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El Canal es un río de factura humana que ha influido a lo largo
de doscientos años en el paisaje natural de Castilla.
Estas bellísimas tierras pardas, amarillas o verdes -dependiendo
de la estación-, que se dejan llevar por la luz para trasformarse
en paisajes llenos de movimiento y sentido, se han visto surcadas por
las aguas del Canal Posee
obras de ingeniería y construcciones a lo largo de su cauce.
Curiosamente, son obras llenas de belleza y armonía, dignas de
ser visitadas. Sumergirse en la ruta del Canal es perderse en un mundo
lleno de luz, armonía y encanto, un mundo muy distinto al que
vivimos
La historia de la construcción
del Canal es la historia de un Gran Proyecto que pretendía, en
primer lugar, unir Segovia con Santander, crear una red de canales en
Castilla que facilitara el trasporte de grano y de todo tipo de mercancías,
y, en segundo lugar, traer agua para regar los siempre sedientos campos.
Es la historia de unos locos que consiguieron abrir rutas comerciales
nuevas, más eficaces, más baratas, más cómodas.
Las obras del Canal de Castilla se iniciaron en 1753 en Calahorra de
Ribas. Después de continuos parones y numerosas visicitudes,
se terminaron en Medina de Rioseco en 1849. Casi un siglo de trabajo
para otro siglo de navegación, pues como vía de transporte
se dejó de utilizar en 1959.