Geología de la zona y ubicación de los manantiales


El acuífero de Sierra Gorda se comporta como un acuífero fisurado y carstificado, generalmente de carácter libre, excepto en sus bordes norte y este y en la zona ocupada por el polje de Zafarraya. De una manera general, este acuífero presenta los siguientes límites impermeables:

a) Por el sureste: metapelitas de la unidad geológica de Sierra Tejeda.

b) Por el suroeste y oeste: materiales del complejo geológico de Colmenar- Periana.

c) Por el norte y noroeste: depósitos del Trías (Keuper).

d) Por el este: depósitos cretácicos y neógenos.

Los valores de transmisividad obtenidos para este acuífero, oscilan entre límites muy amplios, desde 40 a 16.000 m2/día. El coeficiente de almacenamiento se estima en un valor del 1,5 %.

Enclavado dentro de esta formación, se encuentra el polje de Zafarraya, el cual constituye un acuífero cuaternario formado, fundamentalmente por materiales detríticos margoarenosos terciarios y aluviones cuaternarios de unos 100 m de potencia, materiales que se encuentran cabalgando sobre los materiales carbonatados antes mencionados. Este polje forma una cuenca endorréica de unos 40 km2 de superficie, a cotas comprendidas entre 885 y 900 m.s.n.m. La mayor parte de la recarga se produce a través del arroyo de la Madre que, procedente de Sierra Tejeda, recorre longitudinalmente la superficie del polje.

La pluviometría anual en la zona del polje es alrededor de 850 mm. Se acepta que alrededor del 40 % de la precipitación se infiltra y el resto se evapora. Los registros piezométricos de la zona de Zafarraya muestran la existencia de una divisoria de aguas situada en la parte occidental del polje, que separa el flujo en ambas direcciones (norte y sur). Se ha detectado la existencia de varios sumideros, a través de los cuales el agua del acuífero cuaternario drena hacia el acuífero carbonatado. Estos sumideros determinan en gran parte la superficie piezométrica. La profundidad del nivel freático varía, según los sectores, entre 25 y 100 metros, observándose grandes oscilaciones del mismo.

Los recursos totales de esta unidad hidrogeológica se estiman en 115 hm3, de los cuales unos 100 hm3 drenan hacia el norte de Sierra Gorda, principalmente, a través de los manantiales de Loja, situados a una cota aproximada de 500 m y de los manantiales de Riofrío, si bien en esta zona hay otros manantiales de carácter salino que proceden de los materiales triásicos situados al oeste de Sierra Gorda.

La figura 2 muestra los caudales medios mensuales de los manantiales de Loja de acuerdo con los datos históricos publicados por el ITGE. En esta figura se indican asimismo los caudales obtenidos por los autores de este informe durante el curso del estudio, mediante aforo diferencial del río Genil, aguas arriba y aguas abajo de Loja. Se observa que estos últimos fueron sistemáticamente algo más elevados que los valores medios históricos. La diferencia se explica por el hecho de que los valores históricos corresponden a la suma de los afloramientos más importantes (ocho en total) y no se tiene en cuenta la contribución de otros afloramientos de pequeño caudal localizados de forma más o menos difusa en la zona.

FIGURA 2. Caudales medios históricos, obtenidos por el ITGE, de los 8 manatiales más importantes de Loja y algunos valores obtenidos en este estudio mediante aforo diferencial del río Genil

 

La descarga anual del acuífero hacia el sur se ha estimado en sólo 3 hm3 y tiene lugar, principalmente, a través del nacimiento del río Guaro, que se encuentra situado en la cota 700.

Muy cercano a Loja y en su parte norte, existe otro afloramiento carbonatado, denominado Hacho, que está formado por dolomías y calizas del Lías Inferior y Medio. La superficie de este afloramiento es de unos 9 km2 y su recarga anual se estima en un valor comprendido entre 2 y 3 hm3. Se ha insinuado por algunos autores que este macizo puede contribuir al caudal de algunos de los manantiales de Loja, concretamente, del manantial El Frontil, que se encuentra al pie del mismo en la margen derecha del río Genil (todos los manantiales restantes se encuentran en la margen izquierda), lo cual no sucede, como se demuestra en este trabajo.

Otro importante acuífero carbonatado de la zona es el constituido por los mármoles de Sierra Tejeda, donde predomina la erosión de tipo lineal con barrancos profundos y vertientes abruptas. La infiltración del agua tiene lugar a través de las numerosas fracturas existentes. El substrato de este acuífero puede estar formado por los micaesquistos y cuarcitas situados en la base de los mármoles y en unidades inferiores. Una parte de la descarga del acuífero se produce a través de los manantiales de Nícar, Játar y el nacimiento del río Alhama. El primero se encuentra entre los mármoles, y los otros dos en el contacto tectónico de los mármoles con los micaesquistos de las unidades superpuestas.

3. ANALISIS QUIMICOS

3.1. Resultados obtenidos

Se analizaron cincuenta y cuatro muestras de agua. Por razones de espacio, no se presentan la totalidad de los resultados, sino solamente un resumen de los mismos, que se muestra en las tablas 1 y 2. Las cifras entre paréntesis en estas tablas indican el número de puntos promediados en el caso de la tabla 1 y el número de análisis de la misma muestra promediados en el de la tabla 2. Aparte de estos análisis, se analizaron en campo otras veinticinco muestras, determinándose la temperatura, conductividad, pH y alcalinidad o ion bicarbonato, así como otras doce muestras del acuífero aluvial de Zafarraya, en las cuales se determinó solamente el ion nitrato.

Muestra pH Cond.
µS/cm
[Ca++]
mg/l
[Mg++]
mg/l
[Na+]
mg/l
[K+]
mg/l
[Cl-]
mg/l
[SO4=]
mg/l
[NO3-]
mg/l
[HCO3-]
mg/l
Rio Genil en Huétor Tájar

7,6

3680

304

63

388

5,6

639

606

40

397

Río Genil en la entrada a Iznájar

7,4

1500

160

51

114

5,0

149

330

60

323

Manantiales de Loja (8 manantial.)

7,7

558

67

20

21

1,0

31

59

8,5

225

Zona de El Salar (2)

7,5

942

90

32

54

3,0

118

124

6,6

248

Zona de Llanos de la Dona (7)

7,5

547

53

27

13

1,2

18

45

16

227

Aguas de Sierra Gorda (2)

7,4

556

47

27

16

0,2

10,6

4,8

1,3

296

Acuífero aluvial de Zafarraya

7,2

595

78

27

6,2

1,4

14

25,1

21

317

Manantial nacimiento del río Guaro

8,0

425

54

16

12

1,3

7,1

13

1,6

224

Manantial, nacimiento río Bermuza

8,2

420

54

15,8

4,3

1,5

7,1

15,7

2,4

232

Fuente de Cinco Caños, Alcaucín

7,6

680

72

29

10

3,1

14,2

77

6,7

287

Manantial Gordo de Játar

7,6

326

44

15

3,4

0,9

3,5

6,0

2,5

207

Manan., nacimiento del río Alhama

7,5

325

48

15

1,5

1,3

3,5

4,8

2,1

213

Manantial termal de Alhama

7,7

960

102

23

75

6,2

67

228

0,6

236

Manantial de La Alcaicería

7,6

251

41

5,4

5,6

0,9

7,1

4,8

5,8

146

Tabla 1. Resumen de los análisis químicos de muestras de agua

Muestra

PH

Cond.
µS/cm

[Ca++]
mg/l

[Mg++}
mg/l

[Na+]
mg/l

[K+]
mg/l

[Cl-]
mg/l

[SO4=]
mg/l

[NO3-]
mg/l

[HCO3-]
mg/l

Manantial de Plines (3)

8,0

599

70

19

27

1,1

44

54

8,6

230

Manantial de Genasal (3)

7,7

660

73

18

40

1,0

47

57

8,2

227

Manantial Terciado (Piscina Yola)

7,4

506

70

17

17

1,2

21

64

8,7

226

Manantial de Borbollote (3)

7,5

606

77

21

18

1,4

32

71

9,3

238

Manantial de El Frontil (3)

7,6

617

77

20

21

1,4

38

65

8,4

240

Manantial de Manzanil (2)

7,6

524

67

19

20

0,9

23

59

7,8

220

Manantial de La Cadena

7,6

520

48

30

19

0,7

21

52

8,7

220

Manantial de Porrina

8,0

525

48

23

19

0,6

21

55

9,0

207

Manantial Riofrío (en piscifactoría)

7,9

429

57

17

11

0,6

17,7

29

7,3

197

Tabla 2. Resultados de los análisis químicos del agua extraída de los manantiales de Loja y Riofrío.

3.2. Interpreta

3.2.1. Consideraciones generales

Como era de esperar, tratándose de aguas que están en contacto con materiales carbonatados, todas las muestras, a excepción de la del pequeño manantial de La Alcaicería, se encuentran saturadas en calcita. El agua de este último manantial procede de niveles superiores de las formaciones coluviales próximas al mismo. Las aguas procedentes de los niveles superiores de los dos acuíferos carbonatados formados, respectivamente, por las sierras Gorda y Tejeda tienen como componentes iónicos predominantes CO3H-, Ca++ y Mg++. Ello indica un contacto casi exclusivo del agua con las calizas y dolomías de estos acuíferos y casi nulo con el substrato triásico. El contacto con este último se reflejaría por la presencia de iones procedentes de la disolución de materiales evaporíticos, tales como halita y yeso. Los manantiales de Loja, de Riofrío y del nacimiento del río Guaro son claros exponentes de las aguas procedentes de Sierra Gorda, en tanto que los manantiales de Játar y los que dan origen a los ríos Alhama y Bermuza lo son de las procedentes de Sierra Tejeda. Tanto la composición química del agua, como los análisis isotópicos, que se presentan más adelante, demuestran que los manantiales de Játar y el del nacimiento del río Alhama proceden de una misma vía de descarga del acuífero de Sierra Tejeda. En cambio, claros exponentes de aguas que han tenido un contacto con los materiales del substrato y, por tanto, de aguas profundas son el manantial termal de Alhama, la fuente de los Cinco Caños de Alcaucín y los dos manantiales de El Salar (El Membrillo y Bañuelo).

Las aguas de los manantiales de Loja, presentan todas ellas una composición química muy parecida entre sí. Sin embargo, se observan determinadas diferencias que reflejan la existencia de vías de descarga separadas, al menos en el último tramo de su curso. La diferencias más significativas afectan a las concentraciones de los iones Cl-, SO4=, Na+ y, en el caso de los manantiales La Cadena y Porrina, el Ca++. Basándose en estas diferencias los manantiales de Loja, pueden agruparse en las cuatro parejas siguientes: 

a) Plines y Genasal .

b) Borbollote y El Frontil.

c) El Terciado y Manzanil.

d) Porrina y La Cadena. 

Por otra parte, dada la gran similitud de los parámetros isotópicos que se mostrarán más adelante para las aguas de estos manantiales, parece lo más probable que estos ocho manantiales deben proceder de un almacenamiento subterráneo común y que las pequeñas diferencias de composición química son establecidas en el último tramo del recorrido del agua antes de su afloramiento. Las diferencias de composición química entre las aguas de los cuatro flujos subterráneos indicados puede explicarse de dos formas diferentes: 

  1. Por mezclado del agua procedente del macizo carbonatado con otra agua de composición química diferente. Las diferencias entre los distintos manantiales se explicarían a través de diferentes proporciones de mezclado de estos dos componentes. Esta hipótesis se ve apoyada por el hecho de que los dos afloramientos de agua dulce que existen en la zona de Riofrío, tienen una salinidad sensiblemente inferior a la de los manantiales de Loja, lo cual sugiere que el agua procede del macizo carbonatado sin mezcla alguna del segundo componente.

  2. Por disolución de materiales evaporíticos del substrato antes de su afloramiento, la cual afectaría, sobre todo, a las concentraciones de los iones Cl-, SO4=, Na+ y Ca++. Las diferencias de concentración de estos iones entre unos manantiales y otros se explicarían, en este caso, por una fracción diferente de materiales disueltos y las aguas con circulación más profunda deberían contener mayores concentraciones de los iones procedentes de materiales evaporíticos. Esta hipótesis se ve apoyada por el hecho de que los manantiales de Plines, Genasal, Borbollote y El Frontil, que son los que afloran a cotas más bajas, contienen las mayores concentraciones de los mencionados iones, así como la mayor conductividad (632 m S/cm frente a 518 m S/cm de los otros cuatro manantiales).

3.2.2. Afloramientos de aguas subterráneas en el río Genil

En una de las campañas realizadas, cuando las condiciones hidrológicas eran más estables, se investigó el cambio de la composición química del agua del río Genil, en el tramo comprendido entre Huétor Tájar y un punto próximo a la cola del embalse de Iznájar, cambio producido por la descarga de aguas subterráneas. La figura 3 muestra los valores obtenidos para la conductividad y para la concentración del ion Cl-, como parámetros que ofrecen las mayores ventajas para los fines perseguidos, debido, en el caso de la conductividad, a su facilidad de medida y, en el del ion Cl-, a su carácter conservativo. Los elevados valores de ambos parámetros encontrados en Huétor Tájar, se justifican por el hecho de que la mayor parte del agua en este punto procedía de la descarga del acuífero de la vega de Granada, así como por los aportes salinos provenientes de los manantiales de Villanueva de Mesía y Brácana. Evidentemente, la disminución de los valores de dichos parámetros a lo largo del río, era debida a los aportes subterráneos que se producen en este tramo, exceptuando el pequeño caudal que era aportado por el arroyo Vilano.

El cambio químico experimentado por el agua del río a lo largo de su recorrido, permite la determinación precisa del caudal total de los manantiales de Loja, que descargan en cada uno de los subtramos comprendidos entre dos estaciones consecutivas de control. La determinación se basa, simplemente, en la ley de mezclas de los dos tipos de aguas involucrados. Por ejemplo, si se denomina C1 a la conductividad del agua en un punto determinado del río y C2 a la misma en otro punto situado aguas abajo, la fracción f del caudal aportado por las descargas subterráneas en dicho tramo viene dada por la expresión:

Csf +C1 (1-f)= C2 (1)

siendo Cs la conductividad media de los aportes subterráneos.  

A través del estudio realizado, se ha puesto de manifiesto que la composición química del agua subterránea varía muy poco de unos manantiales a otros (véase tabla 2). Igualmente, las variaciones a lo largo del año son mínimas, como era de esperar. Por tanto, de acuerdo con los datos de esta tabla, la ecuación anterior puede utilizarse de forma aproximada tomando para Cs una conductividad media igual a 570 µS/cm y una concentración media de ion Cl- igual a 37 mg/l. Con los datos presentados en la figura 3, se obtienen, para la totalidad del tramo investigado, unos valores de f iguales a 0,57 y 0,65, respectivamente, con los dos parámetros anteriores. Como el caudal aforado en el punto del río situado aguas abajo de Loja, fue de 4,3 m3/s, se obtiene para el caudal producido por la descarga de aguas subterráneas, utilizando el valor de f proporcionado por el ion Cl- que tiene una mayor fiabilidad, un valor igual a 4,3x0,65 = 2,79 m3/s.

 

 

 

 

 

FIGURA 3. Situación de algunos de lospuntos de mustreo en el tramo del río Genil comprendido entre Huétor Tájar y aguas abajo de Loja, con los valores correspondientes de conductividad (µS/cm) y concentración de ion cloruro (mg/l)

En el cálculo anterior no se ha tenido en cuenta el caudal del arroyo Vilano, debido a que era despreciable en el momento del muestreo. Sin embargo, cuando ello no sea sí, deberá tenerse en cuenta el aporte de ion Cl- producido por este arroyo o bien su influencia en la conductividad del agua del río Genil.

El estudio realizado demuestra la posibilidad de controlar de forma continua el caudal de agua descargado por el macizo carbonatado en este tramo del río Genil, mediante registro de la conductividad del agua en los dos puntos extremos del mismo. Lógicamente, el método exige conocer el caudal del río en el punto de aguas abajo, lo cual obliga a disponer en el mismo de una estación de aforos. Aparte de los ocho manantiales mencionados en el apartado anterior, existen en la zona de Loja otros muchos pequeños afloramientos dispersos que no pueden ser aforados. Algunos de estos afloramientos se encuentran aguas debajo de Loja. Por tanto, la situación correcta de dicha estación sería en un punto situado entre 3 y 5 km aguas abajo de esta localidad o, mejor aún, lo más próximo posible a la cola del embalse lleno de Iznájar.

3.2.3. Contribución del acuífero aluvial de Zafarraya a los manantiales de Loja

Como puede verse en la tabla 2, las concentraciones de ion NO3- en las aguas procedentes de los macizos carbonatados Sierra Gorda y Sierra Tejeda son muy bajas, tal como era de esperar. En cambio, las concentraciones encontradas en los manantiales de Loja son mucho más elevadas. En el subsuelo no existen, por regla general, rocas nitrogenadas que aporten este componente al agua, por tanto, las elevadas concentraciones de ion NO3- de los manantiales de Loja sólo puede justificarse por el aporte de agua procedentes del acuífero cuaternario de la cuenca endorréica de Zafarraya, donde las concentraciones de este ion son muy elevadas, debido al uso de abonos minerales con fines agrícolas. Esta circunstancia permite determinar la fracción f de agua que llega a los manantiales de Loja procedente de este último acuífero por medio de una ecuación similar a la ecuación (1):

                      (2)

donde CZ, CSG y CML representan, respectivamente, las concentraciones medias de ion NO3- en el acuífero aluvial de Zafarraya, en el de Sierra Gorda y en los manantiales de Loja. 

Debido al uso de abonos minerales con fines agrícolas, las concentraciones de ion NO3- en los pozos y sondeos del acuífero de Zafarraya, varían dentro de límites muy amplios. Con el objeto de obtener un valor medio de la concentración de ion NO3- que pueda considerarse representativo para las aguas de este acuífero, se llevó a cabo una campaña para muestreo específico de puntos de agua para la determinación de este ion. Se muestrearon trece puntos de agua, obteniéndose las concentraciones siguientes: 16,8; 88,2; 40,0; 84,0; 105,0; 99,6; 37,0; 188,8; 127,6; 183,0; 40,0; 40,1 y 82,0 mg/l. La concentración media asciende pues a 87,1±41,5 mg/l, si bien la desviación media es elevada.

Por otra parte, el valor de CSG, es decir, la concentración de ion NO3- procedente, directamente, del acuífero carbonatado, se estima a partir de los datos obtenidos en un valor próximo a 1,9 mg/l. El origen de estos nitratos es, en parte, la disolución de materiales nitrogenados que pueden encontrarse en la capa superior del suelo procedente de la descomposición de la materia orgánica y, en parte, la disolución de óxidos de nitrógeno existentes en el aire. El valor de CML, es decir, la concentración media de ion NO3- en los manantiales de Loja, asciende a 8,6±0,39 mg/l. 

Con los valores anteriores, la aplicación de la ecuación (2) proporciona un valor de f igual a 0,0786, es decir, aproximadamente, el 7,9 % del agua de los manantiales de Loja procede del acuífero aluvial de Zafarraya. Como el caudal medio total de estos manantiales es de unos 2,8 m3/s, el caudal aportado por el acuífero cuaternario de Zafarraya sería de unos 220 l/s. Para los manantiales de Riofrío, con una concentración de ion NO3- igual a 7,3 mg/l, la contribución del acuífero de Zafarraya asciende sólo al 6,3 %. 

Por otra parte, el hecho de que las concentraciones de ion NO3- de todos los manantiales de Loja, sean casi iguales indica que, probablemente, el agua de estos procede de un mismo almacenamiento subterráneo bien mezclado que luego se bifurca en diferentes flujos en una zona próxima a la de afloramiento. Más adelante veremos como los isótopos estables y el tritio apoyan esta hipótesis.

4. ISOTOPOS ESTABLES DEL AGUA

4.1. Resultados

Se analizaron un total de sesenta y dos muestras de agua, que incluyeron pozos y manantiales. La tabla 3 contiene un resumen de los resultados obtenidos en estos análisis. Para reducir espacio y simplificar la interpretación de los resultados, las muestras se han clasificado en grupos pertenecientes al mismo acuífero, caracterizados por tener una composición isotópica similar. Los resultados presentados en estos casos corresponden a valores medios. En las columnas 1 y 4, se indica entre paréntesis el número de puntos promediados en cada grupo. Por otra parte, en algunos puntos de agua, la composición isotópica se analizó en muestras tomadas en diferentes campañas. Las cifras entre paréntesis de las columnas 2, 3, 5 y 6 reflejan el número de análisis realizados en cada caso. Los errores analíticos para cada determinación individual ascienden a ±0,1 ‰ para d18O y ±2,5 ‰ para dD.

Punto

d18O(‰)

dD(‰)

Punto

d18O(‰)

dD(‰)

Manantiales de Loja (8)

-7,55±0,06 (16)

-48,0 (8)

Fuente de La Alfajara
(nacimiento del río Bermuza)

-7,81

-47,4

Manantial de Riofrío

-7,70 (3)

-47,8 (2)

Sondeo del IRYDA, Sierra Tejeda

-8,46 (2)

-53,4

Zona de El Salar (2)

-7,50 (5)

-47,6 (3)

Fuente de Cinco Caños, Alcaucín

-7,92

-47,6

Zona de Llanos de la Dona (8)

-6,57±0,18 (8)

-40,9 (6)

Manantial Gordo de Játar

-8,29

-53,4

Acuífero de Zafarraya (4)

-7,51 (4)

-47,1 (4)

Manantial nacimiento río Alhama

-8,23

-52,4

Manantial de La Alcaicería

-7,45

-49,4

Manantial termal de Alhama

-8,51

-53,3

Manantial nacimiento río Guaro

-7,30 (2)

-45,1 (2)

Tabla 3. Resultados de los análisis de isótopos estables. Las cifras entre paréntesis indican el número de puntos o de valores promediados. Cuando falta la cifra, se trata de un solo valor.


La figura 4 muestra la distribución en la zona del estudio de los valores medios de la desviación isotópica d18O. La situación de los puntos es sólo aproximada.

 

 

 

 

 

 

 

FIGURA 4. Valores de la desviación isotópica d18O en los puntos de muestreo


4.2. Interpretación

4.2.1. Consideraciones generales

 

La figura 5 muestra el diagrama que relaciona las desviaciones isotópicas dD y d18O. En ella se incluye la línea recta de ecuación dD = 8 d18O +10, a la cual se ajustan la mayoría de las precipitaciones del globo. Sin embargo, esto no ocurre así para las precipitaciones en la península Ibérica, las cuales se ajustan a líneas diferentes según que se trate de precipitaciones procedentes de frentes nubosos de procedencia atlántica o de procedencia mediterránea, tal como ha sido demostrado por un estudio reciente realizado por Plata , 1994. Estas líneas se muestran asimismo en esta figura.

FIGURA 5. Diagrama que relaciona las desviaciones isotópicas dD y d18O

 

Debido, principalmente, a la diferente humedad relativa existente sobre estas dos grandes masas de agua (mar Mediterráneo y océano Atlántico), el efecto cinético ligado al proceso de evaporación hace que la marca isotópica de las precipitaciones procedentes de ambos tipos de frentes sea diferente. El exceso de deuterio, calculado por la ecuación DD = dD – 8d18O, es mayor para los frentes mediterráneos que para los atlánticos, debido al mayor déficit de humedad relativa existente sobre dicho mar (19,0 ‰ frente al 11,5 ‰, como valores medios). Tal como puede apreciarse en la figura 5, la mayoría de los puntos se localizan entre las dos líneas mencionadas anteriormente, si bien más próximas a la correspondiente a los frentes de procedencia atlántica. Esto sugiere que la mayor parte de las precipitaciones de la zona estudiada, provienen de este tipo de frentes.

Por otra parte, en dicha figura, se definen claramente la existencia de tres grupos de muestras con marcadas diferencias de composición isotópica. El grupo 1, corresponde a las ocho muestras de aguas subterráneas tomadas en la zona de Llanos de la Dona, con unos valores medios de d18O = -6,57 ‰ y dD = -40,9 ‰. En el grupo 2, se incluyen las aguas de los manantiales de Loja y de Riofrío, así como las aguas subterráneas de la zona de El Salar, del acuífero aluvial de Zafarraya y de los manantiales de La Alcaicería y del nacimiento del río Guaro. Por último, los puntos del grupo 3, corresponden a las aguas subterráneas procedentes de Sierra Tejeda, con los valores medios d18O = -8,37 ‰ y dD = -53,1 ‰.

Las diferencias de composición isotópica entre estos tres grupos de muestras son debidas al efecto de altitud. Las aguas procedentes de precipitaciones que ocurren a cotas más elevadas de las montañas tienen valores más negativos de la desviación isotópica. En la mayor parte de los casos, el efecto de altitud asciende a unos 0,25 ‰ por cada 100 m de altitud para d18O y 2,5 ‰ para dD. Por tanto, las aguas subterráneas de Sierra Tejeda procederían de la infiltración producida a una cota media comprendida entre 500 y 700 metros por encima de la cota media de la zona de Llanos de la Dona, la cual asciende a unos 1.000 m. El agua del manantial del nacimiento del río Guaro debe proceder de una cota media de unos 1.300 metros.

Las aguas de los ocho manantiales de Loja tienen una composición isotópica muy parecida entre sí, con valores medios d18O = -7,55 ‰ y dD = -48,0 ‰. Esto apoya la hipótesis de que todos los manantiales proceden de un almacenamiento subterráneo común, tal como se ha indicado en apartados anteriores. La similitud de la composición isotópica del agua de estos manantiales con las aguas subterráneas del acuífero aluvial de Zafarraya y del manantial La Alcaicería, es una mera coincidencia. No puede decirse lo mismo para las aguas subterráneas de El Salar, las cuales podrían proceder del mismo flujo que alimenta a los manantiales de Loja. La diferencia de composición química entre ambos tipos de aguas se explica por la presencia de rocas evaporíticas en la zona de El Salar.

El hecho de que los pozos existentes en la zona de Llanos de la Dona tengan una composición isotópica bien diferente de la que tienen los manantiales de Loja, demuestra que estos pozos no interceptan el flujo subterráneo que alimenta a esos manantiales.

4.2.2. Procedencia del agua que descarga por los manantiales de Loja

Lógicamente, la mayor parte de las aguas que descargan por estos manantiales proceden de Sierra Gorda, pero, además de la contribución del acuífero aluvial de Zafarraya, demostrada por la concentración del ion nitrato, los isótopos estables sugieren, como veremos, la posible existencia de una contribución significativa de Sierra Tejeda. Como puede verse en la tabla 3, la desviación isotópica d18O de los manantiales de Loja, tiene valores intermedios entre los correspondientes a las aguas subterráneas de la zona de Llanos de la Dona, los sondeos del IRYDA y los obtenidos para los manantiales que drenan Sierra Tejeda. Aparte del manantial que forma el nacimiento del río Guaro, no existen otros sondeos o manantiales que puedan proporcionar información precisa sobre la composición isotópica media de las aguas de lluvia infiltradas en el acuífero de Sierra Gorda.

Supongamos, en principio, que toda el agua que aflora por los manantiales de Loja, procede del macizo carbonatado de Sierra Gorda con una pequeña contribución del acuífero de Zafarraya. Se ha realizado un estudio detallado para comprobar si el valor de d18O obtenido en el agua de estos manantiales (d18O = -7,55 ‰), puede justificarse a partir de la contribución exclusiva de estos dos acuíferos. Para ello, se ha calculado el valor medio de la desviación isotópica d18O para las precipitaciones que tienen lugar en Sierra Gorda a diferentes altitudes, basándose en el valor medio conocido de la desviación d18O para las precipitaciones medias que tienen lugar a la cota aproximada 1.000 (zona de Llanos de la Dona), que asciende a d18O = -6,57 ‰, y en el efecto de altitud mencionado anteriormente. La montaña se ha dividido en diferentes intervalos de cota y se ha calculado la superficie correspondiente a cada uno de estos intervalos. La precipitación anual total para los mismos, se ha calculado en función de esta superficie, tomando el valor medio, conocido para la cota 1.000, de 860 mm, suponiendo un incremento de la cantidad de precipitación anual en función de la altitud igual a 50 mm por cada 100 m de elevación. El valor de d18O para las precipitaciones de cada intervalo de cota, se ha obtenido sumando al valor de -6,57 ‰ el incremento correspondiente al efecto de altitud (valor negativo). Por último, los valores de d18O para cada intervalo de cota se han promediado de forma ponderada. Se ha obtenido así un valor de esta desviación isotópica igual a -7,38 ‰. Este valor es muy parecido al obtenido para el manantial del nacimiento del río Guaro (-7,30 ‰), lo cual apoya la corrección del cálculo realizado.

El valor anterior de d18O sigue siendo menos negativo que el obtenido para los manantiales de Loja (-7,55 ‰). Por tanto, se precisaría una contribución adicional de agua con un valor de esta desviación isotópica más negativo. Este componente sólo puede ser el agua infiltrada en Sierra Tejeda. Teniendo en cuenta que el valor medio de d18O para el agua subterránea de esta sierra es igual a -8,37 ‰ y que el del acuífero de Zafarraya es igual a -7,51 ‰ con una contribución de este acuífero igual al 7,9 %, la fracción f de agua proporcionada por este componente puede calcularse por medio de la expresión siguiente:

 

(-8,37) f + (-7,38) ((1-0,079)-f) + (-7,51) 0,079 = -7,55; dando f = 0,16

 

Con este dato, la contribución aproximada de cada acuífero al caudal de los manantiales de Loja, quedaría de la forma siguiente: 76 % del acuífero de Sierra Gorda, 8 % del acuífero de Zafarraya y 16 % del acuífero de Sierra Tejeda.

5. ANALISIS DE TRITIO

5.1. Resultados obtenidos

Se analizaron cincuenta y seis muestras de agua. Los resultados más significativos se muestran en la tabla 4, agrupados de forma similar a como se ha hecho para los isótopos estables. Estos resultados de la concentración de tritio se expresan, como es usual en estudios hidrológicos, en unidades de tritio (UT). La unidad de tritio equivale a una relación T/H igual a 10-18 en número de átomos. Las equivalencias con otras unidades de radiactividad son:

1 UT = 3,1927 x 10-3 m Ci/m3 y también 1 UT = 0,11813 Becquerelios/litro (Bq/l)

El error analítico de cada determinación, representado por la desviación estándar, varió entre 0,25 y 0,46 UT. Lógicamente, cuando se han promediado varios datos, el error es menor.

Debido a las bajas concentraciones de tritio que se encuentran en las aguas naturales, su medida sólo es posible mediante un proceso de concentración, que se realiza por vía electrolítica. En este proceso, se somete a electrólisis un volumen de agua de 500 ml y el proceso se interrumpe cuando el volumen de agua remanente es de unos 12 ml. En este volumen se encuentra, aproximadamente, el 80 % del tritio contenido en la muestra original. Como el factor de reducción de volumen es, aproximadamente, de 42, la concentración de tritio en la muestra final será unas treinta y cuatro veces mayor que la existente en la muestra original.

Muestra

Concentración(UT)

Muestra

Concentración(UT)

Río Genil en Huétor Tájar

8,1 (2)

Manantial, nacimiento del río Guaro

7,9 (2)

Río Genil, aguas debajo de Loja

8,2 (2)

Sondeo del IRYDA, en Sierra Tejeda

10,1

Manantiales de Loja (8)

7,1±0,52 (16)

Sondeo de Los Revuelos, Sierra Tejeda

10,3

Manantial de Riofrío

7,8 (3)

Manantial Gordo de Játar

10,6

Man. El Membrillo, El Salar

2,1 (3)

Manantial, nacimiento del río Alhama

10,5

Sondeo de El Bañuelo, El Salar

1,3 (2)

Manantial termal de Alhama

1,2 (2)

Zona de Llanos de la Dona (10)

De 5,6 a 13,3

Manantial, nacimiento del río Bermuza

6,8

Manantial de La Alcaicería

8,2

Fuente de los Cinco Caños, en Alcaucín

4,8

 

Tabla 4. Resultados de los análisis de tritio. Las cifras entre paréntesis indican el número de puntos de agua o de datos analíticos promediados. Los valores se expresan en unidades de tritio (UT).

5.2. INTERPRETACIÓN

5.2.1. Origen del tritio

El tritio es el isótopo del hidrógeno de número de masa 3, es decir, 3H. Pequeñas actividades de tritio, son producidas de forma natural en la alta atmósfera a partir de determinadas reacciones nucleares inducidas por los neutrones liberados en la misma por la radiación cósmica. Este tritio natural se incorpora al agua de las precipitaciones en forma de agua tritiada (THO), produciendo concentraciones muy bajas pero que se pueden medir perfectamente con las técnicas actuales de medida. A partir del año 1952, las precipitaciones en todo el globo y, principalmente, las del Hemisferio Norte, han contenido concentraciones de tritio muy superiores a las producidas de forma natural, debido a los ensayos nucleares realizados en la atmósfera, mayormente, durante los años 50 y 60 (ensayos termonucleares). Este tritio ha producido el marcado natural de todas las aguas meteóricas del globo y, por tanto, también de los acuíferos donde se produce una renovación rápida del agua. Debido a este origen reciente del tritio termonuclear y al corto período de semidesintegración de este isótopo (12,43 años), el tritio se utiliza en Hidrología para identificar aguas modernas. Las aguas procedentes de precipitaciones anteriores a 1952, tendrían ahora concentraciones difícilmente detectables.

5.2.2. Concentración de tritio de las precipitaciones locales: Bases interpretativas

Para poder interpretar de forma correcta los valores de concentración de tritio obtenidos, es necesario conocer las concentraciones que tuvieron las precipitaciones en la zona del estudio a partir de 1952, cuando se iniciaron los ensayos termonucleares atmosféricos. Estas concentraciones son conocidas gracias a las medidas directas realizadas por el CEDEX desde 1970 en las precipitaciones medias de diferentes zonas de la península Ibérica sobre la base de muestras medias mensuales. Los resultados obtenidos demuestran que las concentraciones medias sólo han experimentado variaciones pequeñas dentro de dicha península. Sin embargo, las concentraciones medidas en zonas próximas a la costa, concretamente en Málaga y Pontevedra, fueron alrededor del 10 % inferiores a las de Madrid, debido al efecto de dilución como consecuencia de la proximidad del mar. Los resultados obtenidos para esta última estación se muestran en la columna 3 de la tabla 5. La columna 2 de esta tabla muestra un modelo válido para el Hemisferio Norte, elaborado por A. Plata con datos de más de cuarenta estaciones pertenecientes a la red OIEA-OMM. Se trata de un modelo único, debido a que las concentraciones de tritio estuvieron determinadas por la intensidad y frecuencia de los ensayos nucleares realizados desde 1952 y éstas han sido las mismas para todo el globo.

Para la zona del estudio, se han utilizado los valores de Madrid, multiplicados por un factor constante igual a 0,85, que corrige los valores por el efecto de la proximidad al mar y por las variaciones estacionales de la concentración de tritio en las precipitaciones (éstas son algo mayores durante el período de mayo a septiembre que para el resto del año). Los valores así obtenidos (columna 4) se han dividido por los correspondientes al modelo general para el Hemisferio Norte (columna 1 de la tabla), obteniéndose los factores que se indican entre paréntesis en esta misma columna, cuyo valor medio asciende a 1,41. Las concentraciones para los años en que se carece de datos, se han calculado multiplicando los valores correspondientes del modelo por este factor. Por último, la columna 5 muestra los valores de la columna 4 corregidos por desintegración radiactiva del tritio durante el intervalo de tiempo comprendido entre cada año y la fecha en que se midieron las muestras de agua, que representan, por tanto, las concentraciones de tritio que habrían tenido en 1995 las precipitaciones medias de los años anteriores, desde 1953 (ver la figura 6).

Año

Modelo válido para el
Hemisferio Norte(‰)

Precipitaciones de
Madrid (año completo) (UT)

Precipitaciones de la zona del estudio (octubre a mayo)

Valores sin corregir (UT)

Valores (UT)

1953

8,4

.

11,8

1,1

1954

91,5

.

129,0

13,1

1955

13,2

.

18,6

2,0

1956

58,5

.

82,5

9,4

1957

37,6

.

53,0

6,4

1958

186,8

.

263,4

33,5

1959

145,6

.

205,3

27,6

1960

50,7

.

71,5

10,2

1961

53,6

.

75,6

11,4

1962

276,6

.

390,0

61,9

1963

1000

.

1410

236,7

1964

538,1

.

758,7

134,7

1965

273,0

.

384,9

72,2

1966

183,2

.

258,3

51,3

1967

106,3

.

149,8

31,4

1968

81,1

.

114,4

25,4

1969

76,6

.

108,0

25,3

1970

65,4

.

88.9 (1,4)

22,1

1971

78,5

104,6

130,2 (1,7)

34,1

1972

41,8

153,2

43,7 (1,1)

12,1

1973

37,0

51,4

55,1 (1,5)

16,2

1974

41,6

67,1

57,0 (1,4)

17,7

1975

36,4

41,2

51,3

16,8

1976

27,8

39,5

35,2 (1,3)

12,2

1977

24,8

44,7

33,6 (1,4)

12,3

1978

27,5

21,9

38,0 (1,4)

14,7

1979

16,5

23,5

18,6 (1,1)

7,6

1980

14,6

.

20,0 (1,4)

8,7

1981

15,7

14,5

22,1

10,1

1982

10,9

11,6

12,3 (1,1)

6,0

1983

9,5

18,6

9,9 ((1,0)

5,1

1984

7,5

11,5

15,8 (2,1)

8,6

1985

7,3

.

9,8 (1,6)

5,6

1986

7,2

10,4

10,1

6,1

1987

6,7

12,3

8,8 (1,3)

5,6

1988

6,3

10,8

10,4 (1,6)

7,0

1989

7,4

.

9,2 (1,2)

6,6

1990

5,3

.

7,5

5,7

1991

5,4

9,0

7,6 (1,4)

6,1

1992

5,0

7,5

6,4 (1,3)

5,4

1993

4,5

9,1

7,7 (1,7)

6,9

1994

4,8

9,9

8,4 (1,7)

7,9

Tabla 5. Concentraciones de tritio deducidas para las precipitaciones de la zona del estudio a partir de los datos conocidos para Madrid y de los correspondientes a un modelo válido para el Hemisferio Norte, elaborado por A. Plata. Se considera que las precipitaciones del período desde junio a septiembre no contribuyen a la recarga.

 

 

 

 

 

 

 

FIGURA 6. Concentraciones de titrio calculadas para las precipitaciones de la zona del estudio a partir de los datos de Madrid y de un modelo válido incluyeron los publicados por la red OIEA-OMM para Gibraltar

Puede verse que las precipitaciones medias posteriores a 1982 tendrían en la actualidad una concentración próxima a 6,5 UT. Esta sería, asimismo, la concentración aproximada que tendrían las aguas subterráneas alimentadas con estas precipitaciones. Lógicamente, la ausencia de tritio en el agua subterránea indica, asimismo, una ausencia de recarga procedente de precipitaciones posteriores al año 1953. Concentraciones mayores de cero pero inferiores a unas 5 UT indican la presencia de aguas anteriores a este año mezcladas con aguas posteriores al mismo. Concentraciones mayores de unas 7 UT indican la presencia de aguas procedentes del período 1958 a 1978, cuando las concentraciones de tritio en las precipitaciones fueron mayores.

5.2.3. Consideraciones generales para la zona del estudio

Como puede verse en la tabla 4, la mayor parte de las muestras analizadas dieron concentraciones de tritio superiores a 6,5 UT, reflejando que se trata de aguas de recarga reciente. Las únicas excepciones encontradas corresponden a las aguas salinas de la zona de El Salar, las aguas del manantial termal del balneario de Alhama y las que afloran en la fuente de los Cinco Caños, situada en el pueblo de Alcaucín. Se trata, en estos casos, de aguas que contienen fracciones importantes procedentes de precipitaciones anteriores al año 1953 y, por tanto, de aguas con un tiempo largo de residencia en el acuífero. Todas estas aguas tienen concentraciones salinas y temperaturas más elevadas que las del resto de los manantiales salinos, indicando que debe tratarse de aguas profundas que, posiblemente, entran en contacto con los materiales triásicos del substrato.

Las aguas de los manantiales de Loja dieron concentraciones comprendidas entre 6,4 y 7,8 UT con un valor medio de 7,1 UT. Los valores más bajos (6,4 UT) corresponden a los manantiales de Borbollote y El Frontil, los cuales se encuentran en cotas más bajas y presentan concentraciones más elevadas de los iones Cl-, SO4= y Na+. Esto sugiere que estos manantiales deben drenar pequeñas fracciones de agua procedente de la zona de El Salar.

En la zona de Llanos de la Dona, las concentraciones de tritio de los diferentes pozos muestreados mostraron valores muy variables, indicando una desigual distribución de la recarga y la ausencia de un flujo local importante que produzca el mezclado del agua subterránea.

Las dos muestras tomadas en pozos situados al pie de Sierra Tejeda, dieron una concentración casi idéntica con un valor medio igual a 10,2 UT. Concentraciones ligeramente superiores a ésta, se obtuvieron de los manantiales Gordo de Játar y en el nacimiento del río Alhama, lo cual demuestra, como era de esperar, que las aguas de estos manantiales proceden de Sierra Tejeda. La elevada concentración de tritio indica que se trata de aguas con un componente importante procedente de precipitaciones que tuvieron lugar dentro del período desde 1958 a 1978.

5.2.4. Tiempo de renovación de las aguas subterráneas de los sistemas carbonatados

Como se sabe, las aguas subterráneas de acuíferos cársticos o, en general, de rocas fracturadas viajan a través de las cavidades y fisuras del terreno, de forma que las diferentes fracciones de agua que penetran en el acuífero cada año suelen mezclarse en un tiempo relativamente corto con las aguas almacenadas con anterioridad. En estas condiciones, la dinámica de renovación del agua dentro del acuífero se aproxima a la definida por un modelo de mezcla total o modelo exponencial (Plata, 1990 y 1995). En este modelo, se supone que el agua que se infiltra en un determinado volumen V del acuífero (que se considera constante), con una concentración de tritio igual a C0(t) y un caudal igual a Q, se mezcla de forma instantánea con la existente previamente en el acuífero o en una zona determinada de éste, alcanzando una concentración C(t).

Si se supone que la recarga es igual que la descarga, el balance de tritio puede expresarse por medio de la expresión siguiente:

     (3)

El término lVC(t) representa las pérdidas de tritio por desintegración radiactiva dentro del acuífero (l es la constante de desintegración del tritio igual a 0,05576 años-1). La expresión anterior conduce a la siguiente:


     (4)

 

El tiempo de renovación del agua (t), expresado en años, se define como la relación entre el volumen del agua almacenada en una determinada extensión del acuífero y la recarga anual media para esta misma extensión (t = V/Q). Ambos parámetros pueden expresarse como espesor de lámina de agua (metros). Teniendo en cuanta este parámetro, se obtiene la siguiente solución para la ecuación diferencial anterior:

(5)

El tiempo t¢ corresponde al momento de realizar la toma de muestras. La ecuación anterior permite calcular la concentración de tritio que tendría el agua del acuífero en el momento del muestreo por integración de todas las fracciones recargadas desde 1953. La expresión integral se calcula a través de un sumatorio en el que intervienen todas las fracciones anteriores. La función de entrada C0(t) corresponde a los valores indicados en la columna 4 de la tabla 5. El cálculo se realiza para diferentes valores del tiempo de renovación y se determina el valor de este parámetro que proporciona una concentración Ct igual a la encontrada en el acuífero.

La variación de Ct en función del tiempo de renovación obtenida con los datos de C0(t) de la tabla 5, se muestra en la figura 7. La forma de campana de esta curva se debe a que la función C0(t) tiene asimismo esta forma. Ello significa que, para concentraciones de tritio mayores de unas 6 UT, son posibles, teóricamente, dos valores diferentes del tiempo de renovación. Sin embargo, el tiempo de renovación proporcionado por la rama descendente de la curva tiene que ser descartado por razones estrictamente hidrológicas (tiempos de renovación mayores de veinte ó treinta años no son posibles en el caso presente).

De acuerdo con la curva de la figura 7, la concentración de tritio obtenida para los manantiales de Loja, no mezclados con aguas más antiguas (alrededor de 7,8 UT), correspondería a un valor del tiempo de renovación próximo a 5,8 años. Por tanto, si se toma un caudal 3 m3/s para la descarga media del acuífero, el volumen del almacenamiento subterráneo del que se alimentan estos manantiales sería, según el modelo, igual a 3x5,8x365x24x60x60 = 548 hm3.

 

FIGURA 7. Variación de la concentración de tritio en función del tiempo de renovación, utilizando un modelo exponencial o de mezcla total

Este corto tiempo de renovación explica el hecho de que algunos manantiales se sequen o experimenten grandes caídas de caudal durante los períodos de sequía prolongados. Para el acuífero de Sierra Tejeda, con 10,3 UT, el tiempo de renovación sería de unos nueve años. Suponiendo un caudal medio drenado de 0,7 m3/s (valor estimado), el volumen del almacenamiento ascendería a 199 hm3. Lógicamente, estos valores tienen un carácter estimativo.

6. ESQUEMA DE FLUJOS SUGERIDO

Como se ha visto anteriormente, los sondeos que se encuentran en la zona de Llanos de la Dona no han interceptado el flujo subterráneo que alimenta a los manantiales de Loja y Riofrío, porque, de lo contrario, hubieran dado un valor de d18O del orden de -7,5 ‰. Este hecho, junto con la existencia en el acuífero cuaternario de Zafarraya de sumideros por donde el agua del acuífero se infiltra a niveles profundos, sugiere que el flujo subterráneo que conduce a los manantiales de Loja y Riofrío, debe ser un flujo profundo, posiblemente, relacionado con un nivel de carstificación próximo al contacto con el substrato impermeable. Los canales de disolución de este sistema cárstico profundo deben funcionar como una red de drenaje de todas las aguas infiltradas en la zona, produciendo el mezclado de las mismas antes de su afloramiento.

Basándose en lo expuesto anteriormente y en la información descrita en los apartados anteriores, se ha tratado de representar de forma esquemática los flujos subterráneos existentes en la zona. Este esquema se muestra en la figura 8, según el cual, el acuífero de Sierra Tejeda descarga en sus niveles altos a través de los manantiales de: Játar, nacimiento del río Alhama, nacimiento del río Bermuza, la fuente de los Cinco Caños en Alcaucín y, tal vez, de La Alcaicería.

FIGURA 8. Esquema de flujos sugerido para los acuíferos Sierra Gorda, Sierra Tejeda y Cuaternario de Zafarroya

 

Una parte de la infiltración producida en este macizo, desciende a niveles profundos y viaja a través de los materiales triásicos, preferentemente, en dirección este, alimentando al manantial térmico del balneario de Alhama y más adelante, a los sondeos surgentes de Romilla y al manantial de La Malá, ambos termales y próximos a la ciudad de Granada. Otra parte del agua infiltrada se incorpora al flujo que alimenta a los manantiales de Loja.

El acuífero de Sierra Gorda alimenta a cotas altas al manantial del nacimiento del río Guaro y, a niveles más profundos, a todos los manantiales de Loja y Riofrío. La mayor parte del flujo que conduce a estos manantiales, circula a través de un nivel de carstificación profundo, situado cerca del contacto con los materiales triásicos. Este nivel de carstificación actúa como una red de drenaje que colecta la infiltración superficial y la descarga de numerosos acuíferos colgados existentes en la zona.

El acuífero cuaternario de Zafarraya descarga a través de diversos sumideros o depresiones piezométricas en el acuífero de Sierra Gorda, incrementando el flujo de éste. Debido a la depresión piezométrica producida por la extracción de agua, este acuífero recibe aportes procedentes del acuífero de Sierra Gorda y, probablemente, también del acuífero de Sierra Tejeda.

7. CONCLUSIONES

Una conclusión importante derivada del estudio, es el esquema de los flujos subterráneos descrito en el apartado anterior. Aparte de este esquema, los resultados obtenidos han permitido llegar a las conclusiones siguientes:

Las aguas que afloran por los diferentes manantiales de Loja, son bicarbonatadas cálcicas y presentan todas ellas una composición química muy parecida entre sí. Las pequeñas diferencias de concentración, que afectan, principalmente, a los iones Cl-, SO4= y Na+, se explican por el mezclado con pequeñas fracciones de aguas profundas y antiguas procedentes de la zona de El Salar. Estas diferencias permiten clasificar los ocho manantiales más importantes en las cuatro parejas siguientes: Borbollote y El Frontil, Plines y Genasal, Terciado y Manzanil y Porrina y La Cadena. La similitud de las composiciones químicas e isotópicas sugiere que todos los manantiales se alimentan de un mismo almacenamiento subterráneo bien mezclado.

Además de los ocho manantiales anteriores, existen en la zona otros pequeños afloramientos de pequeño caudal que aportan un caudal comprendido entre el 10 y el 20 % del caudal total que aflora en la zona. Basándose en las grandes diferencias de algunos parámetros físicos y químicos (por ejemplo, conductividad e ion Cl-) que tienen las aguas de los manantiales de la zona, con respecto a la que circula, normalmente, por el río Genil, los incrementos de caudal producidos en este río por esos aportes subterráneos, pueden ser cuantificados de forma simple a través de la medida de los mismos. Registros continuos de la conductividad del agua en diferentes puntos del tramo afectado, pueden proporcionar las variaciones estacionales de los caudales descargados en dicho río.

A partir de las concentraciones de ion NO3-, se deduce que el acuífero cuaternario de la cuenca endorréica de Zafarraya, contribuye al caudal de los manantiales de Loja en una proporción aproximada del 8 %, es decir, en unos 240 l/s como valor medio. En cambio, la contribución de este acuífero a los manantiales localizados en las vertientes sur y este (manantiales que forman los nacimientos de los ríos Guaro, Bermuza y Alhama, así como la fuente de los Cinco Caños en el pueblo de Alcaucín) es nula.

Los isótopos estables del agua (deuterio y oxígeno- 18), indican que la mayor parte del agua subterránea de la zona, procede de precipitaciones de origen atlántico. Asimismo, indican que los pozos existentes en la zona de Llanos de la Dona, no interceptan el flujo subterráneo que aflora por los diversos manantiales de Loja. Las aguas de estos pozos proceden de la infiltración local, sin que exista una clara relación entre unos pozos y otros.

La composición isotópica del agua de los manantiales de Loja, no puede explicarse sin admitir la existencia de una contribución significativa de agua isotópicamente más negativa, procedente de Sierra Tejeda. Los resultados obtenidos permiten evaluar este contribución en un valor próximo al 16 %.

Las aguas subterráneas de la zona de El Salar, parecen proceder del mismo flujo que alimenta a los manantiales de Loja. Se trata de aguas de lenta renovación, desviadas del flujo subterráneo principal. Su salinización debe estar relacionada con el contacto con los materiales evaporíticos profundos de la zona.

Aparte de las aguas subterráneas de El Salar, las aguas de la fuente termal del balneario de Alhama, la de la fuente de los Cinco Caños en Alcaucín y la que se extrae de algunos pozos de la zona de Llanos de la Dona, contienen fracciones importantes procedentes de precipitaciones anteriores al año 1953.

Las aguas que afloran por los manantiales de Loja, proceden, en su mayor parte, de las precipitaciones de los últimos cinco a diez años. El modelo exponencial de renovación, proporciona un valor del tiempo de renovación (relación entre el espesor de la lámina de agua y la recarga) cercano a los seis años. Para una recarga igual al caudal medio de los manantiales (unos 3 m3/s), el volumen del almacenamiento subterráneo sería próximo a 600 hm3.

El agua subterránea de Sierra Tejeda, contiene proporciones significativas procedentes de precipitaciones que tuvieron lugar durante el período comprendido desde el año 1958 al 1978. El tiempo de renovación proporcionado por el modelo exponencial, asciende a unos nueve años y el volumen del almacenamiento subterráneo a unos 200 hm3.

BIBLIOGRAFÍA

PLATA, A. (1990), Parameters of carbonate rock aquifers from tracer methods, (Proc. Int. Symp. and Field Seminar, AHS, AISH Hacettepe University on Hydrogeological Processes in Karst Terranes, Antalya, Turkey, Oct. 1990) Hydrogeological Processes in Karst Terranes, G. Günay, A.I. Johnson and W. Back, Eds., IAHS Publication No. 207, 1990, pp. 361 - 380.

PLATA, A (1994), Composición isotópica de las precipitaciones y aguas subterráneas de la península Ibérica, CEDEX, Monografía ISSN 0221- 8203; M-39, Madrid.

PLATA, A. et al., (1995), Tiempo de renovación del agua en el acuífero cárstico de Campo de Montiel, obtenido a partir del tritio de origen termonuclear, VI Congreso de Geoquímica de España, 18-22 Octubre 1995, Soria, España. 

 


 

(*) Licenciado en Ciencias Químicas. Centro de Estudios de Técnicas Aplicadas del CEDEX, (Ministerio de Fomento).

(**) Ingeniero de Caminos, C. y Puertos. Centro de Estudios de Técnicas Aplicadas del CEDEX, (Ministerio de Fomento).

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